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Los santos ayudan a mejorar la vida de los demás

El ejemplo de Álvaro del Portillo, inspirador de numerosas iniciativas sociales

El Papa Francisco ha manifestado en varias ocasiones que los santos son enamorados de Dios que contribuyen también a mejorar la vida de los demás: esta realidad se constata en el caso de mons. Álvaro del Portillo, sucesor de san Josemaría al frente del Opus Dei, que inspiró y alentó un centenar iniciativas en todo el mundo dirigidas a los sectores más necesitados. 

 

Algunos de los responsables de esos centros participaron en el congreso se celebró entre los días 12 al 14 de marzo de 2014 en la Universidad de la Santa Cruz con motivo del centenario de este sacerdote y obispo, que será beatificado el próximo 27 de septiembre. Como hilo conductor, se destacó el hecho de que en Álvaro del Portillo “la relación entre caridad y justicia no fue solo tema de predicación, sino de acción”, como sintetizó el teólogo Fernando Ocáriz, vicario general del Opus Dei.

 

El testimonio del filipino Ruben Laraya fue elocuente: en 1987, en una situación social muy inestable, de pobreza y opresión política, “mientras muchos hablaban de terror, un hombre hablaba de cambio, era Álvaro del Portillo”. Cuatro años después abría sus puertas en Cebú el “Center for Industrial Technology and Enterprise”, que en estos veinticinco año se ha convertido no solo en una realidad consolidada para la formación humana, técnica y profesional de los jóvenes, sino que con sus iniciativas ha colaborado en la reducción de la pobreza en una zona fuertemente afectada por el último tifón.

 

También se debe a Álvaro del Portillo el nacimiento del Centro Médico Monkole, en el Congo, que inició sus actividades con tres camas en 1991. Hoy, con varios pabellones y 50 mil visitas médicas anuales, es un punto de referencia para la sanidad en uno de los países potencialmente más ricos, y más conflictivos, de toda África. El doctor Leon Tshilolo, su director, relató que aún en “los momentos más difíciles del país, con saqueos y desórdenes, el centro no ha cerrado nunca sus puertas. Incluso la población de los alrededores lo ha protegido contra las bandas armadas que han invadido repetidamente la capital, Kinshasa”.

 

Mons. Ocáriz se refirió a Del Portillo como hombre que inspiraba serenidad y paz, características necesarias también en el ámbito social, como demuestran las experiencias de la labor formativa y asistencial en las “periferias” del mundo: “comprobamos a diario que las personas solo pueden contribuir a la paz en su entorno si primero ellos encuentran la paz en sí mismos”, afirmó el brasileño Roberto Ueda, director de Pedreira, un centro profesional situado en las favelas de San Pablo.

 

Promotor de iniciativas para el desarrollo integral

 

De ahí la necesidad “de no limitar el trabajo a lo exclusivamente ‘social’, sino de dirigirse a toda la persona, como pide el Papa en la ‘Evangelii gaudium’”, subrayó Sharon Hefferan, responsabile de “Metro”, un centro situado en la periferia de Chicago.

 

A los testimonios sobre el impacto social de estas y otras iniciativas surgidas por el aliento de Álvaro del Portillo, se unió también el relato de la cercanía personal manifestada por el futuro beato. Así lo expresaron, entre otros, el cardenal Carlo Caffara, arzobispo de Bolonia, que le conoció cuando él era un joven profesor universitario, o Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumental. “Su trato conmigo, dijo Argüello, siempre fue muy entrañable, lleno de dulzura y afabilidad, y más de una vez me manifestó su profunda admiración por todo lo que el Camino Neocatecumenal está haciendo en la Iglesia”.

 

Particularmente detallado fue el testimonio de la Madre María de Jesús Velarde, fundadora del Instituto Religioso “Hijas de Santa María del Corazón de Jesús”, al relatar la cercanía que le manifestó Del Portillo en momentos difíciles. "Mantuve veinticuatro encuentros con él en un arco de nueve años, casi todos de una hora de duración; conservo más de diez cartas y tres documentos que me dirigió. Por teléfono mantuvimos más de cien conversaciones. Me impresionaba ver con qué amabilidad y espíritu sobrenatural respondía a mis llamadas".

 

Perspectivas en torno al nuevo beato

 

Diversas personalidades subrayaron aspectos de la rica personalidad del que el próximo 27 de septiembre será proclamado beato.

