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Religión y libertad religiosa en la India

La India es uno de los países más diversos en términos de religión. A pesar de que el 80 por ciento de la población es de religión hindú, el país cuenta con minorías de musulmanes, sijs, cristianos y zoroastrianos. El Islam es la image-ca3b550e33e642927af68e0c3ba2825fminoría más grande en la India y representa al rededor del 13 por ciento de la población del país: los aproximadamente 150 millones de musulmanes indios constituyen la tercera mayor población musulmana del mundo. El cristianismo representa el 2,5% de la población de los cuales 25 millones son católicos. Además del hinduismo cuyo origen se remonta al siglo VII a.C., la India es la cuna de otras tres religiones, el jainismo, el budismo y el sijismo, que actualmente cuentan con 6, 8 y 24 millones de seguidores respectivamente.

La naturaleza plural de la sociedad india esta recogida en una inscripción del emperador Ashoka del III a.C.: “El rey Piyadasi (Ashoka) querido por los dioses, honra a todas las sectas, los ascetas (ermitaños) o aquellos que moran en la casa, él los honora con la caridad y de otras maneras. Pero el rey, amado por los dioses, atribuye menos importancia a esta caridad y estos honores que a la promesa de ver el reino de las virtudes, lo que constituye la parte esencial de ellos. Por todas estas virtudes hay una fuente común, la modestia de la palabra. Es decir, no hay que exaltar una y desacreditar el credo todos los demás, ni se puede degradar estos otros sin motivos legítimos. Uno debe, por el contrario, dar a otros credos el honor acorde con ellos”.

Entre los siglos VI y IV a.C. aparecieron el jainismo y el budismo y convivieron con el hinduismo durante los primeros siglos. Estas tres religiones convivieron durante los primeros siglos pero poco a poco el hinduismo desplazó al budismo y, con las invasiones musulmanas, éste último ha sido prácticamente eliminado. Otras religiones se han establecido en el subcontinente a lo largo de los siglos.

Los comerciantes y viajeros árabes introdujeron el Islam a partir del siglo VIII y su expansión fue favorecida con la invasión mogol a partir del siglo XII que no siempre respetó la religión local y en bastantes ocasiones trató de imponer a la fuerza el islam a los pueblos conquistados.

El judaísmo vino con las comunidades judías establecidas en la India. La más antigua procedente de comerciantes de Judea e Israel a la ciudad de Cochin, en lo que hoy es Kerala, hace 2.500 años, pero la mayoría llegó en el año 68 huyendo de la destrucción romana de Jerusalén.

La existencia del cristianismo en la India se remonta, según la tradición, en el siglo I con la evangelización de Santo Tomas apóstol en el sur (Tamilnadu) y San Bartolomé en el oeste (Maharastra).

Los zoroastrianos de Irán encontraron refugio en Gujarat huyendo de la persecución religiosa en Irán en el siglo IX y florecieron en la India en los siglos XVIII y XIX.

En el siglo XX la India ha acogido también a los budistas procedentes de Tibet, y se ha convertido en país que cuenta con la mayor población bahai del mundo al acoger a esa comunidad cuando fue expulsada de Irán.

En realidad, no siempre ha existido una coexistencia pacifica entre los distintos reinos que convivían en el subcontinente indio. También ha habido incidentes de intolerancia religiosa a lo largo de los siglos. Quizás el conflicto hindú-musulmán, ocasionado por los invasores islámicos, ha sido el más relevante, y el que ha dejado una huella más profunda.

Se sabe poco de la actividad misionera de los católicos en los primeros siglos pero con la llegada de los misioneros portugueses a finales del siglo XV, empezó una tenaz tarea de evangelización que llevó a la conversión pacífica pero no fácil de una parte de la población del sur de la India. esta evangelización, todavía pequeña, no ha pasado inadvertida y actualmente está siendo reinterpretada por algunos grupos hinduistas.

