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El primer anuncio, pieza clave de la nueva evangelización

Profesor Xavier Morlans

Facultad de Teología de Cataluña

 

“La base de todo anuncio, la dimensión kerigmática, la Buena Noticia, destaca el anuncio explícito de la salvación. image-fd2b4478b07cca45e9f6b4993fadb691“Pues a la verdad os he transmitido, en primer lugar, lo que yo mismo he recibido: Que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado, que resucitó al tercer día, según las Escrituras, y que se apareció a Cefas, luego a los doce” (1Cor. 15, 3-5).

El “primer anuncio” es el lugar donde el kerigma, el mensaje de la salvación del misterio pascual de Jesucristo, es proclamado con gran poder espiritual, capaz de provocar el arrepentimiento del pecado, la conversión del corazón y la decisión de la fe.

Al mismo tiempo debe haber continuidad entre el primer anuncio y la catequesis que nos instruye en el depósito de la fe. Consideramos que es necesario contar con un Plan Pastoral para el primer anuncio, que facilite un encuentro vivo con Jesucristo. Este documento pastoral proporcionaría los primeros elementos de un proceso catequético, propiciando la integración en la vida de la comunidad parroquial. Los padres sinodales han propuesto que se redacten guías maestras para el primer anuncio del kerigma.

Este compendio incluiría: La enseñanza sistemática sobre el kerigma en la Escritura y en la Tradición de la Iglesia católica; enseñanzas y citas de santos misioneros y mártires en nuestra historia católica, que nos ayudarían en nuestros actuales retos pastorales; criterios y directrices para la formación de evangelizadores católicos hoy”.

 

1ª Parte: Perspectivas sobre el primer anuncio

1. Aproximación histórica, sociológica y cultural

¿Por qué se habla hoy del primer anuncio?

1.1.Cambios sociales y culturales: evolución de occidente hasta la apoteosis del ”yo”.

Secularización, secularismo y cultura de la desvinculación.

Sujeto posmoderno sin memoria, sin tradición (con autoodio hacia propia tradición cristiana), sin texto sagrado, sin autoridad reconocida, que todo lo mira desde abajo y con image-9ac20cadd00bc133dc672f3566fb0883sospecha.

1.2. Debilidad interna del catolicismo desde la Contrarreforma.

Reacción de la contrarreforma católica contra el énfasis protestante en la sola fe fiducial subjetiva, propicia una polarización en torno a la elegida objetiva: doctrina (catecismo), eficacia objetiva de la liturgia (sacramentos) y necesaria transformación obrada por la gracia (moral). O si se quiere, a la reducción del ser cristiano en “pensar bien” (catecismo) y “actuar correctamente” (práctica sacramental y moral). Todo ello llevó al olvido de un elemento importantísimo que no puede darse por presupuesto: el acceso personal, adulto, libre y consciente a la fe entendida en primera instancia como opción personal por Jesucristo.

1.3. Retos para la evangelización: ¿cómo transmitir la fe al sujeto posmoderno aislado y en plena crisis de confianza?

 

2. Aproximación desde la teología pastoral

El primer anuncio en el proceso global de la Evangelización.

2.1. Los elementos de la evangelización (Pablo VI. Evangelii Nuntiandi, 24): renovación del mundo, testimonio de vida, anuncio explícito, apertura del corazón, entrada en la comunidad, sacramentos, apostolado organizado. Criterio de interrelación, de integralidad y de gradualidad.

2.2. La nueva evangelización. Dos sentidos: “nuevo ardor” y nueva evangelización de los católicos dormidos o alejados. Nueva evangelización de la misma Iglesia. (Sínodo 2012).

2.3. La secuencia de la primera evangelización: Presencia-testigo, diálogo, anuncio, iniciación cristiana.

2.4. La especificidad del primer anuncio.

2.2.1. Diferencia y relación entre primer anuncio y catequesis.

2.2.2. Definición de primer anuncio.

2.2.3. El primer anuncio puerta y fundamento de la experiencia cristiana.

2.2.4. Muchos nombres para una misma acción comunicativa: Anuncio, primer anuncio, primer anuncio cristiano, anuncio explícito, anuncio misionero, buena noticia, Evangelio, proclamación, predicación, kerigma apostólico, kerigma, ...

