Cristo, la esperanza fiable. A.V.Nates
Se ha celebrado los días 21 a 23 del pasado mes de noviembre la X Edición del Congreso "Católicos y Vida Pública" en la Universidad San Pablo-CEU de Madrid, bajo el lema «Cristo, la esperanza fiable». La finalidad de los organizadores parte del convencimiento de que los católicos podemos y tenemos que estar presentes en la vida pública, en donde tenemos mucho que aportar. Ante los cambios políticos, sociales y jurídicos que se están produciendo, el congreso resulta ser un marco de reflexión e impulso para todos los creyentes, y de concienciación sobre la necesidad de dar soluciones cristianas con proyección social, y de hacer cultura de la fe.
El discurso de inauguración lo pronunció Manuel Monteiro de Castro, nuncio apostólico, en presencia de Alfredo Dagnino, presidente de la Asociación Católica de Propagandistas. La primera ponencia, titulada ¿En qué consiste esta esperanza?, estuvo a cargo de Mons. Juan A. Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid y secretario de la Conferencia Episcopal Española. Tomó como base la encíclica de Benedicto XVI, Spes Salvi. Señaló los elementos que configuran una forma de vida sin esperanza, alejada de Dios, y desarrolló el perfil de la esperanza cristiana, verdaderamente humana y capaz de renovar la vida pública. Después de describir las características que revelan una cultura de la muerte, se preguntó el porqué de esta debilidad existencial y reformuló el dicho popular de «mientras hay vida, hay esperanza»: «cuando falta la esperanza, no hay nada que anime la vida». Su diagnóstico apuntó a una cultura que ha pretendido sustituir el Dios de la esperanza por el dios del progreso; el arte, el ingenio humano, pretende sustituir la naturaleza. Primero, el cosmos, la tierra, la sociedad y, finalmente, el ser humano, pretenden convertirse en ámbitos que vayan dejando de ser la naturaleza que son, para poder ser utilizados por el ingenio humano. Consideró que el poder de la ciencia y su aplicación práctica fundamentan esta ideología del progreso. Alertó ante un progreso que se convierte en ideología, que oculta la realidad, y lo convierte en un sustituto de la salvación. Pero la ideología del progreso, la utopía de los tiempos modernos, ha entrado en crisis. Desarrolló la cita de Benedicto XVI ¿«la razón de poder y hacer, es ya toda la razón?» En la segunda partede su ponencia, glosó el contenido del número 31 de la encíclica Spes Salvi, para concluir con las virtualidades de la esperanza cristiana para la renovación de la vida pública: mueve al ejercicio de la oración privada y pública; los lugares, palabras, signos, grupos humanos, crucifijos... son renovadores de la vida pública, porque señalan a la sociedad su sentido, lo que es, el medio histórico de la realización de las personas como imagen de Dios; configuran su actitud moral.
A continuación se celebraron las mesas redondas sobre La razón de nuestra esperanza, con la participación del profesor Josep Maria Alsina, rector de la Universidad Abat Oliba, Leonardo Rodríguez Dupla, catedrático de la Universidad de Salamanca y Armando Segura Naia, catedrático de filosofía de la Universidad de Granada. El profesor Alsina disertó sobre el objeto de la esperanza, según santo Tomás; el profesor Rodríguez Dupla sobre la alianza fe-razón y el profesor Segura Naia dictó una original ponencia sobre creación y evolución.
Valores cristianos y derechos humanos
La mesa Mártires de la esperanza contó con la participación del jefe del Vatican Information Service, Miguel Castellví, y la mesa Dimensiones y lugares de la esperanza, con la participación de los presidentes de diversas
instituciones de la Iglesia como Manos Unidas y Cáritas Española, y representantes de diversas publicaciones, que desarrollan una intensa y eficaz ayuda de promoción y desarrollo social en países y personas menos favorecidos.
Jude P. Dougherty, decano emérito de la Universidad Católica de Washington, fue presentado por José Miguel Oriol, presidente de Ediciones Encuentro, disertó sobre Un mundo entre el nihilismo y la esperanza. Realizó un recorrido histórico sobre el sentido de la esperanza desde los primeros filósofos del S.VI a.C., los estoicos, santo Tomàs, Pieper, etc. hasta Benedicto XVI. Entre otras conclusiones, afirmó que la historia está siendo reescrita en Europa sin el cristianismo y a la universidad católica le corresponde estar en vanguardia y refutar lo que denominó la «falsificación de la historia».
Las mesas redondas abordaron los temas Una política para la esperanza, Una ley para la esperanza y, Esperanza para un mundo globalizado. En la primera, Mercè Aroz Ibáñez, doctora en Economía y exsenadora socialista hizo una muy aplaudida exposición sobre la laicidad del Estado, en la cual afirmó que el laicismo es una perversión de la democracia, y abogó por la construcción de una ética común que conduzca a una convivencia integradora, y reafirmó la vinculación entre los valores cristianos y los derechos humanos (...) «con el apoyo de la ciencia, el aborto se opone a los derechos humanos» afirmó. En el turno de preguntas, explicó el proceso de su conversión.
