Archivo > Número 42

José y sus hermanos

Thomas Mann

Ediciones B
Barcelona, 2011
1495 págs.

Se ha publicado entera una de las obras fundamentales del conocido escritor alemán –Premio Nobel de Literatura, en 1929– Thomas Mann, José y sus hermanos. Se trata de una tetralogía, escrita hace muchas décadas, pero image-acc3ed093b9c1a1171f7737ae7b7b09cmantenida un poco al margen de la divulgación normal, por ser una obra religiosa, projudia ya la vez antinazi en su intencionalidad y puesta ahora al alcance de todos. En la novela, el autor manifiesta un interés especial por el tema de los tiempos patriarcales. Hace muchas consideraciones sobre el libre obrar humano, en general y sobre las diferentes reacciones espirituales de los protagonistas –odios y resentimiento, arrepentimiento y perdón, cariño y tierno amor– teniendo siempre delante el relato bíblico donde se narra la vida de los conocidos personajes –Jacob y sus esposas, hijos (José y hermanos) y otros parientes– de acuerdo con los capítulos 37 a 50 del Génesis. La novela es relativamente fiel a estos capítulos. Thomas Mann investigó sobre el libro sagrado y sobre la historia y las costumbres de Egipto. Sabemos que la Biblia –en palabras del experto biblista José Morales– es «un gran monumento literario, que contiene un amplio número de géneros históricos, poéticos, proféticos, sapienciales... Es una cantera inagotable de asuntos, semblanzas de personajes, argumentos, reflexiones, costumbres y maneras de vivir. Todos tipifican cuestiones existenciales y retratos de situaciones y circunstancias que simbolizan la vida humana en su curso temporal rumbo a lo eterno». Todo esto lo aprovecha Thomas Mann para escribir su larga obra.

El primer volumen narra la historia de Jacob, padre de José. En el segundo se ve muy bien cómo se va incubando la enemistad y la antipatía de los hermanos mayores hacia José, y la amistad de éste con su hermano pequeño, Benjamín, hijo de la misma madre, la amada Raquel. La venta de José, como esclavo, a unos comerciantes cuando ya estaba a punto de ser asesinado. En la tercera parte, una vez el protagonista es vendido a Putifar, explica como Jose llega a ser el hombre de confianza y mayordomo de su poderoso dueño egipcio, y también como la mujer de Putifar quiere seducir repetidamente a José. Al rechazar este –hombre casto y leal– las insinuaciones de la esposa de su benefactor, es acusado injustamente por ella de todo lo contrario y por esta razón es juzgado y condenado a prisión. El último volumen relata cómo José, gracias al sobrenatural don de interpretar –por eso sus hermanos le llamaban el «soñador»– los sueños de los demás y finalmente los del Faraón sobre los siete años de vacas gordas y los siete de vacas flacas, llega a ser el Gran Administrador del Faraón en la recogida de alimentos durante los siete primeros años y el buen reparto durante los años de sequía. Como ésta también afectó el país de Canaán, donde viven Jacob y los otros hijos, éstos piden ayuda a los egipcios, y tras varios acontecimientos urdidos por Jose mismo, éste se da a conocer, provocando una gran alegría y un sincero arrepentimiento de todos los hermanos por lo que habían hecho muchos años antes. Todo termina con la reconciliación, y también con el encuentro de José con su anciano padre Jacob y con su hermano pequeño. Todos van a vivir a Egipto, lugar donde el pueblo de Israel (Jacob y sus descendientes) se multiplicarán ratificándose como pueblo elegido y viviendo en paz en la tierra de Gossen del Alto Egipcio.

La larga novela no pretende ser un libro exegético, ni tampoco una novela histórica, sino una obra sobre una historia muy humana y sobrenatural al mismo tiempo, aportando un alto grado de ficción o de imaginación, pero siempre con un claro conocimiento de las reacciones del alma humana. Por otra parte es lo que llamaríamos una historia, llena de consideraciones profundas sobre el ser humano y sobre la providencia divina, la cual actúa por extraños caminos que sólo la visión sobrenatural descubre; se habla de la libertad, de la verdad, de la belleza, de la pureza y amor y, sobre todo, del heco que Dios de los grandes males puede sacar grandes bienes. «La Biblia –como dijo el biblista Armand Puig– es un libro imprescindible que, es verdad, habla sobre Dios, pero sobre todo habla del hombre: del amor, del odio, de la venganza, del asesinato del otro, de la amistad... No es un libro de algodón, es un libro vital, por lo que ha inspirado a tanta gente: escritores, pintores, poetas... toda la cultura gira en torno a la Biblia. Los grandes relatos bíblicos son relatos cargados de vida. No es eso de un angelito que baja y toca el violín... ino! La Biblia está impregnada de la vida que hacemos los humanos... es un libro de acción. Es historia... es terriblemente atractiva y útil».

El libro no es fácil de leer, ya que Mann profundiza en él con muchas reflexiones propias que tocan la condición humana. De vez en cuando, se detiene sobre aspectos concretos de algunas de las costumbres de Canaán y de Egipto, o sobre el modo de vivir de los sencillos ganaderos, los poderosos y ricos como Putifar y describe detalladamente aquellos ambientes. El autor, sin decirlo expresamente, hace una defensa de los judíos, como pueblo elegido, en unos tiempos tan comprometidos como fueron los del nazismo hitleriano.

José y sus hermanos fue escrito por Mann en Suiza, donde se había refugiado en tiempos de la dictadura nacional-socialista. Tardó unos quince años en escribirla, dedicándole una atención especial para dejar reposar la obra. Le tenía un gran aprecio, ya que con José y sus hermanos quiso el autor mostrar la gran historia de los israelitas como uno de los grandes fundamentos de que cultura occidental. Hay páginas muy profundas, entre las que destaco, una vez más, las conversaciones entre el Faraón y José.

Creo que José y sus hermanos seguirá siendo una obra imprescindible para conocer un aspecto del verdadero Mann: el gran novelista de La Montaña mágica, de Los Buddenbrook, El Doctor Fausto, Carlota en Weimar, etc. Y eso, por el hecho religioso narrado en una determinada y explícita clave y por su significación cultural y humana. Por la novedad de esta reciente edición completa propongo como una obra aconsejada para los buenos lectores de los clásicos contemporáneos.

Josep Vall i Mundó

 

 

  • 15 junio 2012
  • Thomas Mann
  • Número 42

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