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La buena y la mala educación. Ejemplos internacionales

Inger Enkvist

Encuentro

Madrid 2011

315 pág.

image-819b8cad536803acb2dedff31b3635b5Este libro pretende explicar en qué consiste una buena educación de calidad. Para conseguir este objetivo se analizan distintos sistemas escolares de varios países de diversa índole: tanto de aquellos que dan buenos resultados como de aquellos que los dan malos. Se va siguiendo un itinerario comparativo intentando mostrar por qué razones el modelo educativo no funciona, ante la mirada atónita de los distintos agentes educativos que no terminan de reaccionar ante los fracasos tan clamorosos del modelo educativo reinante en muchos países occidentales. Se trata de hacer pensar y de poner un remedio urgente ante esta situación de crisis. Y se intenta proponer soluciones y maneras de hacer que puedan mejorar prontamente la situación como se ha demostrado en algunos países en que la calidad educativa ha mejorado ostensiblemente. Véase por ejemplo los casos de Suecia o de Finlandia.

Este ensayo se basa en una gran cúmulo de conocimientos de la autora sobre las diferentes experiencias educativas realizadas en países de occidente que presentan problemas comunes. Su condición de lingüista, catedrática de español en la Universidad de Lund en Suecia y de traductora y experta en Mario Vargas Llosa y Juan Goytisolo, le facilita la reflexión sobre los casos nacionales reales que explora. En concreto, algunos de estos casos reales son: el estudio de los problemas derivados de la utilización de las nuevas pedagogías en Suecia y sus diferencias con respecto a Finlandia, que en este sentido va en cabeza de la educación europea según los informes Pisa; las experiencias francesas en que maestros críticos con estas nuevas pedagogías han obtenido éxitos educativos en los barrios multiétnicos de las grandes ciudades; el caso de los asiáticos norteamericanos donde el valor que se le da al esfuerzo y a la formación es muchos más importante que el nivel económico que se tiene; una referencia al caso español con su propia idiosincrasia.

Insiste el libro en la responsabilidad de los profesores en su formación. No todo es cuestión de presupuestos, aunque es verdad que tienen que tener un sueldo digno. Deben reclamar su espacio de autoridad y de autonomía para no verse limitados en su empeño por enseñar y transmitir a sus alumnos junto al saber, las buenas costumbres.

La tesis del libro es la siguiente: “si se quiere entender lo que ha sucedido en la educación de Occidente en los últimos años, es esencial estudiar los contenidos y métodos de todo un conglomerado de pedagogías que podríamos tildar de 'libertarias´ o 'progresistas´, y que, a falta de un apodo mejor para ellas, llamaremos sintéticamente, de ahora en adelante 'nueva pedagogía´. Este haz de propuestas educativas se caracteriza por enfatizar al máximo la libertad del alumno, lo cual se complementa con un conjunto de propuestas asociadas al mundo de la tecnología y de la empresa que a todos nos sonarán. Según esta pedagogía, el uso de ordenadores y de internet, así como el trabajo tanto individual como en equipo, serían las grandes claves educativas para preparar al alumno de hoy a un futuro brillante en el mercado laboral”. Se trata de denunciar el gran fracaso de esta “nueva pedagogía”, especialmente en lo que se refiere al aprendizaje de la lengua.

El hilo conductor es el caso sueco, y esto no solo porque la autora es sueca, sino porque es un país que está de vuelta: a principios de los años setenta “se convirtió” a la “nueva pedagogía”, y entonces empezaron a manifestarse los problemas educativos. Pero recientemente el gobierno sueco se ha dado cuenta de la problemática que preside este libro y ha lanzado un ambicioso plan de rectificación de esa nueva pedagogía por considerar nefastos sus resultados.

La corrección va en el sentido de que es necesario el esfuerzo. Se deben formular reglas concretas y positivas, ya desde pequeños. Es necesario que el adulto le diga al niño como ha de comportarse. Evidentemente, se debe escuchar al alumno cuando infringe las reglas. Pero se debe dejar claro que la conducta mostrada no es aceptable.

Para ayudar la maduración de niños y adolescentes es esencial enseñarles buenas costumbres y alejar a los jóvenes de ambientes destructivos para protegerlos hasta que hayan madurado.

El sentido común preside los muchos consejos que se dan en este libro, que serán de gran ayuda a los agentes educativos: políticos, profesores y padres.

Eduard Ventura 

  • 24 febrero 2014
  • Inger Enkvist
  • Número 46

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