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Introducción General a la Biblia. Introducción al Antiguo Testamento. I, II y III. M.A.Tabet

– Introducción General a la Biblia

Ed. Palabra 2003

534 pàg.

 

– Introducción al Antiguo Testamento

I. Pentateuco y libros históricos

Ed. Palabra 2004

501 pàg.

 

II. Libros proféticos

Ed. Palabra 2009

459 pàg.

 

III. Libros poéticos y sapienciales

Ed. Palabra 2007

283 pàg.

 

Miguel Ángel Tábet

Los cuatro volúmenes que ahora reseñamos, el último publicado el 2009, son un tratado completo de la Sagrada Escritura que los profesores y estudiantes de teología o de ciencias religiosas pueden utilizar como manual y libro de referencia. En un total de 1.877 páginas, se puede encontrar una exposición sistemática de los grandes temas bíblicos y un estudio científico de cada uno de los libros que componen el Antiguo Testamento.

El autor es doctor en teología por la Pontificia Universidad Lateranense y en Filología Bíblica Trilingüe por la Pontificia Universidad de Salamanca. Actualmente es profesor de exégesis bíblica y de historia de la exégesis, y ha image-9bf5fbc22065e109912bd108271c04a7publicado numerosas obras y artículos. En el tercer volumen, dedicado al estudio de los Profetas, colaboran dos reconocidos estudiosos italianos, mons. Benito Marconcici y Giovanni Boggio.

El primer volumen es una introducción general a la Biblia. Tabet recoge los cuatro tratados tradicionales –el de inspiración bíblica, el canon, el Texto y la hermenéutica bíblica– y añade un capítulo sobre la historia de la exégesis hebrea y cristiana. Expone las nociones de inspiración y verdad de la Sagrada Escritura, la relación entre revelación y Biblia, la formación del canon de los textos y la historia de la redacción de los libros. Además, explica cuáles son los métodos que se utilizan para interpretar la Biblia, describe brevemente las nociones básicas de hermenéutica filosófica y muestra cómo se aplica el estudio de los textos sagrados. El libro se cierra con un conjunto amplio de bibliografía y unos cuadros sobre los idiomas de la Biblia, el canon según las principales tradiciones, la relación de los manuscritos más antiguos e importantes del Antiguo y el Nuevo Testamento y, por último, hace referencia en algunos documentos al Magisterio sobre la Sagrada Escritura. Este volumen tiene una marcada orientación doctrinal y teológica. No en vano el autor afirma que sus fuentes de inspiración son la Constitución dogmática Dei Verbum, el Catecismo de la Iglesia católica y dos documentos de la Pontificia Comisión Bíblica, titulados La interpretación de la Biblia en la Iglesia (1993) y El pueblo hebreo y sus Sagradas Escrituras en la Biblia cristiana (2001).

En el segundo volumen se estudia el Pentateuco –Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio– y el resto de libros históricos que forman parte del Antiguo Testamento. La perspectiva que adopta el autor es teológica, pero también está atento a los aspectos literarios e históricos de cada libro, y explica su contenido específico. En estos libros se pone de manifiesto la estrecha unión entre la historia del pueblo de Israel y la revelación de Dios. La cronología y la teología se dan la mano. Esta relación permite a los escritores de los textos sagrados desarrollar una reflexión teológica con motivo de los hechos que narran. De esta manera, lo que el lector encuentra es una historia de salvación, unas metas que hablan de cómo es Dios y cómo es el hombre, y también de cuál es su relación, una relación de amor, de entrega y de perdón por parte de Dios, y de olvido, pecado y conversión por parte del hombre.

El tercer volumen está dedicado al estudio de los libros de los Profetas. El esquema que sigue es el siguiente. Primero retrata al profeta con una breve biografía y explica cuál era el contexto histórico y social, para dar a conocer quienes son sus destinatarios. A continuación describe el contenido del libro y su estructura literaria, o cómo se ha formado el texto. Como en los volúmenes anteriores, los autores se detienen especialmente en la exposición del mensaje teológico. En algún caso, como en el capítulo dedicado a Isaías, se analizan algunos textos que tienen una relevancia especial. También se hace una referencia, aunque muy sucinta, a las conexiones entre cada uno de los libros y el Nuevo Testamento.

Finalmente, el cuarto volumen explica los libros poéticos o sapienciales. El autor, fiel a su objetivo, introduce al lector en los grandes temas teológicos de la sabiduría del pueblo de Israel. Por un lado, da una visión global sobre el origen, el contexto religioso y cultural, y las formas literarias de los libros de los sabios del Antiguo Testamento, destacando su originalidad respecto a otros sabios de la época, por ejemplo de Egipto, por otra parte, pone de relieve que la revelación es progresiva, y, por ello, los grandes temas que golpean siempre el corazón del hombre –el dolor, el mal, la muerte y la existencia de una retribución en la otra vida– encuentran una explicación más profunda en la reflexión de estos sabios que en los libros históricos.

Como ya hemos dicho, Tabet aporta una bibliografía muy amplia. Desde obras de carácter general y manuales hasta textos especializados, sin dejar de lado textos del Magisterio, diccionarios bíblicos y otros recursos bibliográficos.

Algunos especialistas manifiestan que cualquier persona que quiera tener un conocimiento fundamental de la Biblia puede encontrar lo que busca en estos cuatro manuales. Sin embargo, quizá hay que advertir que son obras que exigen una lectura muy atenta. Sin duda son libros que no sustituyen la lectura del Antiguo Testamento, pero son una buena guía para comprender bien cuál es su mensaje. Ojalá el autor pueda concluir esta obra, fruto de una vida dedicada al estudio de la Sagrada Escritura, con un manual sobre el Nuevo Testamento.

Gloria Heras

  • 10 diciembre 2009
  • Miguel Ángel Tabet
  • Número 33

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