Archivo > Especial 12

Herramientas para la felicidad en el matrimonio: La orientación familiar

 

image-fb84d18833459d03de9d22724578b6fb

 

Javier Vidal-Quadras

Director del Fert

Secretario general de la International Federation for Family Development (IFFD)

 

Origen de la Orientación familiar a finales de los años sesenta

A finales de los años sesenta, un grupo de matrimonios interesados en mejorar la calidad de la educación de sus hijos y de su propia vida de familia, tuvo la feliz idea de aplicar al ámbito familiar el método que se venía utilizando desde principios del siglo XX en las más prestigiosas escuelas de negocios del mundo.

Nació entonces la Orientación Familiar, y hoy nos encontramos con una actividad extendida por los cincos continentes que está ayudando a miles de familias a plantearse, encontrar y desarrollar su propio proyecto familiar, matrimonial y personal, es decir, a ser más felices.

El método del caso aplicado a la familia: “Sistema Familia”

Ese método, que denominamos Sistema Familia, permite, por un lado, considerar, analizar y concretar los hechos, circunstancias, problemas y situaciones que se derivan de las conductas humanas en el seno de la familia, y liberarlas de la carga de subjetividad que suele acompañarlas.

Pero, además, se trata de un método enormemente constructivo, que permite a los matrimonios asistentes, con su participación y contribuciones, generar nuevas formas de pensar y de actuar con incidencia en sus vidas familiares.

Lo que aporta la didáctica del caso, más allá de la solución concreta, que puede hallarse o no, es la capacitación para el desarrollo de un proyecto familiar propio y el impulso y movimiento personal para llevarlo a la práctica. Las cuatro fases de que está compuesto el método persiguen esa finalidad

Al abordar los casos contando no sólo son su estudio y reflexión, sino, muy especialmente, con la experiencia vivida image-a9e05e84877554e3ca07a75ff1ef5c6fpor parte de los participantes y con la discusión previa en entornos más “íntimos”, se alcanza la auténtica reflexión personal que conduce a planteamientos sinceros de cambio.

Esto exige una relación próxima, en cierta sintonía y tendente a la amistad entre los padres de familia que participan en los cursos, pues solo ese ámbito de amistad y confianza personal permite abrir los corazones y dejarse acompañar en el trayecto vital. Es lo que Rafael Pich, uno de los fundadores de la Orientación Familiar y su máximo impulsor, denominaba “microclimas”, espacios de amistad en un ambiente favorable a la familia entre padres y madres que tienen los mismos anhelos e intereses, aunque estilos diversos.

El “Sistema F” distingue claramente cuatro fases bien diferenciadas:

· La lectura individual

Que invita a meterse en una situación determinada para hacerse los primeros planteamientos personales y establecer un juicio personal sobre el tema que se va a tratar. Con ella se consigue un objetivo primordial: el compromiso personal de cada uno de los cónyuges y su implicación real en todo lo que afecta a su matrimonio y familia, con lo que, además de asegurar a los hijos una toma de decisiones más equilibrada, se les proporciona un modelo de varón y un modelo de mujer presentes de verdad en la familia.

· La puesta en común del matrimonio

Que exige a los matrimonios establecer y contrastar sus personales puntos de vista para poder iniciar una constructiva puesta en común de los aspectos que sobre dicho tema deben formar parte de su proyecto educativo familiar y comunicarlos de manera coherente y coordinada, de forma tal que los hijos no detecten faltas de unidad y divergencias en lo esencial. En la vertiente más práctica consiste en rellenar conjuntamente los diferentes apartados que hay en la falsilla de cada caso.

· Las reuniones de equipo: primer análisis y discusión del caso

Los matrimonios que asisten a un curso son repartidos en grupos de cuatro o cinco matrimonios. Se trata de uno de los factores de éxito de este tipo de cursos. La existencia de equipos de discusión es uno de los rasgos más singulares de la Orientación Familiar que propone el “Sistema Familia”. Permiten a los matrimonios contrastar esos aspectos de su proyecto educativo que necesitan ser ratificados o revisados, y enseñan a discernir, ordenar ideas, dialogar, escuchar, expresarse, cultivar amigos, etc.

