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Los templos parroquiales de Barcelona en la segunda mitad del siglo XX

En la construcción de templos parroquiales construidos en Barcelona durante la segunda mitad del siglo XX, fue clave publicación image-707ab5b83dc557ce75cb29f24ef30be6de la Instrucción “De Arte Sacro” por parte de la Congregación del Santo Oficio en 1952. Esta instrucción supuso una profundización en el modo de entender la liturgia y una directriz primordial para la construcción de los edificios sagrados en línea con el movimiento de renovación litúrgica.

En este movimiento destaca la figura de Romano Guardini, autor del libro Sobre el espíritu de la liturgia, traducido al castellano en 1946. En línea con este libro, y de especial importancia para el arte sagrado contemporáneo, ha sido El espíritu de la liturgia, publicado en 2000 por el cardenal Joseph Ratzinger Esta última publicación es una revisión de todo el movimiento de renovación litúrgica de la segunda mitad del siglo XX, el cual ha condicionado en gran medida la manera de construir el arte sacro en este período.

Los templos parroquiales tienen una finalidad de equipamiento de los diferentes barrios de la ciudad. A la función propiamente litúrgica de los templos, hay que añadir otras funciones que han venido realizando durante mucho tiempo como centros cívicos, sociales y asistenciales. Por tanto estos templos parroquiales forman parte de un conjunto más extenso de elementos y espacios como son los locales parroquiales, el campanario y otros elementos. Estos espacios han llegado a modificar la importancia del templo e incluso en algunos casos han llegado a producir que el templo sea un anexo a los diferentes locales parroquiales.

 

La construcción de templos parroquiales en Barcelona

En los últimos sesenta años ha sido cuando Barcelona ha sufrido su gran expansión urbanística posterior al desarrollo del ensanche de Ildefons Cerdá. A partir de la década de los 50 se produjo un gran movimiento migratorio a la ciudad de Barcelona y se crearon los barrios polígonos alrededor de Barcelona, en los cuales uno de los primeros equipamientos fueron los templos parroquiales. Fue entonces cuando en Barcelona se empezaron a construir templos con estructura de hormigón armado de grandes dimensiones. Esto supuso un cambio con respecto a los sistemas constructivos utilizados mayoritariamente hasta aquel momento.

En la actualidad en la ciudad de Barcelona existen 186 templos parroquiales, de los que sesenta y seis fueron finalizados durante la segunda mitad del siglo XX. Este elevado porcentaje de renovación o de construcción de nuevos templos ha ido ligado al crecimiento de la población de la ciudad.

A lo largo de este periodo se produjo un desplazamiento en la construcción de los nuevos templos parroquiales desde el centro de la ciudad en la década de los 50 hacia los nuevos barrios de polígonos de viviendas creados durante los años 60 como los de Vall d´Hebron o Montbau. En los años 70 se observa una concentración en las zonas de nuevo desarrollo alrededor de la zona del Besós, calle Guipúzcoa y Rambla de Prim. Después de la escasez de construcción de nuevos templos durante los años 80 (sólo se construyeron 4) se observa un nuevo aumento de nueva construcción durante los años 90. Se realizaron como sustitución de algunos edificios existentes de deficiente construcción que existían en algunos de estos barrios periféricos como Ciutat Meridiana o Torre Baró. También se aprecia la creación de nuevos templos parroquiales en zonas de nueva creación como la Vila Olímpica o Vallbona.

En la Tabla I se presentan los resultados de un estudio realizados por el autor de este artículo. Como puede apreciarse, en la segunda mitad del siglo XX se ha producido un descenso en el tamaño medio de los templos parroquiales de nueva construcción.

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Ello es debido no sólo a un descenso de la actividad pastoral sino más bien a un interés por la realización de parroquias de menor tamaño y más cercanas a la comunidad. Es posible que este descenso haya llegado a su punto de inflexión en la década de los 90. Ya que desde ese momento los nuevos templos proyectados y construidos como el de la parroquia de nueva creación de Sant Francesc de Paula en el barrio de Diagonal Mar son de mayor tamaño. Esto último podría explicarse por la disminución del número de sacerdotes y la necesidad de atender a una zonas cada vez más amplias y por dotar a las diferentes parroquias de unos mayores recursos.

