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PRO VIDA CATALUÑA: 25 años ayudando a las madres gestantes en dificultades

Fundación Pro Vida de Catalunya

El 30 de abril de 1987, 300 familias catalanas constituyeron una fundación, con el fin de promover el valor de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural y de ofrecer apoyo y asistencia gratuita a mujeres gestantes o con image-ca4183941b45cacda077e77b8676ae77hijos recién nacidos, en situación de pobreza, marginación o de otras dificultades. Era la respuesta a una necesidad, no cubierta por las administraciones públicas, que nació en el seno del tejido social catalán para ayudar a la madre gestante a ejercer el derecho a tener el hijo que espera.

La Fundación Pro Vida de Catalunya (FPVC) nació sobre tres raíces que fundamentan sus finalidades y su manera de hacer. Una de ellas era el trabajo que desde hacía años llevaban a cabo un grupo de profesionales –la mayor parte de los cuales siguen colaborando hoy con la Fundación– que habían puesto en marcha la Asociación Pro Respeto a la Vida Humana y que ha impulsado el nacimiento de otras asociaciones en muchas ciudades de España. Fue en este ámbito donde se empezó a estudiar, desde puntos de vista diversos y complementarios, los diferentes aspectos del respeto y aprecio a la vida, la educación para el uso responsable de la sexualidad y la Planificación Familiar Natural .

La segunda raíz fue la colaboración activa de algunos empresarios que, con su experiencia profesional, nos orientaron y buscaron los recursos necesarios para poner en marcha esta Fundación, que había comenzado a caminar un par de años antes bajo el nombre de "Comisión Catalana en defensa de la Vida". La idea que les impulsó fue la de crear un fondo fundacional que permitiera una mayor profesionalidad, y dar mayor amplitud al trabajo, ya iniciado, de asistencia a gestantes en dificultades, con una mayor seguridad en la continuidad en el tiempo y en su fidelidad a los fines propuestos.

La tercera raíz, que viene de más lejos, era la valiosa experiencia de algunas personas, adquirida en colaboración con la Residencia Maternal Santa Eulalia, donde habían conocido más directamente la problemática de la madre sola –sola con su hijo– y que supieron sugerir la necesidad de emprender, para la gestante con dificultades, con otros hijos o en circunstancias diversas, una vía complementaria, abierta y no en régimen interno.

El compromiso social de la Fundación pro Vida de Catalunya

Así, la FPVC adquirió el compromiso social de trabajar para que cada niño que viniera al mundo fuera reconocido como un bien social y que, por tanto, sus madres dispusieran de todo lo necesario para tenerlos y criarlos adecuadamente.

Trabajar para proteger y difundir la cultura de la vida exige una doble vertiente: la educativa y al mismo tiempo, la asistencial. Por ello, la labor de la FPVC se enmarca en esta dualidad: la educación de los niños y jóvenes, para que conozcan la dignidad de la persona y la cultura de la vida humana, y la acogida de las mujeres en dificultades por razón de su maternidad.

Conscientes de que hay que promover la cultura de la vida ya desde la infancia, la Fundación Pro Vida de Catalunya ha impartido, a lo largo de estos 25 años, cursos de educación de la afectividad y la sexualidad, y otros temas relacionados con la vida humana, en colegios, institutos y otras entidades educativas. Son miles los jóvenes que han participado en los cursos de formación, conferencias y seminarios organizados por la Fundación. Paralelamente, la FPVC también ha formado a los padres, tutores y profesores responsables de su educación integral. Es una tarea verdaderamente preventiva para evitar muchos de los problemas que en la actualidad golpean a nuestros jóvenes y hacen imposible su maduración armónica. La Fundación también desarrolla una labor educativa y una preparación básica para las madres atendidas, para que puedan llevar a cabo su maternidad, y cuidar de sus hijos de la mejor manera posible, a pesar de las circunstancias desfavorables en que se encuentren.

En estos 25 años, la Fundación Pro Vida de Catalunya ha ayudado gratuitamente a 8.045 mujeres gestantes y / o madres con bebé; esta acogida ha propiciado el nacimiento de 6.072 niños/as. En la Fundación Pro Vida no solo trabajamos para que los embarazos de nuestras beneficiarias lleguen a término, sino que también atendemos física, psicológica y afectivamente a las madres. Promovemos el respeto por la vida humana desde el momento de la concepción, y prestamos especial atención a aquellas mujeres que, siendo depositarias de la vida en su comienzo, viven situaciones de angustia, precariedad o marginación. Todas las madres tienen el derecho a ser ayudadas, pues no debemos olvidar que los niños, cada niño que viene al mundo, es un bien en sí mismo: un bien, además, sumamente escaso en nuestra sociedad occidental, y más aún, es patrimonio de la humanidad y la única garantía de futuro y trascendencia.

Ayuda a la madre gestante en dificultades

En la actualidad, la FPVC dispone de dos centros de acogida y ayuda a la mujer, en los que realiza su labor asistencial. Un contacto continuado con las asistentes sociales de ayuntamientos, hospitales y parroquias facilita la solicitud de ayuda de gestantes necesitadas de ayuda alimentaria, de orientación, de educación materno-infantil, de tratamiento psicológico, etc. Tras una primera entrevista con la trabajadora social de la Fundación, si es su decisión voluntaria, la mujer gestante entra en el programa de ayuda que se mantendrá durante el resto del embarazo y hasta que su bebé tenga 10/12 meses.

