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VIII Simposio Internacional del Instituto Martín de Azpilcueta

El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, intervino en este simposio de especialistas en derecho canónico dedicado al papel de las asociaciones de fieles.

Especialistas internacionales estudiaron entre los días 4 a 6 de noviembre los aspectos canónicos y civiles de las asociaciones de fieles durante el VIII Simposio Internacional del Instituto Martín de Azpilcueta, que fue inaugurado por Mons. Lluís Martínez Sistach, cardenal-arzobispo de Barcelona. En las jornadas participaron expertos procedentes de Italia, Suiza, Portugal y España.

José Antonio Fuentes, profesor y presidente de la VIII edición del simposio, considera que “las asociaciones de fieles tienen gran importancia para la Iglesia y para el Estado, pues realizan muchas iniciativas de servicio al bien común”. Dijo que “en España, muchas actividades sociales y el desarrollo de una variada actividad religiosa dependen de las asociaciones de la Iglesia” y recuerdó como “sin su responsabilidad e iniciativa no se manifestaría la vida social tal y como la conocemos”.

Para el profesor Jorge Otaduy, director del Instituto Martín de Azpilcueta de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra, este encuentro pretende “tomar en consideración múltiples perspectivas, canónicas y civiles, para tratar de ofrecer una panorámica completa y sistemática de este fenómeno”.

“Las asociaciones de fieles. Aspectos canónicos y civiles” fue el tema que durante tres días estudiaron expertos como el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach; Ana Álvarez de Lara (secretaria nacional de Manos Unidas); o los profesores Miquel Delgado (Consejo Pontificio para los Laicos de Roma) y Ombretta Fumagalli (Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán).

 

Dejar libertad y ayudar a quienes ayudan

El contenido del Simposio, según el profesor José Antonio Fuentes, fue elegido porque “en la Iglesia se valora mucho la libre iniciativa y la responsabilidad de las personas”. Por eso, hay que “dejar libertad y favorecer esta iniciativa que, a través de diversas asociaciones, desempeñan funciones sociales”. Entre los asuntos que se abordaron en las jornadas se encuentran: las relaciones entre las asociaciones canónicas y la autoridad de la Iglesia; el régimen patrimonial y fiscal de las asociaciones o el funcionamiento de los movimientos eclesiales. Sobre el objetivo del simposio, su presidente afirmó que se procura “encontrar soluciones y ayudar a quienes tanto ayudan, en la sociedad civil y en la Iglesia”.

 

“Excelente servicio” de las asociaciones de fieles a la formación de los cristianos y la evangelización

El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, resaltó en su intervención el derecho de los fieles a “fundar y dirigir image-75ed40ee22e5d3344e1ec1638e78bcdfasociaciones”. En ese sentido, alabó el “excelente servicio que prestan a la formación y espiritualidad de los cristianos y a la evangelización”. Como ejemplo, mencionó la diócesis de Barcelona, donde existe “un sinfín de movimientos, asociaciones, fundaciones... que trabajan, con creatividad, en un amplio campo de realidades”. Asimismo, indicó que “la mayoría de las asociaciones en la Iglesia son privadas, lo que las hace responsables de sus actuaciones”.

Para el arzobispo de Barcelona, resulta urgente “el anuncio explícito de Jesucristo”; así como propiciar “que los hombres y mujeres de hoy, los jóvenes, se encuentren personalmente con Cristo”. Esta es la actitud de fondo del “nuevo Plan Pastoral de la Archidiócesis de Barcelona”, remarcó. De este modo, consideró primordial y actual “la formación cristiana y una espiritualidad sólida, profunda y auténtica”. “Es preciso -agregó- ensalzar los valores de la responsabilidad, solidaridad, austeridad, buscando el bien común por encima del particular, sin desvincular nunca las actuaciones de sus valoraciones éticas”.

 

Creciente movilidad de la juventud

El cardenal Martínez Sistach expresó que la manifestación celebrada en Madrid en octubre ha supuesto “una aportación de muchísimos miles de ciudadanos a la convivencia social sobre un tema capital, que una sociedad democrática ha de valorar debidamente”. Por otra parte, confió en que la próxima Jornada Mundial de 2011 (Madrid) congregue a cerca de dos millones de jóvenes, “tanto por los años que lleva sin celebrarse en Europa, como por la creciente movilidad de la juventud y el deseo de los jóvenes de encontrarse con el Papa”.

Por último, al referirse al pontificado de Benedicto XVI, valoró “su magnífico servicio a la Iglesia con su rico y profundo magisterio, sus tres encíclicas, homilías y documentos”. También destacó “su preocupación ecuménica, y solicitud apostólica por el bien de la unidad y comunión de la Iglesia, dispuesto a acoger en su seno a cuantos lo piden, como el grupo lefebriano y el anglicano”.

 

“El Estado, sin la ayuda social que le presta la Iglesia, estaría perdido”

image-4b5c2d4d5942d672f1b81ddf89c7e4b6La secretaria nacional de Manos Unidas, Ana Álvarez de Lara, aseguró con motivo de este simposio organizado por la Universidad de Navarra que “el Estado, sin la ayuda social que le presta la Iglesia, estaría perdido”. Ana Álvarez de Lara consideró además que el Estado no destina suficiente dinero “a lo que debe ser prioritario, por justicia y bien común”. Sin embargo, “la Iglesia demuestra cada año que es capaz de multiplicar lo que recibe en favor de los más necesitados”.

Respecto a Manos Unidas, destacó cómo esta ONG, al cumplir 50 años, mantiene su proyecto de “preocuparse por los más desfavorecidos, erradicar la pobreza y el hambre, con la inspiración de la Doctrina social de la Iglesia”. En este sentido, manifestó el deseo de ampliar su presencia en “todos los ámbitos de la sociedad española, sobre todo en universidades, entre los jóvenes y en la colaboración con las empresas”.

Según dijo, se trata de la ONG que más ayudas presta en el tercer mundo, donde el año pasado “se aprobaron 774 proyectos de desarrollo en 59 países, por un valor de 46.717.869 euros”. Esta acción, dijo, se centra en educación, sanidad, agricultura, promoción social y de la mujer.

Sobre la disminución de donativos ante la crisis, la secretaria nacional de Manos Unidas habló de un “cierto retraimiento, aunque también hay nuevos socios e iniciativas de cooperación”. Así mismo, al referirse a la administración de los bienes, indicó: “Somos una organización de la Iglesia y de voluntarios, donde tenemos claros los criterios de austeridad y transparencia, así como el 'dar gratis lo que gratis recibimos´. Además, todos los años nos sometemos a una auditoría externa”.

 

Familia, educación y vida

Para Ana Álvarez de Lara, esta época no es “ni mejor ni peor. Nos movemos en una crisis cultural, debida a una crisis antropológica. En este contexto, las ONG tienden a ocupar el espacio de la caridad y la generosidad”. Por último, recalcó una de las intenciones en la que hoy insiste la Iglesia: la defensa de la familia, la educación y la vida. “Aunque el clima social y político no facilite la educación en la fe, hemos de buscar el mejor camino, animados por la caridad e iluminados por la verdad”, concluyó.

Xavier Vilella

Periodista

  • 16 marzo 2010
  • Xavier Vilella
  • Número 34

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