Archivo > Número 42

Cómo se prepara en Cataluña el Año de la fe. Lo explican los obispos

 El Santo Padre en un discurso reciente ha dicho que el gran tema de este año como de los próximos es "cómo anunciar el Evangelio". Por eso ha proclamado un Año de la fe, que comenzará el 11 de octubre de 2012 y concluirá el 24 de noviembre de 2013. Hemos planteado a los obispos de Cataluña dos cuestiones sobre este importante evento que ya se está preparando:

1. ¿Qué importancia y significado piensa que puede tener este Año de la fe para los fieles de su diócesis?

2. La Congregación de la Doctrina de la Fe ha publicado unas Indicaciones Pastorales para el Año de la fe y propone muchas sugerencias concretas. ¿Qué iniciativas le gustaría que se pusieran en marcha en su diócesis?

* * * * * * *

image-0f9edc725d2d0e5ccbdc0c4dbac18573

image-bc91cafea066174a910bc492c17cfd051. ¿Qué importancia y significado piensa que puede tener este Año de la Fe para los fieles de su diócesis?

Estoy seguro de que, siguiendo las indicaciones del Santo Padre Benedicto XVI, será un Año para revitalizar la fe cristiana en todos los fieles, parroquias, obispados. En definitiva, en toda la Iglesia universal. Será un tiempo para darnos cuenta –una vez más– de la belleza de la fe cristiana, y dar un empuje a la Nueva Evangelización que urge, que se nos pide.

No hay duda de que el Santo Padre ha querido ir al centro del problema actual: un debilitamiento o la falta de fe lleva a la falta de esperanza y lógicamente no amar a los contenidos de la fe cristiana, empezando por Dios.

2. La Congregación de la Doctrina de la Fe ha publicado unas Orientaciones Pastorales para el Año de la Fe y propone muchas sugerencias concretas. ¿Qué iniciativas le gustarían que se pusieran en marcha en su diócesis?

Desde que fueron publicadas estas orientaciones, nuestra archidiócesis ha estado trabajando intensamente para poder aplicarlas de la mejor manera posible a nuestra realidad. En estos momentos, se ha estudiado en el Consejo Episcopal y en el Consejo de Presbiterio y también lo será próximamente en el Consejo de Pastoral Diocesano.

En el Consejo de Presbiterio se vio que, dentro del programa de la pastoral ordinario de la archidiócesis, todas las orientaciones que la Congregación de la Doctrina de la Fe propone en relación con el ámbito de las diócesis y de las parroquias, asociaciones y movimientos, se pueden llevar a la práctica.

Se hará una apertura y clausura solemne del Año de la fe. La Jornada anual de formación de catequistas se hará alrededor del Catecismo de la Iglesia Católica. Se piensa publicar –con una introducción– el Credo apostólico, el Niceno y el Credo de Pablo VI, con una amplia difusión. Se quiere hacer una exposición sobre el Concilio Vaticano II con material de nuestra archidiócesis. Se dedicará la formación permanente del clero a estudiar el Concilio y el Catecismo. Nuestro Instituto Superior de Ciencias Religiosas San Fructuoso planteará diversas propuestas de estudio sobre el tema de la fe, el Concilio y el Catecismo. Se propone un diálogo con la universidad civil. También un diálogo a fondo con los responsables de las escuelas cristianas. Estudiar la relación entre el Concilio Vaticano II y el Concilio Provincial Tarraconense, etc.

Se ha constituido una Comisión formada por el Vicario General, Secretaría General y ocho personas más de los diferentes ámbitos que se encargarán de estudiar y luego hacer posible que se lleven a cabo las iniciativas que se aprueben finalmente por el Consejo Episcopal.

  

image-8d7c7369c71012a3197725d5aa8dfe04

image-39761f4b183d28a47767d5498d0ab70e1. ¿Qué importancia y significado piensa que puede tener este Año de la fe para los fieles de su diócesis?

Deseo agradecer muchísimo al Santo Padre Benedicto XVI esta gozosa iniciativa de ofrecer a toda la Iglesia un Año de la fe. Los beneficios espirituales y pastorales que proporcionará a los cristianos serán muchísimos. Tenemos a las puertas dos acontecimientos eclesiales de primera magnitud: la conmemoración del 50º aniversario del inicio del Concilio Vaticano II y el 20º aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica.

