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Despedida dedicada a un gran colaborador de 'Temes d'avui': Josep Vall i Mundó (1937-2013)

El pasado miércoles 27 de marzo, el Dr. Josep Vall i Mundó nos dejaba para ir a la Casa del Padre. Al día siguiente, Jueves Santo, tenía lugar una liturgia de la palabra presidida por el Dr. Antoni Pujal, vicario del Opus Dei en Cataluña, image-a16347385e5c86917c16836d989bc942precediendo su entierro. Fue justamente en la iglesia del Santa María de Montalegre del Raval barcelonés, en la que Mn. Vall había dedicado gran parte de su labor pastoral en los últimos años de su vida, desarrollando un intenso trabajo pastoral y social entre las familias del barrio y de otras personas que acudían. 

Mn. Josep nació en Barcelona en 1937, en el seno de una familia profundamente cristiana con siete hijos, de los cuales tres, Miguel, Manuel y él mismo, fueron sacerdotes. Poco antes de su nacimiento, el padre murió y la madre, María, se trasladó a Sarrià y allí llevó adelante la construcción de la casa. Mn. Josep estudió el bachillerato en Técnico Eulalia, en el corazón de Sarrià, y luego cursó la carrera de Derecho en la Universidad de Barcelona. En su juventud, conoció el Opus Dei y se sintió llamado a vivir la espiritualidad de la Obra fundada por san Josemaría Escrivá en 1928. Poco después de terminar la carrera, se trasladó a Roma, donde completó los estudios de Teología y consiguió el grado de doctor en Derecho Canónico en el Angelicum (hoy Universidad de santo Tomás).

En 1961, san Josemaría le pidió que fuera a Holanda a comenzar la labor apostólica del Opus Dei en aquel país, junto con dos personas más. Allí pusieron en marcha la residencia universitaria Leidenhoven en Amsterdam. En 1964 fue ordenado presbítero y volvió a ese país, donde residió hasta finales de esta década. Allí dejó el corazón y muchos amigos, que cuarenta años después, todavía le escribían o venían a visitarle. Después, volvió a España, pasó por León y por Oviedo y, finalmente, regresó a Cataluña, primero a Tarragona y después a Barcelona. Allí donde estuvo, hizo una profunda labor pastoral entre fieles de todas las clases sociales y también de fraternidad con sus hermanos sacerdotes.

Conocedor profundo de la literatura francesa, rusa y catalana, pero también española y de todo el mundo, colaboró en Temes d´avui con numerosas recensiones de libros y diversos artículos de pensamiento. Es remarcable, por ejemplo, La Iglesia en Holanda. Apuntes sobre una crisis eclesial (Temes d´avui, n. 20, 2006) y Raissa Maritain y su tiempo (Temes d´avui, n. 38, 2010).

El Dr. Ferran Blasi, otro gran colaborador nuestro, se encargó de la homilía de la misa-funeral, celebrada una vez pasada la Semana Santa. Destacó, entre otras cosas, que Mn. Josep aprendió de san Josemaría, cerca del cual estuvo especialmente en sus años de estudios en Roma, que «todos, sacerdotes y laicos, deben tener alma sacerdotal y mentalidad laical: Deben amar las cosas divinas y las humanas».

En otro momento de la homilía, afirmó que «en Mn. Josep hemos visto manifestarse el amor a las cosas humanas, que son buenas porque han sido creadas por Dios: el mundo, la familia, la belleza, el trabajo de cada día, y también el amor a las cosas divinas, y con ello, la invitación a ofrecerlas todas a Dios para hacerlas materia de la santificación personal».

Tenía una gran afición por los libros, pero, como recordaba el Dr. Blasi, esta afición iba siempre acompañada de servicio y de una fina caridad. Con su dedicación, fue enriqueciendo varias bibliotecas especializadas para el estudio de las humanidades y de la filosofía y la teología, y procurando que se conservaran en buen funcionamiento; también sabía conseguir ese libro que alguien necesitaba para su trabajo, e incluso, se adelantaba a ofrecérselo, interpretando su deseo.

Mn. Vall tenía una visión realmente universal, pero eso no le impedía un gran amor a sus raíces... ni una gran afición al Barça. Lo echaremos de menos, pero su ejemplo perdurará y también la gratitud y la oración de aquellos que trabajamos para sacar adelante Temes d´avui.

Redacción

  • 20 agosto 2013
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  • Número 45

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