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Conversaciones con Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer. Edición crítico-histórica

José Luis Illanes y Alfredo Méndiz

Ediciones Rialp

Madrid, 2012

570 pág.

Estamos ante la tercera edición crítica-doctrinal que se publica de las obras completas de San Josemaría Escrivá de Balaguer. Las anteriores se ocuparon de Camino y Santo Rosario. Se trata de un libro muy distinto a estos otros ya image-4c313b11b460a9fccedbf2fd378269e9que recoge un conjunto de entrevistas realizadas para Le Figaro, The New York Times, Time, L'Osservatore della Domenica y para las revistas españolas Telva, Gaceta Universitaria y Palabra.

La entrevista es un género que no se utilizaba en los inicios del periodismo. En sus comienzos muchas personalidades consideraban incluso de mal gusto que les hicieran preguntas sobre su vida o sus acciones. Argumentaban que si querían decir algo, podían hacerlo en una declaración o en un escrito, sin necesidad de que alguien les hiciera preguntas que podían ser indiscretas cuando no inoportunas.

Con el tiempo este género periodístico se ha vuelto indispensable, con sus variantes: entrevistas en directo, recogidas por el periodista a vuelapluma o mediante grabadora, o por escrito mediante cuestionario.

San Josemaría concedió siete entrevistas periodísticas, y todas ellas en un periodo breve de su vida, entre 1966 y 1968. Son las que recogió el libro Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer, popularmente conocido simplemente como Conversaciones, publicado por primera vez en 1968

Con mucha anterioridad, en los años treinta, san Josemaría había publicado dos breves libros que tuvieron tiradas millonarias, Camino y Santo Rosario. Desde entonces sólo había aparecido su estudio teológico-jurídico La abadesa de las Huelgas, un libro, por su carácter, de divulgación limitada. Las compilaciones de varias de sus homilías, Es Cristo que pasa y Amigos de Dios, llegarían en los años setenta. Con carácter póstumo se publicaron puntos de meditación en dos libros, Surco y Forja.

¿Qué le llevó a san Josemaría conceder esas entrevistas? ¿Quiénes fueron los entrevistadores y cómo se desarrollaron? La respuesta está en esta edición crítico-histórica, cuyo sentido no es estrictamente el convencional. “Cuando decimos crítico histórica -indicó el profesor Illanes, uno de los autores, en la presentación del libro en Roma- no nos referimos como se suele entender, a una recolección de documentos o de homilías o discursos de grandes personajes, que muchas veces se transmitían oralmente hasta que eran escritas, y por lo tanto era necesario confrontar las fuentes y las diversas versiones. Porque en el caso de san Josemaría está todo escrito, grabado o filmado”. Entretanto, indicó, “en esta edición crítico histórica se explica el contexto en que se realizaron, incluso aparecen entrevistas completas que en diarios como el New York Times, salieron muy recortadas”. Efectivamente, los autores reconstruyen con meticulosa exactitud los escenarios de cada entrevista y explicar porqué las afrontó San Josemaría, pese a su resistencia natural a ser protagonista en los medios de comunicación.

Los autores de este libro señalan qué sucedía en el mundo en aquellos años: la sociedad se encontraba inmersa en una serie de contradicciones que emergieron, como un estallido, en la Revolución del 68, que puso en tela de juicio toda una serie de valores. Y la Iglesia vivía la época del post-Concilio, con Pablo VI hondamente preocupado por las deformaciones de la doctrina conciliar llevadas a cabo por una abusiva interpretación de los textos, y con frecuente invocación a un “espíritu” que entraba en contradicción con la verdadera doctrina expresada durante siglos.

San Josemaría se vio en la obligación de hablar, y lo hizo en los modernos aerópagos en que se habían convertido los periódicos. Su disposición a atender entrevistas fue a raíz de una petición que hizo el corresponsal en España de Le Figaró, Jacques Guillemé-Brulon.

La condición que puso fue que le enviara un cuestionario y que las respuestas las haría por escrito. Este procedimiento no es el que más ilusiona a un periodista, que pierde la ocasión de “repreguntar” y no puede captar el efecto que produce la pregunta en el entrevistado, pero asegura la exactitud de la respuesta, que no queda a la interpretación o a la capacidad de síntesis del periodista.

Todas las entrevistas que concedió siguieron este mismo trámite, completado, eso sí, por el ofrecimiento de recibir personalmente al periodista para poder aclarar cualquier punto y someterse a la sesión fotográfica habitual.

La experiencia de Le Figaró salió bien. El periódico francés recogió la conversación en su práctica totalidad, cosa que no sucedió en las posteriores entrevistas con Tad Szulc, afamado corresponsal de The New York Times y con Peter Forbath, de la revista Time.

La entrevista en el primero de estos dos medios apareció como artículo y las respuestas de San Josemaría no ocupaban más que un diez por ciento de su extensión. Peor destino tuvo todavía el cuestionario respondido a Time, del que aprovecharon sólo en un cinco por ciento, enmarcado en un trabajo, en el que participaron varios corresponsales, con fondo muy negativo para el Opus Dei.

La mayoría de preguntas de estos medios se centraban en el poder del Opus Dei, su rápida expansión, su relación con la política, su modelo organizativo, y se nota en las respuestas de San Josemaría el esfuerzo de reconducción de cada pregunta (tuvo el mérito de no rechazar ninguna) hacia la realidad de una institución fundada por voluntad de Dios, con fines espirituales, y respetuosa la libertad de sus miembros, cuyo carisma es la santificación de la vida corriente.

A estas entrevistas se añadieron otras cuatro, con temática específica: eclesiástica, para L´Osservatore della Dominica y Palabra; universitaria, para Gaceta Universitaria; femenina y familiar, para Telva.

Al editar Conversaciones se incluyó la homilía del Campus de la Universidad de Navarra “Amar al mundo apasionadamente”, de 1967, que aclara muchos puntos tratados también en las entrevistas de prensa, como la secularidad, el matrimonio, la libertad y el pluralismo.

En conjunto, el volumen resulta muy interesante por el esfuerzo sintético y la claridad del fundador del Opus Dei al responder a cada pregunta. Puede interesar hoy no sólo a los 90.000 fieles del Opus Dei, sino también a estudiosos del mensaje de San Josemaría y a tantas personas que se acercan con interés a esta Prelatura de la Iglesia Católica o deseen profundizar en el pensamiento o en la espiritualidad este santo, ampliamente conocido y venerado en todo el mundo.

Antoni Coll Gilabert

  • 13 abril 2013
  • José Luis Illanes y Alfredo Méndiz
  • Número 44

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