Hay que unir a esta consideración, la realidad eclesial que vivimos en medio­ –especialmente en el Occidente europeo– de una cultura del relativismo, de la indiferencia religiosa y del secularismo. Todo ello entra por ósmosis en cada uno de los cristianos y de las comunidades eclesiales. Hay que profundizar, ir a las raíces, intensificar nuestra identidad cristiana. Y todo esto lo encontramos en los documentos del Concilio y en los contenidos del Catecismo.

El Papa Benedicto XVI explicita el fin del Año de la fe al decirnos que lo ha convocado «con la intención de ilustrar todos los fieles en la fuerza y la belleza de la fe... Será una buena ocasión para introducir todo el cuerpo eclesial en un tiempo especial de reflexión y redescubrimiento de la fe».

Han pasado cincuenta años del Concilio y hoy entran en la vida de la Iglesia con responsabilidad generaciones que no vivieron la celebración ecuménica. Por eso conviene poner en primer plano los textos conciliares para que aquel gran acontecimiento de la mitad del siglo XX continúe ofreciendo en el siglo XXI su fuerza animadora de la fe. Benedicto XVI se preguntó el año 2005, «¿por qué la recepción del Concilio, en grandes partes de la Iglesia, se ha desplegado de una manera tan difícil?» La respuesta la dio el mismo Papa diciéndonos que ha sido motivado por las dos maneras de interpretar los textos conciliares: una hermenéutica de la ruptura y de la discontinuidad, y una hermenéutica de la reforma. Esta última es la adecuada, ya que mantiene que la fe de la Iglesia no ha cambiado, sino que se ha iluminado con nuevos aspectos y ha hecho progresar nuevas respuestas a nuevas situaciones.

El Año de la fe ha de urgir a amar, ya que la caridad de Cristo nos apremia, como nos ha dicho el Apóstol. Esto significa que el testimonio del amor de los cristianos hará presente a Dios, que es Amor. Esta dimensión eclesial esencial se une a aquella que he explicitado de anunciar a Jesucristo y también a la de la celebración de la fe en la liturgia. Son las tres dimensiones eclesiales que quiere potenciar el Año que celebraremos.

Considero que todo esto enriquecerá la vida de los cristianos y de las comunidades de nuestra Iglesia de Barcelona en comunión con toda la Iglesia de Jesucristo presidida por la de Roma.

2. La Congregación de la Doctrina de la Fe ha publicado unas Indicaciones Pastorales para el Año de la Fe y propone muchas sugerencias concretas. ¿Qué iniciativas le gustaría que se pusieran en marcha en su diócesis?

Todas las iniciativas que se puedan hacer y nos encaminen a conseguir las finalidades que el Papa Benedicto XVI ha señalado para el Año de la fe. Pienso que todas las iniciativas diocesanas que señala la Congregación son importantes y desearía que las fuéramos realizando durante este año de gracia.

Cada inicio de curso publico una Carta Pastoral para ayudar a los diocesanos y las realidades de Iglesia en la realización de su misión. Pienso hacer lo mismo al inicio del próximo curso para invitar y ayudar a la Iglesia de Barcelona a vivir intensamente el Año de la fe, en comunión con toda la Iglesia y siguiendo este ofrecimiento que providencialmente nos ha hecho el Santo Padre Benedicto XVI.

Ciertamente que celebraremos la Eucaristía en la apertura y en la conclusión del Año de la fe, en la Basílica de la Sagrada Familia. Daremos mucha importancia al Catecismo de la Iglesia Católica para que los diocesanos conozcan más sus riquísimos contenidos. Esto significa potenciar la catequesis en todas las edades, pensando especialmente en los jóvenes. La formación permanente de los sacerdotes que se hace anualmente, este año se dedicará a los contenidos del Concilio Vaticano II y del Catecismo. También he constituido una comisión diocesana para que nos ayude ya desde ahora a preparar y programar las actuaciones y los contenidos que contribuyan a alcanzar los fines señalados por Benedicto XVI en su carta Porta fidei.

