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La Iglesia, el Opus Dei y el ''Código Da Vinci'': un caso de comunicación global. J.M.Mora

Juan Manuel Mora

EUNSA

Colección biblioteca dircom

Pamplona 2009

173 pag.

Una campaña publicitaria global que tiene como resultado la venta de 64 millones de libros en cinco años en todo el mundo, sin duda, puede calificarse de eficaz. Si además se remata con la versión cinematográfica del best seller se puede pensar en otro éxito.

En este caso –referido a la novela El Código Da Vinci del escritor Dan Brown–, la espectacular campaña de image-46ef7c040188ccfd8484db15e864399fmarketing estuvo acompañada por una notable polémica. La trama del libro presenta a la Iglesia Católica como una organización con tintes mafiosos que no duda en utilizar medios delictivos –a través de personas del Opus Dei– para mantener al mundo en un terrible engaño: Jesús no es Dios; tuvo descendencia de María Magdalena y la saga familiar se perpetúa hasta hoy a través de una sociedad secreta. En el centro de la polémica, la intencionada pretensión de veracidad de todo lo descrito en el libro, –así se afirma en un epígrafe bajo el título de Hechos– aunque tratado novelescamente. La fe de millones de personas ridiculizada, menospreciada y presentada como algo odioso para el lector con poca capacidad crítica.

Ante una crisis informativa global, un ataque a la reputación corporativa de dimensiones planetarias ¿qué hacer?

Juan Manuel Mora, vicerrector de Comunicación de la Universidad de Navarra, vivió en primera línea de fuego informativo estos acontecimientos, ya que entre los años 1991 y 2006 trabajó en el departamento de comunicación del Opus Dei en Roma. En estas páginas, aborda de forma clara y objetiva esta singular experiencia digna de interés para todos aquellos periodistas especializados en comunicación institucional, especialmente de la Iglesia.

El libro, en su primera parte, recoge datos relevantes sobre las campañas de marketing que desarrollaron los editores del libro y, posteriormente, los productores de la película, así como las reacciones de las audiencias.

En su segunda parte se centra en darnos a conocer la acción que llevaron a cabo los departamentos de comunicación de la Prelatura. Unos anexos finales aportan documentación relevante para que el lector pueda hacerse cargo de forma más completa de los datos y reflexiones que hace el autor.

El autor presenta de forma aséptica y objetiva la información recogida y la experiencia acumulada durante esos años desde su trabajo en el departamento de comunicación de la Prelatura en Roma. El libro señala que se trata de “un caso de comunicación global” y ahí está su interés. Presenta la información relevante que configura una crisis y da las claves que, en este caso, se utilizaron para abordarla. Al final se permite un breve capítulo en el que hace un resumen de esta experiencia comunicativa y en uno de los anexos incluye una interesante ponencia que presentó en un seminario profesional de oficinas de comunicación de la Iglesia titulada “dirección estratégica de la comunicación de la Iglesia”. La ponencia aborda la esencia de la comunicación institucional, reflexiona sobre quién dirige esta comunicación y cómo se dirige. Estas últimas páginas facilitarán a los responsables de comunicación de instituciones de la Iglesia o de otras entidades, temas de reflexión y posible mejora en su trabajo profesional y algunas pistas muy útiles para afrontar una posible situación de crisis.

 

Isidor Ramos Rosell

  • 10 diciembre 2009
  • Juan Manuel Mora
  • Número 33

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