· Las sesiones generales: debate y elaboración de criterios

Es la fase que culmina el proceso de cada sesión, en que se ponen en común las experiencias y reflexiones de todos los participantes en una sesión moderada por otro padre o madre de familia que ha recibido una formación específica en el aspecto formal de dirección de grupos y en el sustantivo relativo al tema de debate propio del caso que modera.

Este sistema se puede sintetizar en el siguiente cuadro:

image-f651e98e43a31d2837df88a1fa7b16f5

Se trata, en fin de cuentas, de lograr transmitir unos mínimo criterios educativos (know) para generar en los padres, a través de la técnica adecuada (know how), el estímulo que les mueva a operar cambios reales en sus vidas (want), y no abandonándoles a su suerte sino recorriendo con ellos el camino, la trayectoria vital en un espacio de interrelación que permita el crecimiento personal, matrimonial, familiar y social.

Los programas de Orientación Familiar

Los programas de orientación familiar, como pretenden llevar a los padres a actuaciones eficaces y prácticas, se han diseñado conforme a las etapas por las que los hijos pasan y que la psicología evolutiva clásica ha venido planteando como periodos más significativos en las últimas décadas.

image-51c4c42a5d726261ffb573153bd97f4e

 Si se quiere ser eficiente en la educación de los hijos se deben conocer las peculiaridades, los rasgos y esas características que se dan en cada una de ellas. El desconocimiento de esas peculiaridades y de los logros educativos que se pueden y se deben conseguir en cada uno de esos periodos suele producir lagunas educativas difíciles de subsanar.

Pero es necesario señalar que el "Sistema F” no se limita a enfocar las diferentes características de cada etapa de una forma científica, va mucho más allá y analiza las diferentes etapas desde una perspectiva familiar, es decir, con el continuo afán de descubrir, en todas y cada una de ellas, cuáles deben ser las conductas, los cuidados y los retos que han de afrontar los padres para lograr una exitosa pedagogía familiar.

En el “Sistema Familia” hemos considerado etapas educativas fundamentales, con características y contenidos significativos para poder construir programas de orientación familiar, las siguientes:

– Primera infancia (de 0 a 4 años). Incluye el periodo de lactancia, el primer año de vida con sus peculiares características de desarrollo y también incluimos en esta etapa los cuatro primeros años de vida y relación humana con sus singulares periodos sensitivos, sus ineludibles requerimientos en cuanto a la adquisición de hábitos básicos y con la aparición de los primeros rasgos de socialización.

– Segunda infancia (de 4 a 7 años). Es este un periodo al que otros autores denominan “La niñez intermedia” y otros “La etapa de la escolarización” y si, ciertamente, este es uno de los rasgos que la identifican, mucho más lo es image-b34af99b7994d5730968f0ee0c6e398bque se trata del periodo de la vida en el que la persona se abre al mundo que le rodea, gracias a su desarrollo cerebral y a sus logros cognitivos, convirtiéndose en la etapa por excelencia de la cimentación del uso de razón. A su vez, dentro de esta, se pueden distinguir dos fases: la consolidación de la comunicación verbal y los fundamentos de la comunicación escrita.

– Tercera infancia (de 7 a 10/11 años). Para algunos autores, la etapa de la segunda escolarización o de la niñez madura. Se trata de un periodo sereno y sosegado, con leves y poco llamativas repercusiones externas, lo que para muchos psicólogos y educadores supone una etapa de mera transición Pero sería un error verlo así, ya que se trata de la etapa del fortalecimiento de los hábitos adquiridos y de los valores recibidos, que le permitirán tomar sus primeras decisiones importantes; Decisiones que tendrán una gran repercusión en su mundo interior y que marcarán notablemente su segunda socialización.

– La Preadolescencia (de 10 a 13 años para las chicas y de 11 a 14 para los chicos). Es una etapa fluctuante en la que varían las edades para cada niño y para cada niña, en función de la genética, del ambiente social en el que se está inmerso, o bien de los estímulos externos que reciben. Se trata de un periodo de crecimiento corporal intenso, marcado por grandes descargas o variaciones hormonales, que en definitiva viene a convertir al niño o a la niña en “adultos”, sexualmente hablando. Es la etapa en la que se descubre el yo, un periodo especialmente delicado en el que los hijos, además de reconocerse en su identidad sexual se identifican a sí mismos como seres únicos, con carácter y personalidad propias.