 

image-12445d75f7668efdd14f7959527cd931 

image-68849e1c13a6e7377acd177aabdcd0b71. ¿Qué importancia y significado piensa que puede tener este Año de la fe para los fieles de su diócesis?

Ya hemos comenzado en esta Cuaresma, tanto desde el Full Dominical como en las reuniones de los Consejos Presbiteral y Pastoral, la reflexión diocesana para acoger ampliamente esta magnífica iniciativa que nos aporta el mismo Santo Padre Benedicto XVI. Vivir y testimoniar la fe en Cristo, con alegría y coraje y más razonadamente, y una fe que se hace activa por el amor, creo que es el ideal del cristiano del siglo XXI, y por eso nos proponemos que oriente el trabajo diocesano los próximos años. Igualmente ya hemos hablado también los Delegados de Liturgia de la Tarraconense para ver cómo ayudamos desde la celebración del «misterio de la fe» que es siempre la Eucaristía.

2. La Congregación de la Doctrina de la Fe ha publicado unas Indicaciones Pastorales para el Año de la Fe y propone muchas sugerencias concretas. ¿Qué iniciativas le gustaría que se pusieran en marcha en su diócesis?

He encontrado muy acertadas las Orientaciones de la Congregación, que nos hacen conocer la dimensión pastoral de la Congregación, que era bastante inédita, y lo agradecemos mucho desde las diócesis, las parroquias y asociaciones apostólicas. En el Urgell ya estamos trabajado estas indicaciones en las reuniones de los dos Consejos diocesanos más importantes, las hemos divulgado, y espero que nos ayudarán en la programación del próximo curso y siguientes, porque son muchas y muy concretas.

Acabamos de crear con muy buena acogida una «Escuela diocesana de formación permanente» que dirige Mn. Antoni Elvira y donde yo mismo intervengo mucho. Queremos cultivar los retiros de profundización de la virtud de la fe, así como el estudio del Concilio Vaticano II y sobre todo del Catecismo de la Iglesia Católica, difundiéndolo de nuevo, y muchas otras iniciativas como homilías temáticas sobre los artículos del «credo», la formación permanente de los sacerdotes y los catequistas centrada en el Año de la Fe, la profundización en acciones para la nueva evangelización, los destacados de la fe en la celebración de la Eucaristía, y otros que irán surgiendo.

 

 

image-ad94addd9e866d8685becfe9815ab4b2

 

image-5f23bf26182b5428619c82f76b0753911. ¿Qué importancia y significado piensa que puede tener este Año de la fe para los fieles de su diócesis?

Hace ya años que prácticamente toda la Iglesia ha hecho una apuesta por un resurgimiento de la fe y de su anuncio. Este objetivo fundamental es fruto de un discernimiento profundo de la situación que vive el Pueblo de Dios en el presente momento histórico. Para alcanzar este objetivo se promovió, ya en tiempos del papa Juan Pablo II y, en cierto modo con Pablo VI, la llamada Nueva Evangelización, que más que un proyecto pastoral definido y concreto, es todo un talante, una manera de ser y de vivir en la Iglesia y en el mundo de hoy. Su característica esencial es la intención de recuperar toda la fuerza y el vigor de la fe, propios de sus inicios.

El hecho de que la Diócesis de Sant Feliu empezara como tal diócesis hace siete años, favoreció respirar esta atmósfera desde el primer momento. Así lo muestran los diferentes objetivos pastorales que nos hemos ido proponiendo cada año. La misma lógica de estos objetivos nos ha llevado a construir y proponer un Itinerario de Renovación Cristiana, que se basa en los siguientes principios: hacer la propuesta y la llamada desde la diócesis y la parroquia, ir a lo más esencial y originario de la fe, privilegiar la experiencia religiosa cristiana (oración), integración plena en la comunidad parroquial, investigación en diálogo de grupo, el trato constante con la Palabra de Dios, protagonismo de los mismos laicos que hacen camino de fe, experiencia de Iglesia diocesana en encuentros periódicos.