También es interesante analizar la manera de construir las diferentes parroquias durante estos últimos cincuenta años. A lo largo de este periodo el sistema constructivo y estructural de estos edificios ha ido evolucionando a la vez que lo hacían las diferentes técnicas constructivas. La utilización de sistemas de muros de carga cerámicos para la realización de las paredes fue un sistema muy utilizado durante los años 50 y 60 aunque fue cayendo en desuso a partir de ese momento. Al principio de los años 50 para la realización de la cubierta y de los elementos horizontales se utilizaban bóvedas cerámicas y estructuras de madera. Estos sistemas fueron dejando paso a elementos de hormigón armado y metálicos. A lo largo de los años 60 y 70 se desarrollaron en gran medida las estructuras realizadas mediante hormigón armado y perfiles metálicos tanto para los elementos verticales como para los horizontales. La desaparición del muro cerámico y la aparición de elementos de hormigón armado y metálicos han dado como resultado algunas imágenes más cercanas a la construcción industrial que a la religiosa. Sin embargo la utilización de estos nuevos materiales permitieron la realización de edificios de grandes dimensiones con un coste relativamente bajo. En los años 90 se observa la aparición de sistemas estructurales nuevos como son la madera laminada o el desarrollo de otros ya existentes como son los sistemas espaciales a base de elementos metálicos. Estos sistemas aportan sensaciones de luminosidad, ligereza y cercanía.

 

Algunos templos parroquiales destacables

· San Gregorio Taumaturgo

Entre los templos construidos a lo largo de este último medio siglo en la ciudad de Barcelona es de destacar, en la década de los 50, el templo de Sant Gregori Taumaturg. Este templo situado en la plaza del mismo nombre en el barrio de Sant Gervasi, fue fruto de una operación urbanística en la cual se ordenó un nuevo barrio de la ciudad alrededor de image-a659b8211f89bf4bb9677188515f5e60una plaza como núcleo central y vertebrador. En el centro de esta plaza se encuentra la parroquia de Sant Gregori Taumaturg. Nos encontramos ante un templo de planta elíptica en la que el altar es central. Bartolomé Llongueras Galí, arquitecto de este templo lo justificaba afirmando que, “si el sacrificio es el centro de nuestra religión y todos los asistentes sacrificadores, no es difícil deducir que el Templo tiene que ser necesariamente cristocéntrico, o sea un lugar en el que Jesucristo sea siempre el pensamiento constante, el eje, el foco central o dicho en términos litúrgicos, la cabeza del tronco de los fieles.”[1]

Este proyecto era muy ambicioso y pretendía construir una cúpula central de gran altura coronada por una gran cruz. Todo este conjunto debía alcanzar los 24 m de altura aunque finalmente no se llegó a realizar la cúpula de coronación. Bajo la cúpula se debía colocar el altar para reforzar la visión cristocéntrica del templo pero en la actualidad se sitúa en un extremo del templo.

Según la memoria del proyecto la cubierta debía tener forma de bóveda elíptica abierta en su parte alta por una cúpula y un cupulín. La linterna en forma de cúpula tiene muchas aberturas para disminuir el peso de la misma. Esta cubierta se debía sustentar sobre cuatro arcos principales. El empuje de estos cuatro arcos debían ser contrarrestados por las cuatro torres-campanario previstas en el exterior de la nave. Finalmente solamente se han realizado dos de estas torres-campanario y de altura inferior a la inicialmente prevista.

También se preveía decorar el interior de la cúpula mediante casetones tal como se ha realizado y de esta forma asegurar unas buenas condiciones acústicas del templo.

La cúpula de la iglesia representa a Cristo-Jesús y las cuatro torres-campanario debían representar a los cuatro evangelistas.

El edificio está realizado mediante estructura de hormigón armado. Las paredes de cerramiento combinan la obra vista con el aplacado de piedra natural. El pavimento se debía ejecutar en pendiente para mejorar la visibilidad de los asistentes, aunque finalmente no se ejecutó de esta manera.

Las obras del templo estuvieron paralizadas desde 1973 hasta 1994. Finalmente la iglesia fue finalizada en 1995 por el arquitecto del templo de la Sagrada Familia, Jordi Bonet i Armengol. A pesar de todos los cambios y simplificaciones producidos en el proyecto no deja de ser un ejemplo paradigmático de templo proyectado en los momentos previos al Concilio Vaticano II.

 

· San Pio X

Otro templo a destacar de este periodo es la parroquia de Sant Pius X situado en el barrio de Vilapicina. Este templo se construyó para conmemorar la celebración del Congreso Eucarístico Internacional en el año 1952 en Barcelona. Esta iglesia fue realizada por el arquitecto José Mª Soteras Mauri y se finalizó en el año 1963. A diferencia de otros muchos image-2f2fa3fcd0cd71472565d26daebe5648templos, se construyó siguiendo fielmente el proyecto y según las directrices del arquitecto.