Durante el dominio británico se respetó la identidad religiosa de la población y Gandhi, el padre de la India moderna, defendió con todas sus fuerzas la libertad religiosa de sus habitantes. En efecto, la India moderna nació en 1947 como una nación secular y en la Constitución se reconoce la libertad de religión como un derecho fundamental. El artículo 25 otorga a los ciudadanos de la India “libertad, de conciencia y de profesar libremente la práctica y la propagación de la religión. Con sujeción al orden público, la moral y la salud y las demás disposiciones de esta parte, todas las personas tienen igual derecho a la libertad de conciencia y el derecho de profesar libremente, practicar y propagar su religión”.

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Sin embargo, desde el nacimiento de la India moderna, se han sucedido incidentes de intolerancia religiosa que han dado lugar a disturbios y enfrentamientos. Estos incidentes han sido condenados por las organismos internacionales, administraciones gubernamentales, organizaciones privadas, pero el sistema judicial no siempre ha actuado con la rapidez y resultado esperados:

En particular, hubo disturbios generalizados durante la partición de la India en 1947, que dio lugar a la actual India (de mayoría hindú) y Pakistán (de mayoría musulmana), con agresiones a las minorías musulmanas por parte de turbas hindúes y sijs en respuesta a los ataques, asesinatos, violaciones y de violencia contra los hindúes y los sijs de Pakistán. También durante la insurgencia de Cachemira, una región entre India y Pakistán con disputas fronterizas. Militantes islámicos asesinaron y desplazaron a la fuerza a más de 400.000 hindúes de esta región. Por su parte, los musulmanes de Gujarat Ghanchi a menudo han llevado a cabo ataques contra los hindúes, sobre todo los disturbios sindhi en la década de 1960.

El asesinato de Indira Gandhi en 1984 por su agente de seguridad sij, provocó un motín contra la población sij en Nueva Delhi que –ante la pasividad de los responsables del orden público– causó 4.000 víctimas.

Nacionalismo hindú

Lo más preocupante actualmente es el movimiento nacionalista indio estrechamente ligado a la religión hindú que en los últimos años esta tomado fuerza y está minando la libertad religiosa en el país. Este fenómeno llamado Hidutva nació a principios del siglo XX promovido por Vinayak Damodar Savarkar que propuso “hinduizar la política y militarizar el pueblo hindú” urgiendo el establecimiento de una nación Hindú (Hindu Rastra) que mantenga, proteja y promueva los intereses de la raza y religión hindú.

Para ellos, ser hindú, es considerar la India como Punyabhu (tierra santa) y Pitrabhu (padre-madre tierra) de cada uno. Estos dos términos son importantes porque fueron acuñados para atacar las comunidades musulmanas y cristianas que no consideran la India como tierra santa.

Bajo el término Hindutva se cobijan numerosas organizaciones llamadas Sangh Parivar que básicamente se reagrupan en la Rastriya Swayamsevak Sangh (Asociación Nacional de Voluntarios), el partido político Bharatiya Janata Party (Partido del pueblo indio) y el Vishwa Hindu Parishad (Consejo mundial indio) que tiene otras ramas extremistas entre políticos, estudiantes y activistas.

Parte de la agenda de este movimiento incluía la construcción de un templo al dios Ram (uno de los más venerados del avatar de Vishnu) en Ayodhya (Uttar Pradesh), el supuesto lugar de su nacimiento y que, desde el siglo XVI ha estado ocupado por la mezquita Babri. En 1992, la mezquita fue destruida por extremistas hindúes con el aparente consentimiento de las fuerzas del orden público, lo que levantó la indignación de la comunidad musulmana.

La familia de las organizaciones de Sangh Parivar, ha seguido promoviendo la animadversión hacia los musulmanes tratando de recuperar los templos y lugares de importancia religiosa que los musulmanes habían destruido durante los siglos de dominio mogol.

Además del conflicto de la mezquita de Babri otros graves incidentes hindú-musulmán se han repetido en los últimos años: la violencia en Gujarat en el 2002 resultado de la quema del tren de peregrinos hindúes proveniente de Godhra, acabó con más 1.000 vidas (754 musulmanes y 235 hindúes), o los ataques terroristas en Bombay de 1992-93 que causó la muerte de casi 300 personas (las mayoría hindúes).

