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Campaña de solidaridad «Con los católicos olvidados de la China». I.Ramos

Una iniciativa de AIN (Ayuda a la Iglesia Necesitada)


Durante varios meses en diversos medios de comunicación se han podido ver unos anuncios pidiendo ayuda para “los católicos olvidados de China”. La organización impulsora de esta audaz iniciativa es AIN, Ayuda a la Iglesia Necesitada, en inglés ACN (Aid to the Church in Need), una asociación dependiente de image-67d2827197c105c477dd151800e07ed1la Santa Sede, fundada poco después de terminar la segunda Guerra Mundial por el holandés Werenfried Van Straaten, sacerdote premonstratense, para ayudar pastoralmente a la iglesia necesitada o que sufre persecución en cualquier parte del mundo.

El padre Werenfried fundó AIN en 1947. En el contexto de la inmediata posguerra mundial sus primeras acciones fueron de ayuda a los católicos alemanes de la Alemania comunista. De hecho durante años el nombre de la asociación fue de Ayuda a la Iglesia Perseguida.

Actualmente la asociación tiene sedes en 17 países en los que informa de las necesidades que detecta y estudia en diversas zonas del mundo y realiza acciones para conseguir fondos con los que atenderlas. “Su acción se centra en ayudar a la actividad pastoral, en definitiva –explica Adriadna Blanco, responsable de comunicación de AIN en Barcelona- facilitar medios para la evangelización”.

En concreto “AIN facilita los medios económicos para la construcción o rehabilitación de iglesias y otros lugares de culto, ofrece ayuda para el mantenimiento de seminarios y noviciados y de comunidades religiosas, especialmente contemplativas; publica libros religiosos (biblias, catecismos...), procura medios de locomoción a sacerdotes y catequistas para su actividad pastoral, socorre a refugiados, perseguidos y víctimas de cataclismos con ayuda socio-caritativa y sostiene proyectos de atención educativa y asistencial-sanitaria dirigidos por instituciones de la Iglesia” enumera Ariadna Blanco.

 

Ayuda a través de las diócesis

Una característica de estas ayudas es que siempre se canalizan a través de las respectivas diócesis de los lugares a los que quieren hacer llegar su apoyo. Desde 1984 AIN depende de la Sagrada Congregación para el Clero y ésta es image-8b4f7dfaca7f3bab1bb37b3b2b41434equien marca las prioridades que deben atenderse en cada momento, de forma que “lo que hacemos es un servicio a la Iglesia universal” resume Blanco.

Cada año, en la central de Alemania y en las diversas delegaciones llegan “miles de solicitudes de ayuda y esto desencadena un proceso de conocimiento sobre el terreno de esas peticiones” explica la periodista María Menéndez. De esta forma se desencadenó el proyecto de ayuda a la Iglesia en China. En octubre “un pequeño equipo formado por Faustino Catalina (COPE), Pilar Gutiérrez (AIN España), un representante de la central en Alemania y yo misma viajamos a China para conocer directamente las necesidades y situación en tres zonas de ese país” explica María.

 

China: conocimiento directo para ayudar con eficacia

“Tenemos contactos con la jerarquía de la Iglesia Católica local fiel a Roma, -cuenta María Menéndez-, así como con image-6c56dd25c779598dcd1fd1e11322040cel Centro de Estudios del Espíritu Santo de Hong Kong”, un observatorio sobre la situación de la Iglesia en China impulsado por el cardenal J. B. Wu de Hong Kong en 1980, que ayudó a concretar los posibles puntos de ayuda. Con estas referencias iniciaron un viaje indispensable para valorar sobre el terreno las peticiones de ayuda que podrían atenderse.

Adentrarse en China “supone hacer un importante esfuerzo por cambiar de mentalidad y ser muy cuidadosos con las valoraciones”, advierte María. China es todo un mundo y la situación de la Iglesia es totalmente anómala: hay unas 120 diócesis y unas 40 están vacantes porque no se ponen de acuerdo las autoridades de Pekín y Roma. Como es bien sabido conviven la iglesia patriótica tutelada por las autoridades comunistas, la Iglesia clandestina y aquellos católicos que “nadan entre dos aguas”. Las autoridades comunistas han legalizado cinco religiones toleradas: budismo, taoísmo, Islam, protestantismo y catolicismo. Cada una de esas cinco religiones tiene su “versión” patriótica que controla sus respectivas actividades en todo el territorio image-0177de1e8c0ea532f7e21a7e55b6afe4chino. Se calcula que los católicos suponen unos 12 millones de entre unos 40 millones de cristianos y 1.300 millones de habitantes de China. La Iglesia clandestina es pobre en recursos y se siente abandonada, su persecución está a la orden del día: cerca de 60 obispos y 600 sacerdotes están sometidos a arresto domiciliario o están en prisión. Con motivo de los pasados Juegos Olímpicos los controles se hicieron más exigentes: censura de Internet, dificultad en conexiones electrónicas, prohibición de introducir más de una biblia en el país (sólo para uso personal), fácil recurso al socorrido “perturbar el orden social” para prohibir manifestaciones de religiosidad, trabajo de asociaciones cristianas, etc.