2.2.5. Recelos y prejuicios en la recepción del primer anuncio en la pastoral católica.

 

3. Aproximación desde la teología de la revelación

¿Cuáles son las raíces teológicas del primer anuncio?

3.1. La revelación como acontecimiento y encuentro.

“No se empieza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida, y con ello, la dirección decisiva” Benedicto XVI, Deus caritas est n.1.

3.2. La revelación por la acción y la palabra.

3.3. La pedagogía divina de la revelación.

3.4. El primer anuncio –kerigma apostólico– como primera acción-palabra que permite el evento y el encuentro con Jesucristo resucitado.

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4. Aproximación desde la teología bíblica

La eficacia de la palabra-acción de Dios en la biblia.

4.1. La Palabra-acción de Dios (“dabar”) en el Antiguo Testamento.

4.2. La Palabra-acción de Dios (“logos”) en el Nuevo Testamento.

 

5. Aproximación desde la historia de la evangelización

Las grandes etapas de la evangelización de Europa y sus protagonistas.

1ª. En los inicios de la misión: los apóstoles y los predicadores itinerantes.

2ª. Tras la invasión de los bárbaros: Los monjes benedictinos y cistercenses.

3ª. En plena Edad Media: los órdenes mendicantes, franciscanos y dominicos.

4ª. En la contrarreforma: el clero secular y regular (jesuitas y otros).

5ª. En el siglo XX-XXI: los laicos y laicas.

 

2ª Parte: La reflexión teológica actual sobre el primer anuncio

6. La teología de la Palabra y del kerigma redescubiertos en el siglo XX

6.1. La emergencia del kerigma en el comentario de K. Barth en la Carta a los Romanos (1921).

6.2. Fe y kerigma en perspectiva existencial según R. Bultmann (1930).

6.3. La teología kerigmática o de la predicación según los jesuitas de Innsbruck (1936).

6.4. Reflexión sobre la predicación en los años 50 y 60: Schlier, Rahner, Lehmann, von Balthasar, Liège, Grasso,...[1]

 

7. Presentación sintética del kerigma

7.1. El carácter pluridimensional e interactivo del kerigma. Doble realidad análoga con respecto al sujeto, al medio y al objeto del kerigma.

Los rasgos fundamentales de la concepción neotestamentaria del kerigma permiten afirmar:

a) El cristiano que anuncia a Jesucristo resucitado a otra persona es, en un primer nivel de percepción, el sujeto, y la mediación del kerigma. Es decir, él es el sujeto que habla, y él es el medio por el cual la otra persona puede recibir el anuncio, mientras que la Persona de Jesucristo resucitado es el “objeto” propuesto al interlocutor para dirigirse personalmente a él.

b) En una visión más profunda, sin embargo, Jesucristo es el sujeto primario del kerigma, ya que es Él quien se hace presente en el testimonio y en las palabras de su discípulo por la acción del Espíritu Santo que es la mediación, invisible pero real, que hace posible que, a través del testimonio visible y las palabras audibles del cristiano, otra persona se encuentre con el Señor resucitado. Y en este último sentido también se puede decir que el testimonio del cristiano es análogamente objeto del kerigma pues es lo único que el interlocutor ve y siente.

En esta doble mediación, que no sólo sucede en el kerigma sino que es ella misma el kerigma, se da el evento del encuentro entre la libertad del ser humano y la de Dios. Cf. E. SIMONS, kerigma, a K. Rahner et al (Dr.) en Sacramentum Mundi. Enciclopedia teológica, vol. IV, Barcelona 1977, col 195)[2].

7.2. En el evento del kerigma confluyen diversas dimensiones contrastadas:

a) La eschaton (Cristo resucitado, la plenitud el Reino de Dios) y la historia concreta: ya-pero-todavía-no-del-todo). En el acto de anunciar el kerigma hay un cambio cualitativo del tiempo, este pasa de “cronos” a “kairós“.

b) El dogma objetivo –“fides quae”– (Cristo es el Señor) y la confesión de fe personal –“fides qua”– (“iJesucristo si existes haz que te conozca!”).

c) La dimensión público-social (una conversación entre dos amigos) y la dimensión pneumática (la mediación invisible pero real del Espíritu Santo).

d) La dimensión eclesial (La Iglesia es sujeto colectivo que envía) y la dimensión singular de cada cristiano enviado a anunciar el kerigma. (Cf. E. SIMONS, kerigma, SM, IV, col. 196).