En este sentido, el Año de la fe puede convertirse en una confirmación del camino emprendido y, al mismo tiempo, una profundización y ampliación de lo ya asumido. De hecho, nos espolea y nos sugiere nuevos caminos para caminar en la misma dirección. Así nos hacemos eco de la invitación oportuna de volver a beber del pozo profundo y rico del Concilio Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica. Esperamos sacar provecho de esto, no sólo como curiosidad histórica, sino como verdaderas fuentes de vida cristiana para el momento actual.

2. La Congregación de la Doctrina de la Fe ha publicado unas Indicaciones Pastorales para el Año de la Fe y propone muchas sugerencias concretas. ¿Qué iniciativas le gustaría que se pusieran en marcha en su diócesis?

Esperando otras iniciativas que vendrán, fruto de consultas y reflexión común, pensamos aprovechar las celebraciones que teníamos previstas para los participantes en el Itinerario de Renovación Cristiana, en este caso abiertas a todos, haciéndolas coincidir con las que nos vienen propuestas por la Congregación de la Doctrina de la Fe: inicio del Año, Pentecostés, Clausura, Penitencial de Adviento y Cuaresma... Igualmente, se tendrá muy presente el Catecismo de la Iglesia Católica en los materiales que se propondrán en este Itinerario, particularmente en la fase más catequética.

Por supuesto, el Año de la fe estará presente en el Objetivo Diocesano y en todos los programas y planificaciones de las Delegaciones Diocesanas que se realizarán a lo largo de todo el curso. Además, como ya se había sugerido entre nosotros, quisiéramos crear un sencillo espacio de diálogo entre la fe y el mundo de la creación artística y la cultura en general.

Nos gustaría, por otra parte, poner en marcha alguna iniciativa que nos ayude a ponderar y discernir adecuadamente el hecho del Concilio Vaticano II, como un hecho que ha marcado de forma decisiva la fe de todos los cristianos, laicos, religiosos y sacerdotes, que hoy son mayoritariamente protagonistas de la vida de nuestras comunidades.

En conjunto, el Año de la fe es una oportunidad que el Espíritu nos ha puesto al alcance para que crezcamos y estemos a la altura de lo que nos está pidiendo hoy la voluntad de Dios, como creyentes y como Iglesia.

 

 

image-2e47fbf6e59348d004fb0ab6aa0edb57

 

 

image-f5fece299cd148f4a2719e9fc33f14ed1. Importancia y significado del Año de la fe

La Carta Apostólica Porta Fidei, que proclama el Año de la fe, es una alusión a Hechos 14,27: Pablo y Bernabé regresan a Antioquía, después de un largo viaje evangelizador por Asia Menor, y explican a la comunidad todo lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los paganos «la puerta de la fe». Por eso, hoy el reto es la finalidad de la misión eclesial, cómo anunciar el evangelio aquí y ahora y suscitar la fe.

Una de las finalidades propuestas por el Papa Benedicto es volver a los textos del Vaticano II que los padres conciliares nos dejaron por herencia, para que sean «conocidos y asimilados como textos cualificados y normativos del Magisterio, dentro de la Tradición de la Iglesia». Si volvemos a leer y estudiar el Concilio «desde una hermenéutica correcta», seguirá siendo una gran fuerza para la renovación siempre necesaria de la Iglesia.

Redescubrir y reflexionar sobre lo que significa creer y sobre los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada (partes del Catecismo de la Iglesia Católica), debe ser una de las propuestas que hacemos a todos los creyentes y a todos los que buscan respuestas a las grandes cuestiones de la vida, durante este año.

También habrá que «intensificar el testimonio de la caridad». La fe y el amor están estrechamente unidas y se necesitan mutuamente. Habrá que insistir que la fe se vive con las obras y se expresa con el ejercicio de responsabilidades y compromisos. En el testimonio coherente, aunque sea empapado de sencillez y cotidianidad, se podrá captar –como uno de los signos de nuestro tiempo– Dios, que sigue amando, salvando y obrando maravillas en nosotros y los demás, a pesar de nuestras debilidades.

2. Iniciativas para poner en marcha en la Diócesis

· Los temas de formación para los sacerdotes y diáconos en las reuniones arciprestales han sido propuestos a partir del texto de los «Lineamenta», para preparar el Sínodo de Obispos del mes de octubre.