María no facilita detalles de los lugares o personas con los que se han entrevistado por elementales razones de prudencia; pero explica que llevan 12 años colaborando con la Iglesia clandestina china y que la necesidad image-97d3d18d618729160ef6b9873439adaffundamental que han advertido es la de “atender a la formación de sacerdotes y religiosos, formar formadores y también atender otras necesidades básicas como ayudar en la construcción y acondicionamiento de iglesias y centros diocesanos”.

“Hay motivos para la esperanza”, sentencia María que explica que a menudo en China hablan de una Iglesia con tres circunstancias distintas. Ya en su carta a los católicos chinos (junio de 2007) Benedicto XVI evitó citar a la iglesia clandestina o la oficial y se refiere en cambio a “la Iglesia en China” para la que propone la vía de la unidad basada en la caridad, el perdón y la reconciliación. Pero no olvidó pedir a las autoridades políticas que cumplan su parte respetando la libertad religiosa, y un ámbito prioritario es que la Iglesia pueda elegir con plena libertad a su jerarquía.

 

Los frutos de la campaña para los católicos de China

Con toda la información recabada AIN puso en marcha una campaña informativa y publicitaria, especialmente en la COPE, que se prolongó desde las navidades de 2008 a marzo de 2009. Un avance de la campaña de solidaridad 'Con los católicos olvidados de China´ anunció que se han alcanzado 442.000 € euros de recaudación. Esta cantidad image-3e7634a342e9702244fae70e64e14efcha sido aportada por 3.741 personas e instituciones españolas. Los donativos recibidos se destinarán a proyectos de construcción y mantenimiento de templos (139.700 euros), medios de locomoción (6.500 euros), manutención de seminaristas y religiosas (16.400 euros), construcción de una residencia para religiosas mayores (15.000 euros), edición de material catequético (5.500 euros) y formación de sacerdotes, seminaristas y religiosas (258.900 euros).

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El «Padre Tocino», fundador de Ayuda a la Iglesia Necesitada

El Padre Werenfried van Straaten, nació el 17 de enero de 1913 en Mijdrecht (Holanda). Ingresó en la Abadía de los PP. Premonstratenses en Tongerlo (Bélgica) y fue ordenado sacerdote.

En la Navidad de 1947, escribió el artículo No hay lugar en la posada, en el que denunciaba la miseria en la que vivían millones image-d568802b75708affd04417a573759e0cde refugiados alemanes tras la segunda Guerra Mundial; terminaba su escrito invitando a la reconciliación entre los pueblos enfrentados durante el conflicto bélico. Su lema fue "el hombre es mucho mejor de lo que pensamos". Con ese optimismo, se lanzó a pedir a los belgas una loncha de tocino para dársela a los refugiados alemanes, "sus enemigos de ayer". La respuesta no se hizo esperar y consiguió llenar con lonchas de tocino varios camiones. Esta acción le valió el sobrenombre cariñoso de "Padre Tocino", con el que se le conoció en todo el mundo hasta su fallecimiento. Había comenzado, sin saberlo, la obra 'Ayuda a la Iglesia Necesitada´.

Su preocupación lo era por los cuerpos y por las almas, así consiguió que miles de escolares flamencos apadrinaran a los llamados "sacerdotes de la mochila", que recorrían los pueblos atendiendo material y espiritualmente a miles de feligreses. Pudieron disponer, primero de motocicletas y después de pequeños coches suministrados por los estudiantes. En 1954 amplió sus campañas en favor de la Iglesia perseguida del Este de Europa.

A finales de los años 50 comenzaron las ayudas a los refugiados de China, Corea y Vietnam. Desde 1962, AIN extendió sus image-895e21c0247ee407e1005abdf4507648acciones a Iberoamérica por deseo de Juan XXIII. Entre 1965 y 1966 África se convierte en la meta de las inquietudes del Padre Werenfried que en 1966 fundó la congregación religiosa de las 'Hijas de la Resurrección´ en Bukavu (República Democrática del Congo).

En 1969, el Padre Werenfried publicó su famoso libro Dios llora en la tierra. En 1979 se inicia la difusión de la Pequeña Biblia del Niño. En 1984 la Santa Sede elevó Ayuda a la Iglesia Necesitada al rango de Asociación Eclesiástica, Pública y Universal de Derecho Pontificio.

Con el apoyo de Juan Pablo II, comenzó en 1994 una campaña de "ecumenismo práctico" con la Iglesia Ortodoxa rusa. El proyecto más espectacular fue la puesta en marcha de los "barcos capilla" que surcan los ríos Volga y Don como iglesias flotantes.

Aquel religioso, quizás el mayor mendigo del siglo XX, siguió toda su vida con el mismo entusiasmo animando esa aventura sin par de ayudar a los hermanos en la fe de la Iglesia necesitada. El Padre Werenfried falleció el 31 de enero de 2003.  


Isidor Ramos

Periodista

  • 31 agosto 2009
  • Isidor Ramos
  • Número 32

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