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Indicaciones pastorales para el Año de la fe

El Año de la fe que se iniciará el 11 de octubre de 2012 será un tiempo de gracia para la Iglesia y el mundo, una ocasión espléndida para que los creyentes confiesen su fe con convicción, reflexionen en ella, la celebren con mayor image-a198afc88de79ec9cce7f30e252d1dfcintensidad en la liturgia, y la testimonien de un modo más creíble. Este es el deseo del Santo Padre Benedicto XVI, y este es el objetivo de la Nota que la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) publicó el pasado 7 de enero con objeto de ofrecer a la Iglesia y a los creyentes algunas orientaciones pastorales «para vivir este Año de la fe de la manera más eficaz y apropiada, ayudándoles a creer y evangelizar» (PF 12)[1].

Con una extensión de algo más de 4.000 palabras, sin contar las notas, este documento es el resultado de un trabajo conjunto de la CDF con otros Dicasterios vaticanos, y con la contribución de la recientemente creada Comisión para la preparación del Año de la fe. Consta de una introducción, una breve conclusión, y un apartado central donde se recogen diez indicaciones pastorales en cada uno de los siguientes ámbitos: la Iglesia universal, las Conferencias Episcopales, las diócesis y, finalmente, algunas esferas más delimitadas como las parroquias, las comunidades religiosas, las asociaciones, y las nuevas Comunidades y los Movimientos eclesiales.

En la Introducción se afirma que el «Año de la fe desea contribuir a una renovada conversión al Señor Jesús y al redescubrimiento de la fe, de modo que todos los miembros de la Iglesia sean para el mundo actual testigos gozosos y convincentes del Señor resucitado, capaces de señalar la “puerta de la fe” a tantos que están en búsqueda de la verdad».

Dos grandes aniversarios

La coincidencia de la celebración del Año de la fe con el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II y con los veinte años desde la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica, es un hecho que la Nota destaca en la Introducción, y que ya anuncia el importante lugar que estos acontecimientos van a ocupar en las sugerencias concretas de la parte propositiva del documento.

Respecto al Concilio Vaticano II, el documento recuerda el importante papel desempeñado por las cuatro grandes Constituciones, «verdaderos pilares del Concilio».Y también hace mención a las Declaraciones y Decretos, que abordaron «algunos de los principales desafíos de nuestro tiempo». Los diversos Sínodos de Obispos convocados por los Romanos Pontífices desde la clausura del Vaticano II han facilitado una correcta recepción del Concilio, en continuidad con la Tradición y bajo la guía segura del Magisterio. «Desde el comienzo de su pontificado –subraya la Nota–, el Papa Benedicto XVI se ha comprometido firmemente en procurar una correcta comprensión del Concilio, rechazando como errónea la llamada “hermenéutica de la discontinuidad y de la ruptura”, y promoviendo la que él mismo ha llamado “hermenéutica de la reforma”, de la renovación dentro de la continuidad». En esta misma dirección, menciona la próxima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos prevista para octubre de 2012, que tendrá como tema: La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana.

En referencia al Catecismo de la Iglesia Católica, la Nota cita un texto de Porta fidei, donde Benedicto XVI lo describe como un «auténtico fruto del Concilio Vaticano II” (PF 4), situado en línea de la «renovación dentro de la continuidad». Por este motivo –agrega el texto– “el Año de la fe será una ocasión privilegiada para promover el conocimiento y la difusión de los contenidos del Concilio Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica».

Un encuentro con Cristo

¿Cuál es la finalidad de las orientaciones pastorales de la parte central del documento?Estas indicaciones tienen como objetivo fundamental favorecer “el encuentro con Cristo a través de testigos auténticos de la fe y aumentar el image-237afcdbe8eb5d0819a7128a63f28397conocimiento de sus contenidos». Es significativo que en cuatro ocasiones la Nota utiliza esa expresión –«encuentro con Cristo»– o términos equivalentes, haciendo eco de referencias similares encontradas en Porta fidei.

En otro lugar se señala: «Ese año será una ocasión propicia para que todos los fieles comprendan con mayor profundidad que el fundamento de la fe cristiana es “el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Benedicto XVI, Carta Enc., Deus caritas est, 1). Fundada en el encuentro con Jesucristo resucitado, la fe podrá ser redescubierta integralmente y en todo su esplendor.»