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8. El contenido del kerigma hoy

8.1. El primer anuncio o kerigma es inseparablemente un acto y un contenido. Es un acto de comunicación oral en el que lo comunicado –el acontecimiento salvador de Jesucristo y la salvación por Él obtenida– sucede realmente de forma inicial (incoada, germinal).

8.2. El primer anuncio cristiano constituye un género lingüístico propio que hunde sus raíces en la misma predicación del ministerio público de Jesús, y en la predicación de sus apóstoles antes de ser recogida en los diversos escritos del Nuevo Testamento que de hecho supone ya varias versiones teologizadas del kerigma.[3]

De ahí la dificultad de querer extraer directamente fórmulas kerigmáticas precisas de los textos del Nuevo Testamento. Además, en cierto modo el primer anuncio, siendo esencialmente el mismo, debe encarnarse en cada nueva época de la evangelización para ser efectivamente significativo para las nuevas generaciones de oyentes.[4]

8.3. El kerigma supone por parte de quien lo comunica un relato vibrante hecho con fe, esperanza y amor que articula de forma sintética tres elementos:

a) Una narración breve y concentrada del hecho histórico de la vida, pasión, y muerte de Jesucristo.

b) El anuncio de su resurrección –obrada por Dios Padre cumpliendo las promesas de los profetas– y la confesión de su condición de Hijo de Dios, Señor y reconciliador con el Padre de toda la humanidad. Todo ello según el testimonio de los apóstoles.

c) Una invitación dirigida al oyente con la intención de suscitar en su corazón la aceptación inicial de Jesucristo resucitado como Señor y Salvador de la propia vida en sus circunstancias concretas, que por ello deben ser explicitadas y tenidas en cuenta como punto de contacto antropológico del anuncio (ver punto siguiente).

  

9. El acto de anunciar el kerigma en dos fases: en la cabeza y el corazón

9.1. Dirigido a la inteligencia: la búsqueda del punto de contacto antropológico.

9.1.1. Planteamiento: diálogo a partir de las experiencias humanas fundamentales.

9.1.2. Pauta general: la reconciliación del yo con sus vínculos existenciales.

9.1.3. Ocho pistas concretas de contacto antropológico:

1. El amor y el deseo de una aceptación y un reconocimiento incondicional.

2. La belleza: La nostalgia de Occidente –expresada especialmente en la literatura, el arte y el cine– interpretada como nostalgia de Dios (Guardini).

3. El dolor por la injusticia y el sufrimiento de millones de inocentes (el problema del mal) y la plausibilidad de una justicia y de una recuperación universal y escatológica para todos (víctimas y verdugos) (Metz).

4. La búsqueda de la verdad.

5. La preservación del carácter “humano” de los seres humanos.

6. La diversidad de religiones: escándalo y oportunidad.

7. El deseo de inmortalidad.

8. La necesidad de perdón.

9.2. Dirigido al corazón (voluntad) del interlocutor. El kerigma como invitación a la decisión aquí y ahora –en base a indicios razonables– por Jesucristo.

 

10. La eficacia del kerigma

10.1. La sacramentalidad de la Palabra (Dei Verbum 56) y la sacramentalidad inicial del kerigma. El “poder espiritual” del kerigma (SÍNODO DE LOS OBISPOS 2012, Propuestas, n. 9). El kerigma contiene la eficacia mínima necesaria para provocar la primera fe.

10.2. El poder espiritual del kerigma expresado en el coraje y la autoridad existencial (“exousia“) con los que el cristiano lo anuncia.

10.3. Kerigma y liturgia: el kerigma como nuevo inicio germinal que viene de la liturgia como origen radical de la Iglesia misionera (“fuentes“) y apunta a la liturgia como plenitud final (“culmen“).

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11. La recepción del kerigma: primer acto de fe, primera conversión, primera experiencia germinal de la salvación

11.1. El acto de fe como acto sintético (Blondel).

a) La “fides qua”: la conversión como fe-confianza en Jesucristo Mediador.

b) La “fides quae”: la fe-asentimiento intelectual doctrinal.