Acciones anticristianas

La estrategia contra los cristianos no se ha basado en motivos históricos sino ideológicos, acusando a los cristianos de promover conversiones forzosas. Si no es fácil resumir la actividad misionera de las distintas denominaciones image-d08a2507632b2c6289ad21c239e92a06cristianas desde el siglo XVI, todavía más difícil es evaluar la contribución en el desarrollo económico y social realizada por el cristianismo durante estos siglos. En muchas ocasiones han sido misioneros católicos quienes han defendido la dignidad y derechos de los más pobres oponiéndose a injusticias sociales como la “intocabilidad”, el matrimonio entre niños, la explotación de las castas más bajas, etc. Las instituciones educativas y asistenciales promovidas por católicos han beneficiado no sólo a los cristianos sino casi en un 90% de los casos a no cristianos. Sin embargo esta labor se ve con sospecha por los grupos fundamentalistas hindúes que consideran estas instituciones como instrumentos para conseguir conversiones forzosas.

La realidad es que esta propaganda anticristiana sigue siendo parte importante de la agenda de estos grupos radicales y ha motivado ataques y represalias especialmente en poblaciones rurales. Algunos de los episodios más significativos son la quema de un misionero baptista, Graham Staines, con dos de sus hijos mientras dormían en su furgoneta en 1999, o los violentos ataques del 2007-8 contra los cristianos de Kandhamal en Orissa que terminó con un balance de casi 100 muertos y más de 48.000 personas desplazadas.

Precisamente en los estados donde el Bharatiya Janata Party ha obtenido mayoría a nivel político, se han promovido y aprobado leyes anti-conversión que muchos consideran dirigidas en gran parte contra los cristianos. Arunachal Pradesh aprobó una ley en 1978, seguida por otra similar para Gujarat en el 2003. En julio de 2006, el gobierno de Madhya Pradesh aprobó una legislación exige a las personas que desean convertirse a una religión diferente a comunicarlo al gobierno un mes de antelación, o se enfrentan a multas y sanciones. Este mismo año, en agosto, la Asamblea del Estado de Chhattisgarh, aprobó una legislación similar que requiere que cualquier persona que desee convertirse a otra religión avise con 30 días de antelación, y pida permiso al juez del distrito. Por ultimo Himachal Pradesh repitió este tipo de legislación en el 2007 y actualmente un proyecto de ley se esta debatiendo en el estado de Manipur.

La mayoría de las leyes anti-conversión son breves y ambiguas, de modo que puede utilizarse indebidamente para infligir la persecución, aunque el tenor literal de las leyes es muy general. Los expertos legales piensan que estas leyes deberían ser derogadas puesto que ya existen otras, como la Sección 295A del Código Penal de la India, para juzgar posibles abusos de los misioneros sobre los espacios sagrados de otras religiones. La creación leyes anti-conversión en los estados es un arma peligrosa en manos de los políticos que pueden usarlas arbitrariamente en contra de las minorías. Lo cierto es que, a pesar de la amenaza cristiana propagada por estos grupos radicales, desde la introducción de esas leyes, ningún cristiano ha sido condenado por promover conversiones forzosas.

Sin embargo, el Departamento de Estado de los EE.UU. ha afirmado que la reciente ola de leyes anti-conversión en varios estados de la India es preocupante y se ve como la institucionalización gradual y continua de Hindutva y “debido al aumento preocupante de la violencia religiosa en el país” ha incluido a la India en una lista de países que no protegen a sus minorías religiosas de manera adecuada.

La radicalización de esta posición en el futuro sigue siendo incierta y dependerá fundamentalmente del partido en el poder. Hasta ahora el gobierno de coalición moderado ha evitado la creación de leyes nacionales que limiten la libertad religiosa, pero ha sido ineficaz en prevenir y limitar frecuentes ataques a minorías religiosas a nivel de los estados confederados. Si el Bharatiya Janata Party gana las próximas elecciones nacionales previstas para el 2013, no cabe esperar una mejora de esta situación.

Lluis Pons

Doctor en Teología

Nova Delhi, India

  • 21 noviembre 2012
  • Lluis Pons
  • Número 43

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