La distribución del templo se basa en una nave principal abovedada mediante una bóveda de cañón, la cual había sido ampliamente utilizada en construcciones religiosas anteriores. Sin embargo aporta elementos singularmente modernos como es la realización de esta cubierta abovedada mediante arcos parabólicos de hormigón armado. Estos arcos se bifurcan y se entrecruzan entre si. El entrevigado está formado por un armazón sobre el que se apoyan paneles triangulares de hormigón armado prefabricado. Este predominio estético de la estructura realiza la función de decoración de artesonado del techo. A esto se debe añadir la inmaterialidad de esta cubierta suspendida por encima de la iglesia y separada de la base de la misma mediante una franja de vidrieras de colores que aportan una gran luminosidad al templo y a la vez una simbología recuperada de los templos góticos de “Dios es la luz del mundo” [2]. La planta baja del templo está rodeada por un muro de obra vista. Este muro perimetral de obra vista da calidez al interior del templo.

Se debe tener en cuenta que nos encontramos ante un templo de grandes dimensiones de 1.750 m2 construidos y con una cabida de aproximadamente 800 personas sentadas. Este templo es el principal equipamiento del barrio del Congreso y es el elemento más emblemático de esta comunidad. Este templo se completa con una pequeña capilla del Santísimo de forma ovalada situada en un lateral junto a la entrada del templo. Está revestida con materiales que aportan recogimiento e intimidad como son los muros perimetrales de obra vista y el falso techo de madera. Por último como elemento de referencia aparece en el exterior del templo y separado del mismo un campanario exento de gran altura. Este campanario también está realizado con estructura de hormigón armado y facilita la localización e identificación de la iglesia desde diferentes puntos del barrio.

 

· San Luis Gonzaga

El siguiente templo a analizar es la parroquia de Sant Lluís Gonçaga en el barrio de Provençals. Esta iglesia fue realizada por el arquitecto Francesc Escudero i Ribot y aunque el proyecto es de 1969 la edificación no fue finalizada totalmente hasta 1982. Sin embargo se trata de un templo plenamente enmarcado en la década de los años 70. Se trata de una iglesia de planta rectangular en la cual el elemento más destacado y singular que configura el templo es la cubierta del mismo. Esta cubierta es un forjado de hormigón armado con la forma geométrica de un paraboloide hiperbólico, figura reglada construible a partir de directrices rectas. Según testimonio del arquitecto autor del proyecto, este sistema constructivo se ejecutó colgando sacos de cemento para tensar los cables de acero y posteriormente hormigonando estos cables. Todo ello implica que la gran potencia visual y representativa que tiene esta cubierta de hormigón armado haya creado un templo en el cual lo principal es la cubierta y todo el resto de elementos hayan pasado a tener un interés secundario. Los muros de cerramiento, con una serie de aberturas que dejan penetrar la luz, no son más, a pesar del gran grosor que tienen algunos de ellos de hasta 2 m de espesor, que cierres perimetrales a esta cubierta que proyecta la imagen de querer alcanzar el cielo. Sin embargo, a pesar de la gran fuerza visual de esta cubierta, la distribución espacial del presbiterio y del resto de los elementos litúrgicos quedan desubicados en el espacio existente entre la base y la cubierta.

 

· Santuario de la Mare de Déu del Mont Carmel

En la década de los años 80 se construyeron pocos templos en la ciudad de Barcelona. Tal como se ha indicado anteriormente sólo se realizó la construcción de cuatro parroquias, en parte debido a la gran cantidad de templos que se habían realizado en las dos décadas anteriores y en parte porque algunos de ellos todavía no se habían finalizado y por image-2fe8bb4af43ef0849a83f68285b16632tanto se debía emplear todas las energías disponibles en su terminación. También la gran mayoría de barrios poseían, en mejores o peores condiciones, templos parroquiales por lo cual la necesidad de construir templos en zonas de nueva creación había desaparecido. Sin embargo quedaba una tarea que se acometerá a partir de 1990 de renovación o substitución de templos parroquiales que no reunían las condiciones adecuadas para un buen funcionamiento.

