Archivo > Número 35

La Penitencia como virtud y sacramento

Joan Guiteras

 

Centro de Pastoral Litúrgica

Barcelona 2010

252 pág.

 

El profesor Dr. Joan Guiteras desde hace bastantes años expone el tratado sobre el sacramento de la penitencia a los alumnos de la Facultad de Teología de Cataluña y del Instituto superior de Liturgia. Él mismo explica: “Empecé a image-09c89079e38ac663a15532822f8ae90dexponer este tema a petición de Mons. Pere Tena, cuando era Decano de la Facultad de Teología de Barcelona que, con el tiempo, se convirtió en Facultad de Teología de Cataluña. El obispo Tena, cuando me propuso dar este tratado en la Facultad, me recomendó que tuviera muy en cuenta, especialmente para la parte positiva, la encíclica Dives in misericordia ('Dios rico en misericordia´), de Juan Pablo II . Esta carta encíclica siempre me ha impresionado. Por eso, mi tratado de Penitencia refiere de un modo especial el sacramento del mismo nombre a la luz de la misericordia divina. He escrito, pues, desde esta formalidad. Ha sido una manera de presentar en términos positivos el sacramento de la Penitencia. Es evidente que todos los sacramentos confieren el don de Dios. También el de la Penitencia. Hago, por tanto, esta incidencia como enfoque del tratado”.

No oculta la dificultad en que se encuentra este sacramento: “Aproximadamente desde 1960 se produce una gran crisis del sacramento de la Penitencia, el exponente más claro es la baja práctica del rito mencionado. Y, a partir de la aparición del nuevo ritual, muchos pastores utilizan sólo el rito de la reconciliación a varios pecadores con absolución general”. Puede confundir el hecho de que se presenta el rito C del Ritual de la Penitencia para las absoluciones colectivas sin acompañarlo de todas las advertencias que han hecho los obispos y la Santa Sede sobre su excepcionalidad. Aunque luego se recogen estas advertencias en el “Motu proprio” Misericordia Dei que se incluye en apéndice.

Como indica el título, se hace una presentación del sentido del sacramento de la Penitencia y la Reconciliación partiendo de la Penitencia como virtud y de las actitudes con que el creyente es invitado a acercarse. Después de una panorámica general, presenta la Tradición bíblica con los textos fundamentales que hacen referencia al perdón de los pecados. A continuación estudia la Tradición eclesial, rica y variada, como han ido evolucionando las formas de penitencia hasta llegar a la práctica de la confesión en nuestros días.

Entra después en la reforma del Concilio Vaticano II y su concreción en el Ritual de la Penitencia, a la que dedica un amplio espacio. El último capítulo es una síntesis que quiere ayudar a la reflexión personal.

También, como se ha dicho, se añade un apéndice con el comentario de algunos documentos. Destaca la Carta apostólica, en forma de “Motu proprio” Misericordia Dei, en la que afrontan los abusos en las absoluciones colectivas que hacen un gran daño y no dan verdaderamente paz y alegría a las conciencias. Este documento da razón de la preocupación de la Santa Sede para que muchos cristianos vuelvan a recibir este sacramento de una manera personal, y en este sentido anima a los sacerdotes a estar disponibles en todo momento, incluso mientras en el mismo lugar se celebra la Santa Misa, y también con un horario amplio y conocido.

El libro tiene un marcado acento pastoral: con consejos para los confesores, esquemas para la celebración de la forma B del ritual según los tiempos litúrgicos, etc. No toca algunos argumentos más propios del Derecho Canónico, como el lugar y la sede de la administración de la Penitencia. Nos presenta un interesante trabajo sobre el sacramento de la Penitencia en el aspecto histórico y de práctica pastoral. Como cosa a añadir en próximas ediciones, se podría sugerir la de introducir comentarios en algunas partes más descriptivas, como las maneras de administrar el sacramento o acompañarlas con indicaciones del Magisterio sobre una correcta actuación pastoral. Cierto, un libro bien adecuado para reavivar la práctica del Sacramento de la Penitencia.

Joaquim González-Llanos

  • 08 julio 2010
  • Joan Guiteras
  • Número 35

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