Archivo > Número 38

Humanismo II. Tareas del espíritu

Juan Luis Lorda

Editorial Rialp

Madrid 2010

223 pàg.

 

En el primer volumen, El humanismo: los Bienes invisibles, de este doble estudio escrito por el profesor Juan Luis Lorda, el autor se adentró en el mundo de la cultura desde altas perspectivas culturales y religiosas. Se trataba de una image-9e8bcb3e69ef8eeeb5ee7c7583bee794obra muy bien estructurada: sencilla, concisa y clara. Lorda explicaba detalladamente, bajo diversos aspectos, qué se debía entender por cultura, mundo humano, humanismo, espiritualidad, sabiduría, amor a la verdad, belleza, etc. Es decir, nos presentaba un conjunto de realidades que él también llamaba «bienes invisibles» y que se podían considerar unos grandes tesoros a conservar. Del primer volumen hicimos una recensión meses atrás.

En este segundo volumen, Humanismo II. Tareas del espíritu, Juan Luis Lorda quiere concretar mejor la manera de llegar al perfeccionamiento humano de la cultura, de la verdad, de la belleza, del amor, del trabajo y del descanso, de la creatividad, de la felicidad, de la madurez, de la disciplina, etc. Sobre todo a través del perfeccionamiento de los espacios interiores: mente, corazón, conciencia... Nos quiere ayudar –y no es una obra de autoayuda, a pesar de algunas semejanzas o coincidencias– a encontrar los resortes, los medios prácticos, los caminos, las prácticas concretas para edificar al hombre más «humano», al ser humano en plenitud de consonancia con el designio creador. Y nos presenta también los obstáculos con que el hombre se encuentra para alcanzar la perfección, como son el desorden, la pereza, el egoísmo, el materialismo, el consumismo y el mal entendido bienestar, etc.

Lorda nos hace atractivo el trabajo material e intelectual, las exigencias del espíritu, el cultivo de los espacios interiores del alma –la mente, la voluntad, la libertad, los afectos, los anhelos, las virtudes– en un armónico y constante equilibrio de las fuerzas internas y externas con las que el hombre ha de contar. Viendo el contenido completo de la obra –aunque no se hable expresamente–, encontramos una constante alusión a la Gracia, ya que sólo ésta puede llevar al hombre hacia la perfección.

El libro es como un tratado sobre formación, educación, enseñanza, convivencia, comportamiento social; sobre el arte de conocerse a uno mismo, de la toma de decisiones, del trabajo bien hecho, del buen gobierno... Una exposición de los títulos de los diversos capítulos nos da una visión de todo el contenido: el espacio interior; las funciones de la mente; la forma del corazón; los movimientos del corazón; la decisión libre: cabeza y corazón; la conquista del espacio interior; el conocimiento de uno mismo; el ascetismo de los deseos; el control de la actividad; el silencio interior y la prudencia; el valor del trabajo; el aprendizaje; la disciplina; el arte de educar: encender un fuego, formar el corazón, enseñar a pensar, impartir una clase; con respecto al gobierno: la autoridad; la administración de las sociedades, la dirección de personas; las condiciones del gobernante; el diálogo y el pacto; el trato con subordinados.

Cuando pasa a la convivencia encontramos: el ser sociable; las virtudes del trato; la conversación; sentirse ciudadano y la participación; la solidaridad. Continúa con la familia: verdades y tópicos; relaciones humanas; del enamoramiento al amor; la estimación diaria; las dulzuras del hogar. Concluye el libro con el sentido religioso de la vida: el hecho religioso; dimensiones del sentido religioso; experiencias de trascendencia; la idea de Dios y del hecho divino; las formas de la religión.

Como podéis comprender, todo el contenido está compuesto por «bellos temas que hacen crecer interiormente a las personas», como nos dice la contraportada. Termina el libro con una seleccionada bibliografía, con el título de «50 libros sabios», que incluye escritores y pensadores como Aristóteles, san Agustín, san Juan de la Cruz, santa Teresa de Lisieux, san Josemaría Escrivá, santa Edith Stein, Manuel García Morente, Julián Marías, Alejandro Llano, Joseph Pieper, Romano Guardini, Emmanuel Mounier, Daniel Goleman, Eugeni d'Ors, Jacques Maritain, G.K. Chesterton, Gustave Thibon, Karol Wojtyla, León Tolstoi, Antoine de Saint-Exupéry, Jean Danielou y muchos otros, hasta llegar a los cincuenta.

Lo recomendamos vivamente, como hicimos con el primer volumen ya mencionado.

Josep Vall i Mundó

  • 22 febrero 2011
  • Número 38

Comparte esta entrada