De la mano de las mejores: Claves para un liderazgo sinérgico

Empezaría por destacar el concepto de liderazgo sinérgico, incluido en el subtítulo de este libro y que refiere a mujeres, aunque se diría que también aplica a hombres. El punto de partida es el “feminismo sinérgico” que viene a superar viejas y nuevas fórmulas de feminismo, con frecuencia basadas por la ideología de género y que ven la familia como un obstáculo para la actividad profesional fuera del hogar.

 

Las autoras se enfrentan a quienes insisten en la necesidad de escoger entre los ámbitos de la vida: la profesión o la familia, o más concretamente, entre la profesión o la maternidad. Piensan que esta disyuntiva es injusta, cruel y, sobre todo, innecesaria. En su lugar proponen un feminismo “que se construye a partir de colaboración, no de confrontación” (p. 33). Argumentan que hombres y mujeres son iguales, en tanto que personas, con idéntica dignidad humana y derechos innatos, pero diferentes en los ámbitos biológicos y psicológicos. De aquí que la igualdad fundamental deba compaginarse con el reconocimiento y defensa de la diferencia y la diversidad. A partir de aquí, proponen la complementariedad basada en las diferencias y el trabajo conjunto de mujeres y hombres para alcanzar objetivos comunes, tanto en la empresa como en la familia.

 

La RAE define “sinergia” como “acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales” y esta es la idea que subyace en el feminismo sinérgico, que se aplica también a actividades de liderazgo. Según las autoras de esta obra, “en sociedades en las que el Derecho ampara a la mujer y su dignidad como persona, la clave está en facilitar el máximo la conciliación entre la vida familiar, personal y profesional, teniendo en cuenta, además, que actuar en favor de esta conciliación beneficia tanto a las mujeres como a los hombres.” (p. 33)

 

El libro está dividido en cuatro partes. En la primera se hace un recorrido por la llamada “cuestión femenina”, analizando diversas formas de feminismo, para llegar al feminismo sinérgico, como una “cuanta ola de feminismo”, que es integrador.

 

En la segunda parte se plantea la importancia de tener clara una trayectoria vital, superando las falsas creencias culturales sobre capacidades, motivaciones y talento femenino; rompiendo así el denominado “techo de cristal”. Se advierte también sobre otro techo más difícil de romper –el “techo de cemento”– que no viene de fuera, sino de dentro de cada una. Es “una barrera personal, interna que se autoimponen las mujeres debido a los sesgos, a la formación recibida o la presión extrema y desproporcionada que conlleva superar las dificultades que comporta integrar el mundo laboral con el familiar y personal,” las cuales se relacionan con la falta de confianza o el miedo al fracaso (p. 40).

 

En la tercera parte, la más extensa, titulada “Vidas integradas” describen y entrevistan a 15 mujeres, líderes empresariales de diversos países de España y Latinoamérica, con largos años de experiencia, que han sabido y podido integrar su vida conciliando actividad laboral y vida familiar. Pertenecientes a diferentes ámbitos profesionales, presentan algunas características comunes, además de esta integración. En el prólogo del libro, Isidro Faine, presidente de la Fundación “la Caixa”, señala varios rasgos de las entrevistadas: “la empatía, la capacidad de inspirar, la autoconfianza, la gestión del tiempo, la asertividad, la creatividad o la observación de los detalles, entre otras señas de identidad.” (p. 12)

 

En la cuarta, y última parte, se presentan conclusiones interesantes para “una vida integrada en un mundo sostenible” a partir de las entrevistas. Se destaca la importancia de asumir una misión personal y poner pasión con la voluntad de trabajar duro para llevarla a cabo. También se subraya la autoconfianza demostrada, la importancia de la preparación, la capacidad de negociación y de establecer relaciones (networking); el saber delegar y formar y dirigir equipos. Una adecuada gestión del tiempo y una apropiada toma de decisiones son otras cualidades reseñadas. Las autoras terminan con una reflexión sobre la importancia de gestión del tiempo para una vida integrada y sobre la aportación que puede hacer a la sostenibilidad el estilo de liderazgo femenino. 

 

El libro podría haber sido una valiosa investigación, pero no era este su objetivo, sino “apoyar y ofrecer una guía de reflexión a las mujeres que están en un momento profesional, quizá complicado o que se enfrentan a decisiones sobre su trayectoria de vida, con la necesidad y el deseo de poder integrar todos sus ámbitos (profesional, familiar, personal y social)” (p. 15). En efecto, el testimonio de las mujeres entrevistadas y algunos comentarios pueden ser estimulantes para otras mujeres. El libro contribuirá también a entender el mundo femenino y aprender de sus dificultades, de su esfuerzo, así como de su capacidad de integración. Por lo demás, hay intuiciones sugerentes y modos de ejercer el liderazgo y la práctica directiva que merecen atenta consideración.

 

Cómo crítica, añadiría que, a lo largo de la obra, se destaca poco el liderazgo sinérgico resaltado en el título y en el primer capítulo. Una reserva que quizá se pueda subsanar en una futura edición. También sería deseable una mejor integración entre las distintas partes del libro y una mayor profundización bibliográfica tanto para introducir el tema como para comparar los resultados. Esto no quita el mérito del libro, que lo tiene, ni su recomendación de lectura. 

 

En todo caso, compartimos, el mensaje optimista, con el que concluye el libro: “Una nueva generación de mujeres defiende su derecho a compatibilizar su trabajo profesional con su dedicación a la familia. No quieren renunciar a tener hijos y no pretenden copiar actitudes, modos de comportarse, ni maneras de pensar masculinas.” (p. 189)

 

Domènec Melé 

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