Redescubrir, cultivar-profundizar, testimoniar la fe

Y ¿cómo alcanzar el objetivo del encuentro con Cristo? La Nota traza un itinerario de acción pastoral que puede resumirse así: redescubrir la fe, cultivarla, testimoniarla. «También en nuestros días la fe es un don que hay que volver a descubrir, cultivar y testimoniar», afirma el texto citando a Benedicto XVI (Homilía en la Fiesta del Bautismo del Señor, 10.I. 2010). Este triple ejercicio –ya incoado en las palabras de Benedicto XVI en la Carta Porta fidei– queda explícito al final del documento: « Cada iniciativa del Año de la fe busca favorecer el gozoso redescubrimiento y el renovado testimonio de la fe. La indicaciones aquí ofrecidas tienen el objetivo de invitar a todos los miembros de la Iglesia a comprometerse para que este año sea una ocasión privilegiada para compartir lo más valioso que tiene el cristiano: Jesucristo, Redentor del hombre, Rey del Universo, “iniciador y consumador de nuestra fe” (Heb 12, 2).»

Pero veamos más concretamente algunas de las propuestas que la Nota plantea en cada uno de los cuatro niveles ya mencionados.

Iglesia universal

En el ámbito de la Iglesia universal destaca como principal evento la celebración de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, convocada por el Papa Benedicto XVI para el mes de octubre de 2012, sobre La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana. Precisamente el 11 de octubre de 2012, durante esa asamblea, tendrá lugar el inicio solemne del Año de la fe, en recuerdo del 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II.

Se menciona igualmente la próxima Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, en julio de 2013, que «ofrecerá a los jóvenes una ocasión privilegiada para experimentar el gozo que proviene de la fe en el Señor Jesús y de la comunión con el Santo Padre, en la gran familia de la Iglesia».

La CDF alienta además las peregrinaciones de los fieles a Roma y a Tierra Santa; las iniciativas que fomenten la devoción a la Virgen, en especial las peregrinaciones y celebraciones en los principales santuarios del mundo; la realización de simposios y congresos –incluso a nivel internacional– «que favorezcan la comunicación de auténticos testimonios de la fe y el conocimiento de los contenidos de la doctrina de la Iglesia Católica»; la promoción entre los creyentes del conocimiento de los principales documentos del Concilio Vaticano II y el estudio del Catecismo de la Iglesia Católica; el compromiso por una adhesión eficaz y cordial a las enseñanzas del Sucesor de Pedro; la celebración de iniciativas ecuménicas para el fomento de la unidad entre los cristianos, anunciando en este sentido que «tendrá lugar una solemne celebración ecuménica para reafirmar la fe en Cristo de todos los bautizados».

Conferencias episcopales

Las propuestas en el ámbito de las Conferencias episcopales estimulan a una mayor calidad de la formación catequística y a la difusión eficaz de los contenidos del Concilio Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica. Las Conferencias son invitadas a «dedicar una jornada de estudio al tema de la fe, de su testimonio personal y de su transmisión a las nuevas generaciones», a la reedición y difusión de los Documentos del Concilio Vaticano II, del Catecismo de la Iglesia Católica y de su Compendio, a la traducción de esos textos en las lenguas locales de los territorios de misión. Se alienta a los pastores a un mayor esfuerzo por difundir los principios y los contenidos de la fe «aprovechando los nuevos lenguajes de la comunicación, se esfuercen por promover trasmisiones televisivas o radiofónicas, películas y publicaciones». Las Conferencias Episcopales son exhortadas a difundir el conocimiento de los santos de su territorio y a fomentar el aprecio por el patrimonio artístico de los lugares confiados a su cuidado pastoral.

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La Nota apremia también a los docentes de Centros de estudios teológicos, Seminarios y Universidades católicas a «verificar la relevancia que, en su enseñanza, tienen los contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica y las implicaciones que se derivan para sus respectivas disciplinas». Junto la elaboración de subsidios divulgativos de carácter apologético que den respuesta a los desafíos derivados de las sectas, el secularismo y el relativismo, el documento alienta a «revisar los catecismos locales y los subsidios catequísticos en uso en las Iglesias particulares, para asegurar su plena conformidad con el Catecismo de la Iglesia Católica». Igualmente, propone verificar –en colaboración con la Congregación para la Educación Católica– la manera en que los contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica están integrados en la Ratio de la formación de los candidatos al sacerdocio y en el currículo de sus estudios teológicos.

Diócesis

Son numerosas las sugerencias que la Nota plantea para el ámbito diocesano. Se exhorta a cada Iglesia particular a la celebración de un acto de apertura del Año de la fe, así como otro acto solemne de clausura; y a la organización de una jornada sobre el Catecismo de la Iglesia Católica con la participación activa sobre todo de sacerdotes, personas consagradas y catequistas.

