Archivo > Número 44

Valores blandos en tiempos duros. La sociedad catalana en la Encuesta Europea de Valores

Javier Elzo y Ángel Castiñera (eds.)

Proteus

Barcelona, 2012

453 págs.

 

Desde 1981, el European Values Study realiza una encuesta sobre valores europeos alrededor de la familia, el trabajo, la política, la religión, valoraciones morales de temas controvertidos y estilos de vida. Lo realiza image-f889cfdaf9a0b43f7cda52d8a9499f35aproximadamente cada diez años, de modo que actualmente se pueden ya comparar cuatro grupos de datos. En la última realizada alrededor entre 2008 y 2009 participaron 45 países, incluyendo estados y naciones sin estado como Cataluña o el País Vasco. La obra recoge y analiza los datos de Cataluña mediante entrevistas a 1200 personas realizadas en 2009.

Uno de los editores, Javier Elzo inicia la obra presentando una tipología de los catalanes de 2009. El resto de capítulos se ocupan de temas específicos como valores en la institución familiar (L. Sáez), género y cambio de roles (L. Sáez), el valor del trabajo (Obeso), valores de participación social (L. Sáez), política y valores (F. Sáez), la identidad nacional como valor (F. Sáez), valores y actitudes ante la emigración (Mas), religión y valores (Mellén). El otro editor, Ángel Castiñera, escribe la conclusión que justifica el título principal de la obra: valores blandos en tiempos duros. En ella hace un interesante resumen, así como una valoración crítica de los principales hallazgos.

Un libro interesante para conocer un aspecto de la realidad sociológica de Cataluña, aunque con los límites propios de las encuestas, entre ellas las preguntas formuladas y los temas omitidos. Puede interesar a sociólogos, periodistas, políticos, lideres sociales y religiosos y, en general, a quien desee conocer mejor las características de la actual sociedad catalana. Cada uno de los temas tratados puede tener diferente interés para diferentes personas y su respectiva especialización. El primero y el último capítulos pueden tener un interés más general.

Elzo, mediante un análisis factorial de las prioridades vitales de los catalanes, propone cinco clusters que tipifican la población catalana de 2009. La “etiqueta” con que designa a esos clusters y la proporción de población incluida en cada uno son los siguientes: neoconservadores (28,4%), individualistas egocéntricos (10,8%), individualistas pragmáticos (16,4%), individualistas cívicos (24,4%) y neomodernos (20%). Entre los neoconservadores abundan las personas mayores mientras que entre los neomodernos la mayoría son jóvenes.

Del el resumen crítico presentado en la conclusión por Castiñera cabe hacer varias anotaciones. Se reconoce una cultura individualista, con diversos matices con predominio del individualismo hedonista, y también un creciente liberalismo social, con gran laxitud moral al juzgar todo lo que se entiende como conductas privadas, como el divorcio, el aborto o tener una relación sexual esporádica. Actitudes sociales antes moralmente deslegitimados (como la prostitución y la homosexualidad) son ahora ampliamente toleradas.

Hay una elevada valoración de la familia. Más aún, la familia sigue teniendo un valor central prácticamente en toda la población. Sin embargo, las familias catalanas tradicionalmente basada en la indisolubilidad del matrimonio y en roles bien definidos ha sufrido una profunda transformación; muchas familias están hoy desintegradas, existen pluralidad de formas (uniones no maritales, sucesivos divorcios y matrimonios, etc.) y los roles son flexibles. Se valora la igualdad de género y cierta simetrización de roles dentro de la familia.

El trabajo sigue teniendo gran importancia en la vida de los catalanes pero menos que antes, especialmente en los segmentos jóvenes de población que, en contrapartida, valoran más el ocio y las relaciones sociales.

Ha aumentado la participación asociativa, aunque en gran medida limitado a pagar las cuotas asociativas correspondientes y al uso de la asociación para tomar parte en las actividades que organiza. Este asociacionismo pasivo o “clientelar” contrasta con el asociacionismo activo manifestado en desarrollar tareas activas necesarias para la vida de la asociación, responsabilizándose de su sostenimiento o de tareas de gestión y dirección, con sentido compromiso. 

Hay desafección a los políticos pero hay interés por la política, crece el sentimiento de identidad nacional y a la radicalidad democrática en las relaciones entre Cataluña y el Estado español.

Respecto a la emigración no hay demasiado rechazo a las diferencias culturales, aunque en muchas casos sí que existe respecto a los musulmanes magrebíes. Sin embargo, existe preocupación por la participación de emigrantes extracomunitarios en el reparto de recursos económicos escasos, entre ellos el empleo, y por recibir subsidios y servicios públicos en igualdad de condiciones con la población autóctona.

En religión se advierte una secularización creciente, más acusada en la población más joven. Hay una menor práctica religiosa y ha disminuido a pertenencia a una religión. Agnósticos y ateos han pasado del 6% en 1990 al 16,15 en 2009. Sin embargo, el numero de creyentes sigue siendo mayoritaria, aunque muchos afirman no pertenecer de hecho a ninguna confesión religiosa y pueden más bien seguir una “religión a la carta”.

Datos, todos ellos, para pensar. También para profundizar en las causas y plantear medias correctoras para aquello que parezca insatisfactorio.

Domènec Melé

  • 14 abril 2013
  • Javier Elzo y Ángel Castiñera (eds.)
  • Número 44

Comparte esta entrada