A pesar de todo, en estos años destaca la construcción del Santuario de la Mare de Déu del Mont Carmel finalizado en 1987. Se trata de una parroquia erigida junto al santuario del mismo nombre construido a finales del siglo XIX. Es una iglesia de tamaño no muy grande de aproximadamente 550 m2 y que da servicio al barrio del Carmel. Este edificio proyectado por el arquitecto Salvador Torrents está encomendado a la comunidad salesiana y fue construido parcialmente, por miembros de la parroquia.

Es un edificio de planta trapezoidal situado en la falda del monte Carmel. Este moderno templo se realizó a base de muros de obra vista que aportan calidez al interior del templo. La estructura del edificio está realizada mediante estructura de hormigón armado. Esta parroquia está enclavada en la falda de la montaña con lo que es visible desde diferentes puntos del barrio. A esto cabe añadir que se encuentra elevada por encima de la calle por lo que su entrada aporta una idea de recorrido espiritual de ascensión hacia el Señor. Como icono simbólico y elemento de referencia de localización se encuentra un campanario situado en la entrada del edificio. La fachada realizada mediante muros de obra vista aporta un detalle interesante al estar realizada mediante unos elementos circulares que recuerdan las almenas de los castillos. Todo ello unido al campanario de la entrada aporta reminiscencias de una fortaleza medieval.

 

· San Esteban

Como último ejemplo destacable en este medio siglo tan prolífico en la construcción de iglesias, está el templo de Sant Esteve. Este templo parroquial situado en el barrio de Vilapicina fue finalizado de construir en 1999.

Se trata de un edificio de planta cuadrada totalmente exento de las edificaciones vecinas. En este edificio la cubierta tiene una gran importancia simbólica al convertirse en el hito de referencia del templo. Tanto la cubierta como la estructura están realizadas a base de elementos metálicos. La cubierta es de plancha de acero galvanizado y la estructura es una cubierta espacial a base de perfiles de acero. Todos los elementos metálicos quedan a la vista desde el interior del edificio creando una imagen de edificio moderno aunque aporta un aire de construcción industrial. La situación de las instalaciones existentes en el edificio (climatización, iluminación,..) totalmente visibles refuerzan esta idea de edificio industrial. Entre la cubierta y las paredes perimetrales de bloque de hormigón se encuentra una tarja de iluminación que rodea todo el edificio. Esta línea de ventanas ayuda a crear la idea de la desmaterialización de la cubierta. Esta cubierta con su elemento central piramidal se convierte simbólicamente en una representación de Dios creador que protege a su Iglesia.

 

Valoración crítica

A lo largo de este artículo hemos analizado los templos parroquiales más destacados construidos a lo largo de este medio siglo. A pesar de muchas buenas intenciones en la mayoría de estas edificaciones se pueden observar también algunas desorientaciones, en especial, en los años 60 y 70, que es cuando se construyeron un mayor número de templos. Cabe destacar que se ha tratado de una etapa muy convulsa tanto en la historia de la Iglesia como en el mundo de la cultura occidental y por tanto, de la arquitectura. Los arquitectos durante este tiempo han dejado de tener como válidos los ejemplos construidos anteriormente y en muchos casos, se ha prescindido casi por completo de una historia tipológica de casi dos mil años en la construcción de templos cristianos. A eso se debe añadir la falta de conocimiento de la liturgia y por tanto del “programa funcional y estético” del edificio a construir por parte de muchos de los creadores. No se debe olvidar también la carestía económica que ha sufrido la diócesis de Barcelona en este periodo, debiendo acometer muchas y costosas operaciones de construcción y remodelación de templos existentes con una gran escasez de medios. Esto ha llevado a que muchos proyectos arquitectónicos, no se llegaran a realizar tal como estaban previstos debido a la necesidad de realizar recortes presupuestarios.

Al analizar los diferentes templos se pueden detectar los siguientes aspectos que a nuestro juicio desorientan:

       · Pérdida de la capilla del Santísimo Sacramento, como espacio sagrado y acogedor para la oración personal

       · Desaparición de elementos de referencia, como el campanario

       · Falta de un lenguaje común identificable

       · Gran importancia de la cubierta frente a elementos de acabado

       · Desinterés por los elementos ornamentales y decorativos interiores

Estos aspectos son debidos a diferentes causas y muchos de ellos ya se han intentado corregir en los últimos templos iniciados en la década de los años noventa y principio del nuevo milenio.