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A lo largo de este tiempo, la mujer mantiene entrevistas quincenales con la trabajadora social o monitora asistencial, que después de un estudio multidisciplinar del caso hace un diagnóstico de la problemática concreta. La atención continuada a la madre se mantiene durante 14 meses de media en los que se les proporciona apoyo humano y la ayuda material concreta, según sus necesidades: alimentación, ropa para la gestante y tarjetas de transporte público; y para el bebé: canastilla, leche maternizada, papillas, pañales, cochecito, cuna, ropa. Durante el seguimiento de la gestante o madre con hijo, si se detectan necesidades especificas, son derivadas a especialistas (psicólogo, médico, pediatra, etc).

Las mujeres gestantes que viven su embarazo en soledad o en un ambiente hostil presentan, de ordinario, una menor preparación para el ejercicio de la maternidad y posterior cuidado y desarrollo de su hijo. Por ello, paralelamente, se realiza la actividad educativa de las mujeres, que incluye un curso de preparación a la maternidad tratando aspectos básicos de temas como: anatomía y fisiología de la mujer, seguimiento básico del embarazo, parto y puerperio, lactancia materna y vinculación afectiva madre-hijo. Después del parto, las madres también reciben tres sesiones sobre nutrición infantil, cuidado y hábitos del bebé y autoestima.

Atención específica a adolescentes

Lamentablemente, es un hecho que los embarazos en adolescentes han aumentado mucho en los últimos años y, consecuentemente, también las demandas de ayuda por parte de madres jóvenes. También se constata que las chicas llegan cada vez más desorientadas como resultado del ambiente de desestructuración familiar y social en que estamos inmersos. El embarazo imprevisto es una consecuencia más de este ambiente. Por ello, desde 2007 la Fundación Pro Vida de Catalunya tiene un programa específico dirigido a adolescentes, de entre 14 y 19 años, para ayudarlas a llevar adelante su embarazo. Ayudarlas a alcanzar las consecuencias de sus actos pasa por fomentar la educación para el autorrespeto y el autodominio, y también incluye la gran necesidad de darles afecto, y ayuda material cuando sea necesario. Como son un colectivo especialmente vulnerable, la preparación para la maternidad se hace en grupos reducidos y la ayuda a las madres se prolonga hasta los 12 meses del bebé. También se les insiste en que finalicen su formación básica o profesional para que puedan alcanzar la autonomía necesaria para sacar adelante la crianza de su bebé.

La labor desarrollada por la FPVC no habría sido posible sin la colaboración inestimable de muchos voluntarios que, en la medida de sus posibilidades, ofrecen su tiempo y sus aptitudes desinteresadamente. En este sentido, la disponibilidad horaria y las condiciones personales condicionan el tipo de trabajo que cada voluntario puede ofrecer a la Fundación. Todos son bien recibidos y, con un poco de imaginación y sentido práctico, son integrados para ayudar a los profesionales de la FPVC a llevar a cabo la acogida de las madres y la organización administrativa correspondiente.

En el contexto de la tarea educativa de la FPVC, se incluyó, desde su inicio, el estudio, la enseñanza y la divulgación de la Planificación Familiar Natural, como verdadera prevención del aborto. Efectivamente, la PFN contrapone la paternidad consciente a la exclusivamente biológica, ya que integra las vertientes comunicativa, afectiva, procreativa y placentera de la sexualidad. El reconocimiento de las fases fértiles e infértiles de la mujer y la adecuación de la sexualidad masculina a los ritmos cíclicos de la biología femenina permiten la expresión de una relación sexual personal mucho más generosa, capaz de aplazar una gratificación inmediata para lograr un bien familiar. Esto implica que la atención de esta acción sanitaria deba dirigirse hacia una amplia orientación familiar, con absoluto respeto por el binomio madre-hijo y la ayuda efectiva en las necesidades familiares más básicas. La tarea de la FPVC está ampliamente comprometida con este proyecto.

Con el aborto se produce una paradoja terrible: el claustro materno, que es el lugar donde el ser humano debería estar más protegido, se convierte en el lugar más peligroso para él; la ley civil, durante largas semanas, no le reconoce ningún derecho y su vida queda sometida por completo a la voluntad de su madre. Se constata que en algunos casos, ella elige la opción de eliminarlo, condicionada por circunstancias graves que le impiden razonar libremente, por una presión social que no le ofrece otra opción o por una falta absoluta de información o de apoyo para llevar adelante su embarazo. Como dice un destacado pensador: "Después de abortar, el médico, el enfermero, el político se van a casa, la mujer se queda sola con su angustia escondida en lo más profundo". La primera víctima del aborto es, obviamente, el niño no nacido. Pero la segunda víctima es la madre y el padre que no podrán hacer suya la experiencia insustituible de la maternidad y la paternidad, tal vez porque no han tenido la información suficiente de las consecuencias de este acto ni de las alternativas y ayudas que existen para no abortar.

La respuesta auténticamente solidaria que, respetando el bien de la vida de la madre y la de su hijo, no renuncia al esfuerzo personal y pretende involucrar a todos los estamentos de la sociedad, es la de sumar iniciativas para buscar soluciones efectivas, públicas y privadas, y educar a los jóvenes en el valor de toda vida humana, sobre todo la de los más débiles. La Fundación Pro Vida de Catalunya es una de ella, y desde hace 25 años trabaja para hacer realidad el derecho de toda madre a tener la criatura que espera. Porque, y nos reafirmamos en lo dicho, la vida humana del ser no nacido y la de su madre, depositaria del mismo, son la garantía del futuro y un patrimonio de toda la humanidad.

Esperanza Coll Godó

Presidenta

Fundación Pro Vida de Catalunya

  • 13 abril 2013
  • Esperanza Coll Godó
  • Número 44

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