José Morales

Editorial Rialp

Madrid 2011

278 pág.

 Benedicto XVI desea que florezca «una nueva etapa de mayor amor a la Sagrada Escritura por parte de todos los miembros del pueblo de Dios, de modo que, mediante su lectura orante y fiel a lo largo del tiempo, se profundice la relación con la persona misma de Jesús». Así lo expresa en la exhortación apostólica Verbum Domini (n. 72).

Pero para amar más la Biblia, hay que tener de ella un conocimiento más claro y profundo. La obra que ahora presentamos tiene este objetivo. Morales quiere acercar al lector a la Biblia y ayudarle a entender los libros sagrados de una manera científica y teológica. El autor nos ofrece un buen instrumento para mejorar la formación bíblica.

El libro consta de cinco apartados. El primero y el último son de tipo divulgativo. En el primero, el autor hace un recorrido de tipo descriptivo para cada uno de los setenta y dos libros que componen la Biblia. Habla brevemente de las lenguas que se utilizan, y expone cuál es el fundamento de la autoridad de la Palabra de Dios. La última parte, la podríamos calificar como heterogénea. El autor hace una breve reflexión sobre la función de la Biblia en la teología y en la vida cristiana, y sobre la influencia de la Biblia en el arte y la literatura de todos los tiempos.

En el segundo apartado, Morales examina cuál es la relación entre la Biblia, la revelación y la Iglesia, y hace un análisis detallado de los principales documentos magisteriales de tema bíblico.

En la tercera parte, los temas centrales son tres: el canon bíblico, la inspiración y la verdad de la Sagrada Escritura. Es necesario conocer cuál es el significado de estos conceptos antes de leer el cuarto apartado, que examina la difícil cuestión de la interpretación bíblica. Morales hace una descripción de la historia de la formación del canon bíblico para dar respuesta a la cuestión de por qué unos textos fueron reconocidos como sagrados, y en cambio otros fueron rechazados. Explica que los criterios que llevaron a la Iglesia a determinar la canonicidad de un texto son tres: la coherencia de su contenido con la doctrina tradicional (ortodoxia), el origen apostólico y la aceptación de las primeras comunidades cristianas. Canonicidad e inspiración se implican mutuamente, y la inspiración es la base y fundamento de la autoridad de la Biblia, y de su verdad.

La cuarta parte está dedicada a la hermenéutica y es la más extensa y densa. El autor hace un recorrido por la historia de la interpretación de la Sagrada Escritura, estudia los principales documentos doctrinales sobre esta cuestión y describe los dos principios fundamentales de la interpretación canónica, es decir, la unidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento y la lectura hecha con el mismo espíritu con que se escribieron los textos. También hace un repaso de los diferentes métodos de interpretación y estudia la clásica cuestión de los sentidos de la Biblia. Finalmente, hace un repaso de los géneros literarios que usan los autores sagrados.

Morales afirma que no hay ningún libro espiritual ni manual de teología que enseñe tanto de Dios y del ser humano como la Biblia (cfr. p. 243). Por eso, la lectura de la Sagrada Escritura debería ser parte esencial de la identidad cristiana. Debemos recibir con alegría libros como éste, que ayudan a leer y comprender la Palabra de Dios con más profundidad.

Gloria Heras