Al desarrollar el proyecto de un templo, todos los agentes que intervienen en la construcción del mismo (arquitecto, constructor, propietario, párroco...) deben ser conscientes de que se trata de un espacio sagrado cristiano y como tal requiere de unas características especiales y diferentes a otro tipo de edificio. Entre estas características deben tener especial importancia la situación y la disposición de los diferentes espacios y elementos constructivos como son el presbiterio, la capilla del Santísimo y el campanario. Aunque el presbiterio está presente en todos los templos analizados, en algunas ocasiones no tiene una posición central o principal. Éste es el caso del templo de Sant Lluis Gonçaga en el cual debido a la gran importancia espacial de la cubierta, el presbiterio aparece desubicado en el templo (tanto es así que a lo largo de su historia ha tenido varias ubicaciones en el edificio). En el caso de la capilla del Santísimo ha habido muchas interpretaciones erróneas de su importancia en el templo, tanto por su ubicación (a veces en un lugar muy secundario del templo) como por su relación con el resto del templo cristiano. La capilla del Santísimo ha de ser un lugar especialmente cuidado y acogedor, al ser un lugar preferencial de oración. La ubicación de la capilla y su relación con el resto del templo y con la zona de acceso al edificio es fundamental. Por último como elemento a destacar hay que incidir sobre los elementos exteriores e identificativos de que se trata de un templo cristiano como es el campanario. Este elemento ha de servir como hito de referencia además de albergar los instrumentos de información acústica como son las campanas y los altavoces.

En muchas ocasiones el proyecto de un templo cristiano es un reto para los arquitectos que trabajan en su elaboración. image-9810d0103086278cb0831e1174c17fd5Este reto ha acabado convirtiéndose en un interés excesivo por la innovación tanto en formas como en materiales sin tener en cuenta el bagaje cultural que conlleva el templo cristiano. A esto se debe añadir que en ocasiones ha existido la intención de llevar a cabo el programa proyectual del templo desde una perspectiva laicista y muchas veces con un lenguaje arquitectónico despojado de cualquier reminiscencia cristiana. Para recuperar el lenguaje común que lleve a identificar el templo como iglesia y casa del Señor es imprescindible poner especial énfasis tanto en la forma del edificio como en los materiales constructivos utilizados desde la antigüedad. En el caso de la forma es interesante de destacar el caso de la cubierta inclinada frente a la cubierta plana, teniendo la primera una clara identificación con los templos construidos desde el inicio del cristianismo, además de un mejor funcionamiento constructivo y un menor coste de mantenimiento. En el caso de los materiales constructivos es interesante destacar el uso del ladrillo, la madera y la piedra como elementos que dan calidez y cercanía al edificio además de ser materiales que conectan con las iglesias de épocas anteriores. Dentro de este aspecto se podría englobar los elementos de vidrio: ventanas, claraboyas y vidrieras que además aportan la idea de que Dios es la luz.

Por último pero no menos importante se encuentran todos los elementos decorativos y representativos presentes en una iglesia. Entre estos elementos tenemos entre otros el altar, el ambón, el sagrario, el baptisterio, la imagen de la Virgen y del santo patrón, los confesionarios, la cruz y el Via Crucis. Todos estos elementos deben estar contemplados desde el inicio del proyecto para que la situación y la importancia que adquieran finalmente en el edificio sea la que realmente les corresponda. Deben llevar aparejados consideraciones estéticas de colocación y de iluminación. En algunas ocasiones el olvido o la indiferencia por algunos de estos elementos ha propiciado un templo inacabado o al cual le falta parte de su contenido esencial. Por no decir la fuerte carga catequética que tienen todos estos elementos.

 

Buenas noticias

En los últimos años del siglo pasado y principios de éste se ha venido realizando una fuerte revisión de todos estos templos construidos anteriormente. En especial esta revisión se ha visto particularmente impulsada con la publicación de “El espíritu de la liturgia” en el año 2000, por parte del cardenal Joseph Ratzinger, y después con su elección para la sede de Pedro. En la diócesis de Barcelona se ha estado trabajando desde los años 90 para que los templos construidos respondan perfectamente a las necesidades de la liturgia cristiana y sean, en especial, lugares donde un cristiano sienta que está en la “casa de mi Padre”.[3] 

Ricardo Gómez

Arquitecto y profesor en la Universidad Politécnica de Cataluña

NOTAS


[1] Memoria del Proyecto Arquitectónico para la Parroquia de Sant Gregori Taumaurg. 1955. Bartolomé Llongueras Galí.

[2] Jn 8,12

[3] Jn 2,16

  • 10 enero 2011
  • Ricardo Gómez
  • Número 37

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