11.2. La salvación efectiva vehiculada germinalmente en la aceptación del kerigma:

11.2.1. La posibilidad de ser integralmente uno mismo –alma y cuerpo, ahora y para siempre– superando la dicotomía platónica que sólo salva el alma o la hinduista que funde el alma con el todo.

11.2.2. La reconciliación con Dios como perdón recibido efectivamente y gratuitamente más allá del nihilismo al que vierte la incapacidad humana ante el sufrimiento, la culpa, el resentimiento y la muerte. Arrepentimiento y percepción del propio pecado.

11.2.3. Se abre un horizonte real de esperanza para la propia existencia personal y para toda la humanidad. Empieza a cumplirse intrahistóricamente la promesa. La persona pasa del reino de la necesidad al reino de la libertad en la Gracia.

11.3. Carácter dramático y agónico del anuncio-recepción del primer anuncio.[5]

 

12. La necesidad de volver a anunciar el kerigma a los católicos de siempre.

El kerigma no es sólo para los no creyentes ni sólo para la misión cara al exterior, los creyentes “de siempre” necesitan oírlo renovadamente, muy especialmente en este momento de necesaria autoevangelización como paso previo antes de la evangelización hacia fuera[6].

 

13. Nuevos protagonistas: los laicos

13.1. Sacerdocio ministerial y sacerdocio común de los fieles laicos: corresponsabilidad y sinodalidad.

13.2. El profetismo laical con la acción y también con la palabra: diálogo y anuncio.

13.3. El laico como catequista acompañante de procesos de iniciación cristiana.

 

3ª Parte: La práctica pastoral del primer anuncio

14. Modalidades del primer anuncio

14.1. El primer anuncio en el diálogo interpersonal en la vida cotidiana.

14.2. El primer anuncio desde y en la parroquia, comunidad, asociación, movimiento.

14.3. El primer anuncio a través de los grandes medios de comunicación social.

  

15. Nuevos métodos

15.1. El primer anuncio como acción comunicativa de tiempo breve y concentrado.

15.2. Testigos laicales de conversión.

15.3. Pauta estándar de primer anuncio.

 

16. Nuevos lenguajes: mediaciones técnicas y artísticas al servicio del primer anuncio

16.1. La técnica del guión. Imagen, luz y sonido.

16.2. Recursos escénicos y medios de comunicación al alcance de todos.

16.3. Los artistas y comunicadores cristianos como sujetos especiales del primer anuncio.

 

Epílogo

Las catequesis kerigmáticas y los itinerarios de (re-) iniciación cristiana de adultos como continuación del primer anuncio.

 

Bibliografía indicativa

PABLO VI, Evangelii Nuntiandi (1975).

JUAN PABLO, Catechesi Tradente (1979) Redemptoris Missió (1990), Nuovo millenio ineunte (2000).

CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio General para la catequesis (1997).

BENEDICTO XVI, Verbum Domini (2010); Ubicumque et semper (2010).

SÍNODO DE LOS OBISPOS. XIII ASAMBLEA GENERAL, La nueva evangelización para la transmisión de la fe. Mensaje final y Propuestas,7-28 octubre 2012, Ciudad del Vaticano.

SÍNODO DE LOS OBISPOS. XIII ASAMBLEA GENERAL, La nueva evangelización para la transmisión de la fe. Instrumentum Laboris, Ciudad del Vaticano 2012.

La nova evangelització per a la transmissió de la fe cristiana. “Lineamenta” del Sínode dels Bisbes 2012, en Documents d´Església 988 (2011).

R. FISICHELLA, La nueva evangelización, Sal Terrae 2012.

EQUIPO EUROPEO DE CATEQUESIS, La conversión misionera de la catequesis. Relación entre fe y primer anuncio en Europa, PPC 2009.

J. GEVAERT, El primer anuncio. Proponer el Evangelio a quien no conoce a Cristo. Finalidades, destinatarios, contenidos, modos de presencia, Sal Terrae 2001.

X. MORLANS, El primer anuncio. El eslabón perdido, PPC 2009; El primer anunci i la pedagogia de la iniciació, a Documents d´Esglesia 989 (1 de agosto de 2011) 456- 468; Una nova etapa evangelitzadora. Teologia i Pastoral. Lliçó inaugural del curs acadèmic 2011-2012. Barcelona Cep 2011.

J. C. CARVAJAL BLANCO, Pedagogía del primer anuncio. El Evangelio ante el reto de la increencia, PPC 2012.

La conferencia del profesor Morlans se ha basado en este esquema-resumen de su próximo libro.