En las reuniones de los arciprestes de la Diócesis y del Consejo Presbiteral hemos estudiado las indicaciones pastorales para el Año de la fe en el ámbito diocesano y en el ámbito parroquial, propuestas por la Congregación de la Doctrina de la Fe.

En una segunda etapa, en estos momentos, las indicaciones concretas son estudiadas en cada arciprestazgo, tanto para presentar propuestas para toda la Diócesis como para propuestas adecuadas a las parroquias y asociaciones de cada arciprestazgo.

Las prioridades pastorales para el próximo curso lo serán en el ámbito diocesano y en el ámbito arciprestal o parroquial, teniendo presentes las propuestas recibidas.

A partir de la reflexión realizada en el consejo y en la reunión de arciprestes, me atrevo a señalar algunos caminos:

· Continuar, como en cursos anteriores, priorizando la Eucaristía, especialmente la dominical.

· Profundizar el Credo, redescubriendo los contenidos de la fe. Catecismo de la Iglesia Católica.

· Estudiar nuevamente algunas de las constituciones del Concilio Vaticano II, desde la situación eclesial, cultural, social que vivimos.

· Asumir el Youcat en el proceso de formación de los grupos de jóvenes.

· Acentuar lo que podríamos llamar «un pensamiento de propuesta positiva de la fe cristiana».

· Las actividades y acciones más explícitas las presentaremos al comienzo del curso 2012 - 2013.

 

image-e392f95a4c03b9fc3ea82dca9a656798

 

image-696c5f398920a8bcabab1126c0796ee31. - Importancia del Año de la fe
Los últimos tres años, justamente, en nuestro obispado de Lleida hemos trabajado los mismos objetivos del Año de la fe, a partir de tres pastorales presentadas al inicio de curso. La primera llevó por título Entre todos y para el bien de todos, y nos ayudó a hacer una "lectura creyente de la realidad de la diócesis», de la que sacamos dos objetivos para los próximos años. El primer objetivo, lo propuse en una segunda pastoral que titulé La Iniciación Cristiana. Creer. Vivir. Anunciar el Evangelio. El segundo objetivo lo hemos introducido este curso y lo propuse en la pastoral «Presencia de Iglesia en la sociedad». Actualmente y durante los próximos años, iremos profundizando en la fe arraigada en la vida y en la sociedad.

2. - Iniciativas concretas
A las tres cartas pastorales a las que me he referido, hay varias iniciativas concretas, que ya estamos poniendo en práctica y que, en gran parte coinciden con las que sugiere el Papa Benedicto XVI. A modo de ejemplo, en subrayo algunas, aunque lo más importante es la fidelidad a los objetivos permanentes de la iniciación cristiana y de la presencia de Iglesia en la sociedad:

- Velar para que la imagen de la Iglesia sea la de una «Iglesia Samaritana», es decir, signo sacramental de la ternura de Cristo, a través de la Red de Entidades Cristianas de Acción Caritativa y Social.

- Aprovechar el tiempo de Adviento/Navidad, Cuaresma/Pascua y Pentecostés para renovar la fe de las comunidades, mediante un trabajo programado y realizado por las parroquias, comunidades, delegaciones e instituciones de la diócesis. Cuidar en la práctica la espiritualidad de comunión.

- Formación permanente del clero y retiros mensuales.
Itinerarios de iniciación y re-iniciación cristiana de los adultos. Velar la acogida de las personas que piden la celebración de los sacramentos.

- Potenciar el Catecumenado hacia la Iniciación Cristiana de los no bautizados.

- Acompañar el dinamismo y el crecimiento de las Unidades de Acción Pastoral y promover ministerios laicales para la misión.

- Potenciar el acompañamiento personal, espiritual y pastoral de los cristianos. Especialmente el cuidado de los cristianos implicados en los diversos compromisos en la vida pública.

- Ofrecer una formación sistemática y permanente de todos los cristianos y, en particular, los agentes de la pastoral. Formación integral: antropológica, teológica, espiritual, social y pastoral, mediante las diversas ofertas del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Lleida y su Departamento de Pastoral Aplicada.

