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Sesión académica de homenaje al beato Juan Pablo II

El cardenal Camillo Ruini imparte la conferencia central del acto en el Aula Magna del Seminario de Barcelona

El miércoles día 1 de junio tuvo lugar, en el Aula Magna del Seminario Conciliar de Barcelona, la sesión académica de homenaje al beato Juan Pablo II, Papa, organizada por la Facultad de Teología de Cataluña y la Facultad de Filosofía de Cataluña, con la colaboración del Instituto Superior de Liturgia de Barcelona y el Instituto de Teología Espiritual de Barcelona. La sesión académica estuvo presidida por el Dr. Lluís Martínez Sistach, cardenal arzobispo de Barcelona, y contó con una conferencia principal sobre «Juan Pablo II: santidad y eficacia histórica», a cargo del cardenal Camillo Ruini, que fue cardenal vicario de la diócesis de Roma y presidente de la Conferencia Episcopal italiana y también uno de los primeros colaboradores de Juan Pablo II.

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También participaron expertos como el Dr. Pedro Montagut, director del Instituto de Teología Espiritual de Barcelona, el Dr. Jaume González Padrós, director del Instituto Superior de Liturgia de Barcelona, el Dr. Joan Martínez Porcell, decano presidente de la Facultad de Filosofía de Cataluña y el Dr. Armand Puig i Tàrrech, decano presidente de la Facultad de Teología de Cataluña.

El Dr. Pedro Montagut habló sobre «La espiritualidad sacerdotal y laical en el ministerio de Juan Pablo II» afirmando que «desde la fortaleza de un comienzo carismático hasta la plenitud final sufriente, Juan Pablo II mostró que la historia cristiana se escribe sin miedo, él mismo fue el protagonista de una misión gigantesca en un mundo disminuido y acomplejado».

A continuación, el Dr. Jaume González Padrós habló de «Juan Pablo II y la liturgia:de la reforma a la profundización», destacando que «además de su magisterio escrito, Juan Pablo II nos ha enseñado la profundidad de la liturgia con su manera de celebrar, con su ars celebrandi. Se trata del sacerdote que ha celebrado con las asambleas más numerosas de la historia, del sacerdote que, con la misma naturalidad y sentido del misterio, celebraba en la capilla de su apartamento, con una pequeña comunidad de fieles».

Por su parte, el Dr. Joan Martínez Porcell expuso «El pensamiento filosófico de Juan Pablo II»: «Es en la Fides et ratio, donde el Papa asegura la existencia de una Única Verdad, aunque exista un doble orden de conocimiento, con objeto y metodología propia. Este doble orden, filosófico y teológico, es expresión de la bondad del Creador y de la bondad de nuestro mundo. El Papa tiene especial interés en superar la desconfianza de la razón. Este optimismo proviene de la mirada creyente sobre el mundo. La persona no se abre a la trascendencia, sino que nace abierta a ella.»

El Dr. Armand Puig y Tàrrech centró su ponencia en «El pensamiento teológico de Juan Pablo II» y explicó que «el humanismo desbordante del pensamiento de Juan Pablo II es una auténtica profecía, que lleva la teología a mirar especialmente a la cristología y la antropología. La conduce a fijar la mirada en Cristo redentor del hombre y dibujar con fuerza al receptor y destinatario de esta redención: la humanidad que recibe la salvación de Dios».

En la conferencia central de la sesión académica, el cardenal Ruini expresó que «el punto de referencia para una reflexión sintética sobre Juan Pablo II es su relación con Dios. Su visión de la realidad fue original y llena de fuerza, unía fe e historia. Enlazaba Dios y Jesucristo, presente sobre todo –aunque no exclusivamente– en la Iglesia, con la humanidad concreta de los hombres y los pueblos. En la misma óptica, concebía la Iglesia como un gran factor histórico, que es al mismo tiempo misterio, pueblo y movimiento. Su relación con Dios y su preocupación por los hombres tenía origen en su extraordinario dinamismo de evangelizador, que le llevaba a entregarse, a gastarse continuamente en primera persona, pero también a acoger, valorar y movilizar a cualquier persona o grupo, cualquier energía o propuesta que pudiera contribuir a hacer presente a Cristo entre los hombres, las naciones y las culturas».

El cardenal arzobispo de Barcelona y gran canciller de las Facultades Eclesiásticas, agradeció al cardenal Ruini y a los cuatro ponentes sus intervenciones y concluyó con un deseo lleno de esperanza: «Creo que estamos llamados a imitar al beato Juan Pablo II, sobre todo en su voluntad de abrir a Cristo el mundo moderno. Él lo hizo sin miedo y con gran coraje y su recuerdo nos empuja a defender la dignidad de toda persona, creada a imagen y semejanza de Dios».

Xavier Vilella

Periodista

  • 13 septiembre 2011
  • Xavier Vilella
  • Número 40

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