 


[1] Cfr. M. TIBALDI, Kerigma e atto di fede nella teología di Hans Urs von Balthasar, Editrice Pontificia Università Gregoriana, Roma 2005, 11-44.

[2] Sobre Jesucristo como sujeto del kerigma también: “El Evangelio de Jesucristo es la proclamación de su vida y del misterio pascual de su pasión, muerte, resurrección y glorificación” (SINODO DE LOS OBISPOS 2012, Propuestas finales, n. 6). “Por lo tanto la tarea de la Iglesia consiste en realizar la traditio evangelii, el anuncio y la transmisión del evangelio que es fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree” (Rm 1,16) y que en última instancia, se identifica con Jesucristo (cf. 1Co 1,24)” (Instrumentum Laboris, Sínodo 2012, n.26). “El Evangelio és Evangelio de Jesucristo: no sólo tiene por contenido a Jesucristo. Mucho más, este último és, a través del Esperitu Santo, también el promotor i el sujeto primario de su anuncio, de su transmisión. El objectivo de la transmisión de la fe és la realización de este encuentro con Jesucristo, en el Espíritu, para llegar a vivir la experiencia de su Padre y el nuestro (Cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Nota doctrinal sobre algunos aspectos de la evangelitzación (3 desembre 2007), 2: AAS 100 (2008) 490)”. (SÍNODO DE LOS OBISPOS. XIII ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA, La nueva evangelización para la transmisión de la fe. Lineamenta n. 11, Ciudad del Vaticano 2011, en Documents d´Església 988 (2011) pág. 432).

[3] K. RAHNER- K. LEHMANN, Kerigma y dogma, en Mysterium Salutis. Manual de teología como historia de salvación, vol. I, Madrid: Ed. Cristiandad, 2ª edición 1974, 696-697, con abundantes referencias a los estudios sobre la formación de los evangelios.

[4] “Este kerigma, que nace de la proclamación fundamental del reino de Dios por el mismo Jesús y recibe de ella su norma constante, sólo puede actualizar su mensaje primitivo de una manera concreta y adecuada a cada situación del mundo en la historia real y verdadera de la Iglesia.” (RAHNER-LEHMANN, Kerigma y Dogma, 697-698).

[5] Cfr. M. TIBALDI, Kerigma e atto di fede nella teología di Hans Urs von Balthasar, Editrice Pontificia Università Gregoriana, Roma 2005, 95-98.

[6] En referencia a la necesidad de proclamar el Kerigma a aquellos que ya son creientes: “I. Hermann ha mostrado con toda claridad que esta limitación a una “primera presentación a los no cristianos” no está justificada en el NT. El acontecimiento de la proclamación se actualizaba en repetidas ocasiones en la comunidad ya creyente. El Kerigma “fundamental” (cf. H. Schürmann, Kerygma en Lexikon für Theologie und Kirche, ed. por J. Höfer y K. Rahner, VI, Friburgo 2ª ed. 1957-1965, p. 123) desplegaba “para todo creyente” su poder salvífico, según la medida de la fe de cada uno. Una interpretación que reduzca el kerigma a una “presentación misional” a los “no cristianos” le priva de su rasgo esencial más importante y de su más profundo criterio de obligatoriedad, ya que en cuanto presencia, causada por el Espíritu, del Señor glorificado en medio de su Iglesia llama siempre a conversión y obediencia, mediante la actualización del “evangelio de Dios”, Cf. I Hermann, Keygma und Kirche, en Neutestamentliche Aufsätze (Festschrift für J. Schmid) Ratisbona 1963, 110-114)” (RAHNER-LEHMANN, Kerigma y dogma, 691-692). También: El kerigma demuestra ser razón de su esencia “la paradosis (tradición) apostólica normativa” (H. SCHLIER, Kerigma und Sofia, en Zeit der Kirche, Friburgo, 2ª ed. 1958, p. 216). Y Hans Urs von Balthasar nombra el kerigma “la estructura central de la predicación de la Iglesia primitiva” (H. U. von BALTHASAR, Il missaggio di salvezza e il presente a Humanitas 11 (1961), p. 875).

  • 07 febrero 2013
  • Xavier Morlans
  • Especial 13

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