- Celebrar cada año la Jornada diocesana de Envío al inicio del curso y la Asamblea Diocesana en Pentecostés.

- Priorizar la Delegación de Medios de Comunicación Social, en la calidad del mensaje, el lenguaje y el uso de las nuevas tecnologías.

 

image-6789c397d454b52b6f99f2329a3bf8f3

 

image-ff57bc0ec72fd6abc4864e2720458e4b1. ¿Qué importancia y significado piensa que puede tener este Año de la fe para los fieles de su diócesis?

Debería ser un año muy importante para los fieles y para toda la familia diocesana. Como dice el Santo Padre Benedicto XVI, ha de ser acogido por todos los cristianos como una oportunidad para renovar nuestra «conversión al Señor, único Salvador del mundo». Debe servir para profundizar en nuestra fe de bautizados llamados a ser testigos del Señor resucitado, «capaces de señalar la 'puerta de la fe' en tantos que están en la búsqueda de la verdad». Desde nuestra conversión sincera, desde un testimonio auténtico, podremos participar personalmente, en nuestras comunidades y como diócesis, en la Nueva Evangelización que el Santo Padre nos propone; podremos aportar a nuestra sociedad alejada de la fe la alegría de volver a creer, de volver a descubrir a Jesucristo como Salvador y aquel que llena de felicidad toda la existencia.

2. La Congregación de la Doctrina de la Fe ha publicado unas Indicaciones Pastorales para el Año de la Fe y propone muchas sugerencias concretas. ¿Qué iniciativas le gustaría que se pusieran en marcha en su diócesis?

El comienzo del Año de la fe coincidirá con dos grandes eventos: los cincuenta años de la apertura del Concilio Vaticano II y los 20 años de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica. Me gustaría que en todas las parroquias, comunidades de vida consagrada, movimientos y grupos se llevara a cabo una reflexión seria, un estudio profundo de los documentos del Concilio. La formación permanente en los diferentes ámbitos, la promoción de conferencias, jornadas de reflexión, etc.

El Concilio Vaticano II ha tenido y tiene una importancia capital para la Iglesia y debe ser conocido en profundidad por todos los creyentes. Este año será un momento propicio para estudiarlo de nuevo, comprenderlo más a fondo, y hacer que sus indicaciones sean la hoja de ruta de nuestra acción pastoral. Lo mismo habría que hacer con el Catecismo de la Iglesia Católica, que es un fruto del Concilio Vaticano II. El estudio y reflexión de estos dos documentos, renovarán nuestra fe y nuestra comprensión de la Iglesia y del mundo.

Otra iniciativa será promover la participación de los jóvenes en la JMJ de Río de Janeiro en julio de 2013. La JMJ, como siempre, será un momento privilegiado de encuentro con Jesucristo y de experiencia de Iglesia, una auténtica fiesta de la fe y una ocasión magnífica de encuentro con otros jóvenes de todo el mundo para compartir inquietudes, dificultades, y también el gozo y la esperanza que provienen de la fe en el Señor Jesús.

 

image-a508cb3e22ad2bb154a42ba829eeb49b

 

image-fb9eaa2273d735eb437309ada5b07e961. ¿Qué importancia y significado piensa que puede tener este Año de la fe para los fieles de su diócesis?

Una propuesta del Santo Padre, por su misión de pastor universal y por su visión del desarrollo de la tarea eclesial, tiene un valor importante y decisivo. Nos ayuda a situarnos en la perspectiva adecuada, en nuestro camino de fe en el seno de nuestra diócesis de Tortosa.

Todos constatamos que no es posible una propuesta, una transmisión de la fe sin que esta esté bien arraigada en el seno de las comunidades, en el seno de cada cristiano. El Año de la fe es una nueva oportunidad, para una auténtica y sincera profesión de la fe. Una propuesta que ya hizo el papa Pablo VI en tiempos complejos, como era el inmediato postconcilio y que ahora recobra nueva fuerza ante la exigencia que conlleva el cambio cultural y social y que nos pide una Nueva Evangelización. En este sentido, el Año de la fe nos invita a desarrollar todas las dimensiones del creer como acto humano y también como don de Dios que habita en nuestra vida, tanto a nivel personal como comunitario y dentro de esta dinámica nos invita a conocer de una forma vital y orgánica el mensaje de la fe, la sinfonía de la revelación de Dios manifestado en tantos lenguajes y resuena hoy por la acción del Espíritu en lo que cree, celebra, vive y reza la Iglesia.