– La Adolescencia (desde los 13/14 años, hasta los 16/17 y, en algunos casos, hasta más tarde, sobre todo en los varones). Se alarga o se hace más corta en función de las interrelaciones que dicho adolescente haya establecido con su entorno. También dependerá su duración de las circunstancias geográficas y culturales, así como de las costumbres de vida familiar. En cualquier caso,se trata de una época de retos educativos en la que se pondrán a prueba los valores y desafíos propuestos en etapas anteriores y en la que se afianzaran los modos y las formas de tratar con el otro sexo y con los demás en general.

– Madurez y perfil adulto. A partir de aquí, la juventud va a ir asentando la personalidad hasta lograr el perfil image-d9a760e52270e4a7121dc54c5b8280b0adulto, en el cual también se ha querido incidir, para abrir a los jóvenes profesionales el horizonte de la entrega a los demás a través del conocimiento de uno mismo y su adecuada y ordenada proyección en el trabajo y en las demás áreas de la vida, despertando sus inquietudes más trascendentes, al tiempo que presentándoles de manera cabal los rasgos principales del camino vocacional al matrimonio.

Estas etapas han dado lugar a los siguientes programas:

   Primeros Pasos

   Primeras Conversaciones

   Primeras Letras

   Primeras Decisiones

   Preadolescencia

   Adolescencia

   Proyecto Personal

Además, existen dos cursos encaminados a fortalecer y asentar las bases de la vida matrimonial en sus distintas etapas:

    Amor Matrimonial I

    Amor Matrimonial II

Y, finalmente, un curso dirigido a los abuelos, cuyo papel educativo va adquiriendo mayor peso cada vez:

   Abuelos

Fundamentación antropológica de los cursos de orientación familiar

Tomando prestadas las ideas y palabras de una conferencia que pronunció Tomás Melendo en el año 2008, en el Congreso del X Aniversario de la Universitat Internacional de Catalunya, podemos decir que la familia es imprescindible a la persona. Si ser persona equivale a ser para el amor, la persona aislada no puede existir porque no podría cumplir su naturaleza: desde su concepción hasta su muerte requiere poder amar y ser amado. Y cuanto más perfectamente ama, más imprescindible se le hace la familia, que es el ámbito del amor incondicional. La persona humana, lo sabemos bien, es un ser familiar.

Por ser la única sociedad que va ligada a la persona como tal, la familia es soberana y no pude subordinarse a ninguna otra institución o asociación, sino que son estas las que deben subordinarse a aquella.

Y estando la familia íntimamente ligada a la persona, continuaba explicando el profesor Melendo, la única manera de aproximarse a ella con respeto a su dignidad es “personalmente”, uno a uno, llegando a cada una de todas las familias, y no en masa. Si por un legítimo afán de velocidad perdiéramos de vista esta relación personal como el fin último de nuestra actuación, y cediéramos a utilizar tan solo medios de masas para obtener mejoras o rectificaciones en masa, acabaríamos comprometiendo el triunfo de la persona y del amor.

De todo lo anterior se extraen dos importantes consecuencias que son, a la vez, el fundamento y la meta de la orientación familiar:

(i) Lo primero, lo radicalmente relevante es mi familia, y desde ella he de contemplar el entorno: la pregunta que hemos de formularnos es, pues, ¿cómo puedo ayudar desde mi familia? Lo demás solo es válido y eficaz si deriva del amor a mi familia, y no puedo subordinarla a nada.

(ii) La atención y dedicación a las familias de los demás, desde la mía, deberá ir encaminada a crear las condiciones para el trato personal, para cambiar los corazones uno a uno y, a través de ellos, entonces sí, dar la vuelta a la sociedad.

Cambiar el Mundo

La orientación Familiar quiere, pues, cambiar el mundo, pero no de cualquier manera, sino, como decíamos, persona a persona, como lo hicieron los primeros cristianos, que empezaron cambiando los corazones, y esos corazones fueron cambiando después muchas cosas (Carlos Cardona).

