Mis años con Juan Pablo II

Joaquín Navarro Valls (1936-2017), médico y periodista, que durante 22 años fue director de la Oficina de prensa (Sala Stampa) vaticana. En ese período los Romanos Pontífices eran san Juan Pablo II (1984-2005) y Benedicto XVI (2005-2006). Fue el primer laico que ocupó ese puesto. Miembro del Opus Dei. Tuvo una parte muy activa en los años en que era portavoz de san Juan Pablo II por la gran actividad que desarrolló ese Papa en eventos, viajes y publicación de documentos importantes. Además, acompañaba a legaciones de la Santa Sede en conferencias internacionales mundiales como en el Cairo (1995), o reuniones con otras confesiones religiosas como la Iglesia ortodoxa rusa.

 

El presente libro intentó trabajarlo un tiempo para publicarlo en vida, nada más morir Juan Pablo II, pero después declinó. No se sentía con fuerzas para poner en orden los más de 600 folios que recogían notas de ese tiempo en la Sala Stampa. Y lo dejó para que lo publicaran, pasado un tiempo después de su muerte, a profesores de la Facultad de Comunicación de la Universidad de la Santa Cruz.

 

Son notas fragmentarias, vivas, de momentos que él consideraba importantes, pero no con los parámetros de un historiador o de un biógrafo. Por ejemplo, se salta años enteros, sobre todo a los comienzos de las notas; eventos importantes como la caída del Muro de Berlín, visitas de dignatarios al Vaticano... Los que narra se refieren a la faceta más humana y espiritual de san Juan Pablo II, y aquéllos en que sólo el autor es conocedor de determinados aspectos. En ese sentido, este libro es una verdadera joya, pues trata de la vida de un santo, san Juan Pablo II (El año que estuvo como portavoz con Benedicto XVI viene tratado muy brevemente). Cuenta anécdotas, expresiones, confidencias, valoraciones que ayudan a comprender más ese pontificado y a darse cuenta de que los santos son muy humanos y más amables y alegres de lo que parecen desde fuera.

 

Por citar algún pasaje, en un momento dice Joaquín al Papa que algunos dicasterios vaticanos, da la impresión, de que publican escritos o documentos para  justificar su existencia. San Juan Pablo II, con una sonrisa dice que las cosas se estudian a fondo y que eso lleva tiempo y puede dar esa impresión. Joaquín acepta la corrección, se da cuenta de que ha hecho un juicio precipitado. De hecho, se ve que los planes del propio Papa respecto a sus documentos van cambiando para madurarlos más, como ocurre, por ejemplo con la encíclica “Veritatis Splendor” que se pospuso tres años para madurarla más, también porque esperó a que antes se publicase el Catecismo de la Iglesia Católica.

 

Explica muchas anécdotas de la vida de oración de San Juan Pablo II. Momentos de verdadera contemplación, en que se abstraía de lo que pasaba alrededor, casi sin darse cuenta. Otro momento al que Joaquín le da importancia es un día en que Hans Küng publica un artículo plagado de críticas al Papa. Joaquín le pide a Vittorio Messori que responda a estas críticas. Éste lo hace con celeridad. Acaba la respuesta a las tres de la madrugada. Al día siguiente, Joaquín le explica todo el affaire al Santo Padre. Éste le escucha en silencio. Ni una crítica, ni un comentario negativo contra el polémico teólogo. Esto no deja de impresionarle a Joaquín: la valoración positiva que el Papa hacía de todas las personas.

 

Joaquín es consciente de que vive cerca de un santo. Incluso va previendo quedarse con reliquias (con motivo de análisis clínicos). Aprovecha intensamente estos años para su vida espiritual. Cosa que recoge con naturalidad en estas notas.

 

 

Es un libro conmovedor, muy bien escrito. Que domina los tiempos y las emociones, como buen periodista. Que enseña también lo noble que puede ser la profesión de periodista cuando se viven las normas de la ética y del amor a la verdad, y de la pasión por informar.

 

Joaquim González-Llanos 

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