2. La Congregación de la Doctrina de la Fe ha publicado unas Indicaciones Pastorales para el Año de la Fe y propone muchas sugerencias concretas. ¿Qué iniciativas le gustaría que se pusieran en marcha en su diócesis?

Son múltiples las iniciativas que señala la Congregación para vivir este Año de la fe. En nuestra diócesis, queremos desarrollar tres grandes líneas de acción:

La primera, convocar a todos los fieles a ponernos en camino para entrar más adentro en el corazón de la fe. Aquí situaremos tanto las diversas iniciativas de formación, que siempre tendrán en el Catecismo de la Iglesia Católica y su Compendio el punto de referencia fundamental. También en esta línea nos gustaría invitar a la diócesis a peregrinar hacia algún centro o lugar donde profesar y compartir la fe. Señalo una Peregrinación Diocesana a Tierra Santa, así como otra en Roma y Asís y finalmente otra a visitar la Virgen de Lourdes. Todas estas peregrinaciones pueden ser una oportunidad para renovar la fe y compartirla y para recordarnos que todos hemos sido engendrados en la fe a través de la acción maternal de la Iglesia, es decir, dentro de la comunidad de los creyentes. En este sentido, cobra una fuerza particular la celebración de la fe en la liturgia, especialmente la Eucaristía, verdadero cuna de vida cristiana.

Una segunda acción sería promover una formación más intensa de los responsables de la formación pastoral, especialmente sacerdotes, diáconos, consagrados y laicos implicados en la acción pastoral. Hay que unir la denominada «emergencia educativa» de la que nos habla tan a menudo Benedicto XVI con la propuesta del Año de la fe que nos invita a establecer ese diálogo que debe llevar a una fe que se comunica con la cultura, y que , así, se hace vida. En esta línea, propondré la elaboración de un proyecto diocesano de primer anuncio de la fe y de catequesis al servicio de la iniciación cristiana, en el que participen las parroquias y movimientos. Una iniciativa que nos ayudará a tener en cuenta las propuestas del Sínodo Universal sobre la transmisión de la fe en la nueva evangelización, que se hará en octubre.

Finalmente, no podemos olvidar que «la fe se realiza en el amor» (Gal 5,6), como nos recuerda san Pablo y que, por tanto, hay que iluminar desde este Año de la Fe todas las acciones de caridad y solidaridad que realiza la diócesis a través de sus instituciones. Tengamos en cuenta que a veces las acciones de caridad solamente pueden hablar a través de los hechos. También es importante que aquellos que las hacen, en nombre de la Iglesia, sepan que es el amor de Cristo el fundamento de toda acción en favor de los demás. Desde este punto de partida, vemos que puede llegar un momento en que de una forma explícita se pueda anunciar a Cristo a aquellos a quienes nosotros acompañamos con nuestra ayuda. Después de todo, el anuncio de la Fe parte del amor al otro y cuando se ha conocido la fe, ésta se realiza estimando los demás.

 

image-9cdd0bd743b3a299afc0dd5e6743c59d

 

image-72d33ac3ac26df2c1d4492e554ac0e2a1. ¿Qué importancia y significado piensa que puede tener este Año de la fe para los fieles de su diócesis?

La celebración del Año de la fe será una oportunidad pastoral para la diócesis y ha de ser acogida como momento de gracia del Señor. En un tiempo en que intentamos acoger la llamada a la nueva evangelización pidamos al Espíritu Santo que nos ilumine para descubrir la voluntad de Dios para volver a anunciar el Evangelio entre nosotros, la llamada del Santo Padre a centrar la mirada en nuestra fe cristiana es un don de Dios para nosotros.