La mesa sobre Una ley para la esperanza fue moderada por Benigno Blanco, presidente del Foro de la Familia, quien afirmó que es escasa su esperanza en la Ley y mucha en el Derecho, la justicia que hay en las cosas; "dar a cada uno lo que le corresponde" supone que hay un "deber" para cada uno que nos hace justos si lo «reconocemos» e injustos, en caso contrario.
Exponer la fe en el presente momento cultural
En el segundo día del Congreso, la ponencia general fue a cargo de Vittorio Sozzi, responsable del Servicio Nacional para el Proyecto Cultural de la Conferencia Episcopal Italiana. El tema de la disertación fue Quien tiene esperanza, vive de otra manera. Su exposición se centró en la experiencia del proyecto cultural puesto en marcha en Italia que se gestó a iniciativa de Juan Pablo II en 1995, con el fin de exponer la fe a través de la experiencia, la vida, y el lenguaje en el contexto actual.
Las otras mesas redondas versaron sobre Educación y cultura para la esperanza», Una economía de la esperanza, La migración de la esperanza.
Educación y cultura para la esperanza tuvo como ponentes a Aviv Chamoun-Nicolás, profesor honorario de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, José Javier Esparza, escritor y periodista, Andrés Gambra Gutiérrez, secretario general de la Universidad Rey Juan Carlos y Krzysztof Zanussi, profesor de la Universidad de Silèsia.
Un grupo de expertos analizó los temas mencionados en las sesiones simultáneas: Una economía de la esperanza, presidida por el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Sant Pablo CEU, Rafel Rubio; La migración de la esperanza, presidida por Miguel Osorio, director de la cátedra de Inmigración de la Universidad Francisco de Vitoria.
La ponencia de la tarde atrajo a un numeroso público por la presencia, como ponente, del mediático escritor Juan Manuel de Prada, que tituló su conferencia: La gran esperanza, yo soy definitivamente querido. En el turno de preguntas, el escritor tuvo ocasión de referirse a la responsabilidad de la misión de la cual se siente portador, es decir, defender la verdad.
Las mesas redondas que se celebraron a continuación versaron sobre Comunicación de la esperanza, y acudió también como invitado el escritor, junto con Julio Ariza, presidente del Grupo Intereconomía, Francisco Maruhenda, director de La Razón i Alfonso Coronel de Palma, presidente de la COPE.
Las mesas Familia, esperanza del mundo y Confianza y defensa de la vida estuvieron presididas, respectivamente, por el director de Alfa y Omega, Miguel Ángel Velasco, y Luis Rivas y Ana Cheliz, del Camino Neocatecumenal; y Conrado Jiménez, presidente de la Fundación Madrina. La oncóloga Yolanda Vilches, miembro de la unidad de Cuidados Paliativos de La Paz, y el doctor Carlos Sègol Cortès, jefe de Medicina Paliativa de la Universidad de Navarra, se ocuparon en sus presentaciones de los cuidados paliativos, precisando la actitud del médico, los conceptos técnicos y los elementos éticos de esta especialidad. Por su parte, el doctor Jesús Poveda, presidente de Provida, realizó una presentación gráfica a favor de la vida.
La actividad cultural de la noche del sábado, consistió en el estreno del documental sobre Ángel Herrera Oria, un apóstol en la vida pública, proyectado en el Aula Magna de la Universidad San Pablo-CEU.
El domingo 23 tuvo lugar la clausura, después de la celebración de la Misa, presidida por el cardenal Antonio M. Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Madrid. La conferencia fue pronunciada por Alfredo Dagnino, con el título La esperanza tiene que llegar a todo el mundo. Destacó la importancia de la unidad de los católicos para dar a una testimonio creíble del evangelio.
Como en anteriores ocasiones, el congreso está destinado a toda familia, y de forma simultánea ha tenido lugar el congreso infantil y un acto para jóvenes, con la adaptación de los temas y contenidos a su edad, a través de talleres, manualidades, y actividades deportivas.
El Rotativo, periódico mensual, editado por los alumnos de la Facultad de Periodismo, realizó un nuevo esfuerzo para que se publicaran tres ediciones durante los días del congreso. Las comunicaciones presentadas en esta edición se acercaron a las ciento cincuenta. El congreso se retransmitió en directo por internet, lo cual permitió a muchas personas seguir las jornadas desde diferentes lugares de España y de Hispanoamérica y formuló en directo sus preguntas a los ponentes. En la página web de la Universidad, hay disponibles muchos vídeos de las diversas ponencias.
Ana Victòria Nates
Licenciada en Derecho