 

image-fd65eaaebc3c7e1582408c8f1c88213dEn la conferencia inaugural intervino Mons. Javier Echevarría, prelado del Opus Dei. Vinculando el aniversario de la elección de Papa Francesco con la figura de Mons. Álvaro del Portillo, primer sucesor de San Josemaría al frente del Opus Dei, recordó que un aspecto central fue precisamente la fidelidad a la Iglesia y el amor al Papa. "Dondequiera que se dirigiera, Mons. del Portillo pedía siempre que se rezara por las intenciones del Romano Pontífice. Siempre estuvo movido por el deseo de llevar 'Roma a la periferia' y la 'periferia al Papa', como escribía San Josemaría".

 

El cardenal Julián Herranz se refirió al trabajo de Álvaro del Portillo como

secretario de la Comisión de la vida y ministerio de los sacerdotes en la Iglesia y en el mundo. Es una de las diez comisiones del Concilio Vaticano II, al que "le dio uno de los temas más complejos, desde el punto de vista y la disciplina teológica."

 

Como perito de esta comisión en ese momento, el cardenal Herranz recordó un aspecto que sólo conocen los que conocen la historia del Concilio: la gran divergencia entre los escasos esquemas preparatorios que fueron entregados a la Comisión, y "la amplitud de las cuestiones doctrinales y disciplinares que empezaron a suscitarse sobre la identidad y la imagen eclesial del sacerdote, y sobre las exigencias y las características de su vida y de su magisterio".

 

La Comisión elaboró las propuestas que se requerían, pero el Pleno del Consejo decidió que los temas, de hecho, eran tan importantes como para que fuera necesario el desarrollo de un documento de mayor amplitud, un verdadero "decreto conciliar". Este cambio supuso un esfuerzo de trabajo que recayó en gran parte en Álvaro del Portillo, quien coordinó el trabajo de treinta de los cuarenta miembros y expertos y consultores. El nuevo texto, luego aprobado como el decreto Presbyterorum ordinis se desarrolló en un tiempo récord y recibió una cálida casi unánime aprobación: los padres conciliares que votaron a favor fueron 2.394 y sólo cuatro en contra.

 

Además de trabajar en el Vaticano II y más tarde en diversos organismos de la Curia Romana, el historiador Josep-Ignasi Saranyana, puso de relieve algunas de las contribuciones de Del Portillo al derecho de la Iglesia. Señaló, en la práctica, la profundización de un "gran aspecto de importancia jurídica": la noción de "fieles", que precede a la de clérigo secular o religioso.

 

"El argumento expuesto por monseñor Del Portillo acerca de los laicos era verdaderamente innovadora en la ciencia canónica", explicó el jurista José Luis Gutiérrez. "Mientras que las personas en la Iglesia se dividen básicamente en tres categorías -clero, religiosos y laicos- señaló que, todos los bautizados tienen en común la condición de fieles cristianos, todos participan activamente en la misión de la Iglesia – ésta no puede considerarse como puramente pasiva- y todos están llamados a la santidad ".

 

Álvaro del Portillo sostenía, que los fieles de la Iglesia tienen derechos y deberes; distingue entre los derechos fundamentales y los derechos individuales. Por esta razón, recordó el Prof. Saranyana, Del Portillo abogó por "una ley fundamental de la Iglesia en la que estos derechos fundamentales se enumeran y fueran protegidos adecuadamente. Es un tema sobre el que luego ha reflexionado otros expertos en derecho canónico ".

 

Un complemento humano en la figura de Del Portillo fue ofrecido, entre otros, por el prof. John Coverdale, de la Facultad de Derecho de Seton Hall University (Estados Unidos). Como  autor de varios estudios sobre la historia del Opus Dei, Coverdale hizo hincapié en un aspecto quizá poco conocido: San Josemaría, el fundador "era un hombre santo dotado de grandes cualidades humanas, pero que también necesitaba amor y apoyo, y esto lo recibió especialmente de Álvaro del Portillo ".

 

Telegrama del papa Francisco

 

El papa Francisco, através del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, hizo llegar un telegrama al Prelado del Opus Dei el día 11 de marzo inicio del centenario de Álvaro del Portillo. Para el Papa Francisco, es una ocasión para que "se ponga en evidencia el precioso ejemplo de vida del fiel seguidor y primer sucesor del santo fundador del Opus Dei".

 

De su vida y su obra, el Romano Pontífice subrayó que Álvaro del Portillo fue "un sacerdote que supo conjugar una intensa vida espiritual fundada sobre la fiel adhesión a la roca que es Cristo, con un generoso empeño apostólico que lo convirtió en peregrino por los cinco continentes".

 

El Santo Padre exhorta a “imitar la vida humilde, alegre, escondida, silenciosa, pero también decidida en el testimonio de la perenne novedad del Evangelio” de este sacerdote al que la Iglesia va a declarar beato.

Giovanni Tridente 
Periodista

 

  • 01 septiembre 2014
  • Joaquín González-Llanos
  • Jornadas y congresos

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