Nos dirigimos a la familia desde la familia. No somos profesionales de la educación ni de la pedagogía ni de la psicología, no somos antropólogos ni catedráticos. Nuestra experiencia y nuestra ciencia son una sola: la familia, empezando por las nuestras. Y la familia es sabiduría prudencial, experiencia de vida, de vida vivida.

image-8e6fd2b983d8276f5555c2f3d1a2eeb8

Por esta razón procuramos que los matrimonios que integran los grupos pequeños de discusión del caso se reúnan en las salas de estar de sus casas, para que, en un ambiente familiar, nazca el trato de amistad y se acompañen mutuamente en su trayectoria vital.

Y por esa misma razón nuestros moderadores son padres y madres de familia de múltiples procedencias culturales, sociales y formativas, que se han preparado para lo más importante: compartir un mismo anhelo de felicidad en familia.

No queremos transmitir un modelo, una receta, una plantilla. Queremos que cada matrimonio elabore su propio, personal e intransferible proyecto familiar. Nadie puede vivir el proyecto de otro. Huimos de las grandes exhibiciones y conferencias. Hemos comprobado que no generan los cambios reales que nosotros buscamos en las personas, porque los padres, aunque se asombren, no se identifican con el sabio que habla desde la lejana atalaya de un conocimiento solo accesible a unos pocos. Lo que se admira no se imita, se contempla, ha dicho alguien. Nosotros no queremos ser admirados ni contemplados. Tampoco imitados. Queremos que cada matrimonio que acude a uno de nuestros cursos sea capaz de encontrar, por sí mismo, el camino de su felicidad personal. Por eso nos dirigimos a la familia desde la familia.

Para lograr este objetivo de mejorar, convulsionar la entera sociedad, hemos escogido un camino, una especialización: la prevención.

Cuando se nos pregunta a qué familia nos dirigimos, volvemos la vista a nuestros cursos y respondemos desde el interés más necesitado de protección: el niño. ¿Y qué nos dicen los niños? Nos dicen: yo quiero vivir con mi padre y con mi madre; quiero que mi padre y mi madre me quieran; y quiero que mi padre y mi madre se quieran entre sí.

Esta es esta la realidad con que nos topamos a diario: que nadie se casa o se une a otra persona para separarse, que nadie trae un hijo al mundo con la intención de hacerlo infeliz.

Nosotros queremos esa felicidad para todo el mundo y, por eso, nos dedicamos a ayudar a las familias con nuestros cursos. También para que encuentren en las sesiones generales moderadas por un experto, no solo técnica y ciencia, sino ámbitos, espacios amables en que exista un objetivo compartido y un acompañamiento mutuo que les permita hacer realidad el anhelo más profundo del corazón humano: amar y ser amado para siempre.

Esta, y no otra, es nuestra Orientación Familiar. Y desde esta convicción profunda podemos y queremos estar presentes y hacer oír nuestra voz también en los foros internacionales, el primero, naturalmente, la ONU.

La International Federation for Family Development (IFFD)

La IFFD es la Federación Internacional que se encarga de la difusión y organización de los cursos de Orientación Familiar en el Mundo, y está presente en más de 60 países. La Orientación Familiar está experimentando un desarrollo grande en el Mundo porque los padres sienten cada vez más la necesidad encontrar instrumentos que colaboren eficazmente con ellos en la tarea de educación de sus hijos.

Y porque la familia es una realidad universal, que no se deja encorsetar en banderías, razas y religiones, los mismos cursos, con las mínimas adaptaciones culturales precisas, se imparten en todos los continentes.

En el siguiente cuadro puede verse la evolución en los últimos años en algunos de los países más representativos:

image-7ec2353da34714aab9dd98ad240ed390

En este año 2011, se concedió a la IFFD el máximo rango que una ONG puede obtener en Naciones Unidas, el Estatus Consultivo General, que otorga grandes prerrogativas para intervenir en las reuniones en que se traten cuestiones referidas a la familia y para influir en la agenda de ECOSOC.

Recientemente, hemos empezado en países como Venezuela, Panamá, Finlandia, Rusia, Lituania o India, entre otros, y se están dando ya los primeros pasos para empezar en Israel y Angola. 

Para más información pueden dirigirse a las siguientes direcciones:

Catalunya: www.Fert.es

España: www.iiof.es

Internacional: www.iffd.org

  • 25 marzo 2012
  • Javier Vidal-Quadras
  • Especial 12

Comparte esta entrada