A los obispos se les sugiere dedicar una Carta pastoral al tema de la fe; organizar “«eventos catequísticos para jóvenes y para quienes buscan encontrar el sentido de la vida, con el fin de descubrir la belleza de la fe de la Iglesia, aprovechando la oportunidad de reunirse con sus testigos más reconocidos»; verificar la recepción del Concilio Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica en la propia Iglesia particular, sobre todo en el ámbito catequístico, para lograr un compromiso renovado de parte de los departamentos de catequesis de las diócesis; focalizar la formación permanente del clero –particularmente en este Año de la fe– en los documentos del Concilio Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica, a través de algunos temas que la misma Nota propone entre otros posibles: «el anuncio de Cristo resucitado», «la Iglesia sacramento de salvación», «la misión evangelizadora en el mundo de hoy», «fe e incredulidad», «fe, ecumenismo y diálogo interreligioso», «fe y vida eterna», «hermenéutica de la reforma en la continuidad» y «el Catecismo en la atención pastoral ordinaria»; organizar celebraciones penitenciales, principalmente en cuaresma para pedir perdón a Dios por los pecados contra la fe, y para que el Año de la fe se convierta en un tiempo favorable de redescubrimiento del sacramento del Perdón.

Finalmente, la Nota expresa su esperanza de que el Año de la Fe constituya una ocasión para «un diálogo renovado y creativo entre fe y razón, a través de simposios, congresos y jornadas de estudio, especialmente en las universidades católicas»; para un encuentro con los no-creyentes a través de iniciativas inspiradas en los diálogos del Patio de los Gentiles promovidos recientemente desde el Consejo Pontificio de la Cultura; y para prestar mayor atención a la labor evangelizadora de las escuelas católicas, «con una oportuna referencia al uso de buenos instrumentos catequísticos, como por ejemplo el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica o el Youcat».

Parroquias, comunidades, asociaciones y movimientos

La sugerencia central dirigida a parroquias, comunidades, asociaciones y movimientos es la celebración de la fe en la liturgia y, de modo especial, en la Eucaristía, porque en ella «misterio de la fe y fuente de la nueva evangelización, la fe de la Iglesia es proclamada, celebrada y fortalecida».

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La Nota indica también otras propuestas concretas: la invitación a los fieles a la lectura y meditación de la Carta apostólica Porta fidei; un mayor esfuerzo en el estudio de los documentos del Concilio Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica por parte de los sacerdotes y los catequistas; la difusión y distribución del Catecismo de la Iglesia Católica y de otros subsidios aptos para las familias; y la promoción de misiones populares y otras iniciativas que fomenten el testimonio cristiano de los fieles. En esta misma línea, se recogen proposiciones aplicables a los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida apostólica, a las comunidades contemplativas, a las Asociaciones y a los Movimientos eclesiales.

Conclusión: un mayor compromiso

Las múltiples orientaciones pastorales que la Nota plantea en distintos niveles para el Año de la fe «no excluyen –como el mismo documento indica– otras propuestas que el Espíritu Santo quiera suscitar entre los pastores y fieles de distintas partes del mundo».

Todas ellas serán coordinadas por una Secretaría especial creada en el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, la cual también «podrá sugerir iniciativas apropiadas para el Año de la fe». Con objeto de proporcionar información útil para vivir de manera efectiva este el Año de la fe, esta Secretaría abrirá un sitio especial en Internet.

El documento concluye con unas bellas palabras que apuntan al mayor compromiso personal y apostólico que la iglesia espera de los fieles en el Año de la fe: «La fe “es compañera de vida que nos permite distinguir con ojos siempre nuevos las maravillas que Dios hace por nosotros. Tratando de percibir los signos de los tiempos en la historia actual, nos compromete a cada uno a convertirnos en un signo vivo de la presencia de Cristo resucitado en el mundo” (PF 15). La fe es un acto personal y comunitario: es un don de Dios, para vivirlo en la gran comunión de la Iglesia y comunicarlo al mundo».

Juan Alonso

Profesor de Adjunto de Teología Dogmática

Universidad de Navarra


[1] Congregación para la Doctrina de la Fe, Nota con indicaciones pastorales para el Año de la fe (6.I.2012). Ver en: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20120106_nota-anno-fede_sp.html Acceso el 21 de marzo de 2012.

  • 13 junio 2012
  • Juan Alonso
  • Número 42

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