Hemos tratado la propuesta del Año de la fe con el Consejo del Presbiterio de la diócesis. Con la lectura, estudio y reflexión de la carta apostólica Porta Fidei del Santo Padre, hemos hecho la recepción, tanto del documento, como de la invitación a vivir el Año de la fe. En la reflexión que hicimos se remarcó que necesitamos que todos los cristianos de nuestra diócesis redescubran la fe como don, como regalo. La fe en su raíz más profunda es la respuesta a la salvación que Dios nos ofrece en Jesucristo. Por ello, la fe tiene una raíz, un inicio, sin el cual no hay auténtica fe cristiana: el encuentro con Cristo. Cristo es el centro de nuestra fe cristiana. Por ello, nos es necesario en este año redescubrir la belleza del rostro de Cristo; tener la mirada fija en Él, como nos indica el autor de la Carta a los Hebreos.

Este año es una oportunidad pastoral para conocer mejor y con más profundidad nuestra fe cristiana. Las conmemoraciones del 50 aniversario de la apertura Concilio Vaticano II y del 20 aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, son ocasión para conocer mejor nuestra fe con el estudio, tanto de los documentos de este concilio, como del catecismo. A menudo la ignorancia de la fe cristiana, entre los mismos cristianos es tan grande, que todo esfuerzo por conocer la fe es de capital importancia.

El Año de la fe también nos tiene que ayudar a vivir más de acuerdo con nuestra fe, con todo lo que significa de purificación y de renovación. La fe cristiana pide la celebración de esta fe, llevar la vida en Cristo de acuerdo con la fe, así como ser testigo ante los hombres. La profesión de la fe debe ser hecha de manera especial en este año, tanto en el ámbito personal, como en el comunitario, y también públicamente.

2. La Congregación de la Doctrina de la Fe ha publicado unas indicaciones pastorales para el Año de la fe y propone muchas sugerencias concretas. ¿Qué iniciativas le gustaría que se pusieran en marcha en su diócesis?

Las indicaciones pastorales de la Sagrada Congregación las hemos acogido, en una primera mirada, en la reunión de los arciprestes de toda la diócesis. El Año de la fe nos coincide con dos cursos del Plan Diocesano de Pastoral vigente que tiene como tema y lema: iSed santos!

Un plan que trata la santidad como don y tarea, desde la realidad fundamental de los sacramentos de iniciación cristiana, fuente de nuestra santidad: el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía. En concreto, el Año de la fe coincide con el año dedicado a la Eucaristía, con el lema: "Sed lo que sois: El Cuerpo de Cristo!" Y con el año dedicado a los santos de nuestra diócesis de Vic con el lema: "Nuestros santos, ayer y hoy". El Año de la fe nos ayudará a vivir mejor la centralidad de la Eucaristía en la vida cristiana, la Eucaristía que es el sacramento de la fe, y además, el testimonio de los santos, quienes han vivido su fe con fidelidad , muchos de ellos derramando la sangre por la fe cristiana, nos ayudará a vivir la fe sin miedo y con todas sus consecuencias.

Como propuestas pastorales, que deben ir concretándose, cabe señalar: dar a conocer mejor el Catecismo de la Iglesia Católica, y por eso continuar con la Escuela de Laicos, que tiene como eje el mismo Catecismo, hacer una campaña "ninguna familia sin el Catecismo", y un congreso para estudiar el Catecismo, también, en la formación mensual de los presbíteros y diáconos, acoger a los temas que se nos han propuesto desde la Congregación. Nuestra diócesis tiene un gran patrimonio artístico y por eso se quiere potenciar en el Año de la Fe la relación entre fe y cultura por medio del Museo Episcopal de Vic y de otras realidades vivas de la diócesis que manifiestan esta unidad entre arte, cultura y fe. También se querrá remarcar y explicar la relación entre fe y ciencia con conferencias y debates en las ciudades más importantes de la diócesis. Con los jóvenes se piensa hacer una "Fiesta de la Fe".

Dos peregrinaciones: en el inicio del Año de la Fe, en el mes de octubre en Roma, coincidiendo con la canonización de una hija de la diócesis, la de Vic beata Carmen Sallés Barangueras, y en el final del Año de la Fe, en octubre de 2013, otro peregrinaje a Tierra Santa.

 

  • 13 junio 2012
  • Temes d'Avui
  • Número 42

Comparte esta entrada