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San Juan Pablo II, un papa en récords

image-84520c6c68f3e25aee99373139a03ad9Juan Pablo II (16 de octubre de 1978 – 2 de abril de 2005) fue consagrado obispo en 1958, con treinta y ocho años, y arzobispo de Cracovia cuatro años después; se convirtió en el primer papa polaco de la historia, y en el primero no italiano desde 1523. Su pontificado de casi 27 años fue el tercero más largo en la historia, después del de San Pedro y el de Pío IX. Juan Pablo II fue aclamado como uno de los líderes más influyentes del siglo XX, por ser uno de los principales símbolos contra el marxismo en Europa y, con la ayuda de su sucesor, Joseph Ratzinger, contra el relativismo y la difusión de la teología de la liberación de cuño ideológico en América Latina. Jugó asimismo un papel decisivo para poner fin al comunismo en su Polonia natal y, después, en la Europa de detrás del Telón de Acero[1]. Juan Pablo II fue canonizado –con Juan XXIII– por el santo Padre Francisco, el 27 de abril de 2014, segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia.

Una carrera meteórica

Era el menor de los tres hijos del matrimonio formado por Karol Wojtyła y Emilia Kaczorowska, ambos profundos creyentes. Karol se trasladó a Cracovia para iniciar sus estudios en la Universidad Jagellónica. Cuando las fuerzas de ocupación alemanas cerraron la Universidad, en septiembre de 1939, el joven Lolek tuvo que trabajar en una cantera y luego en la fábrica química Solvay. Allí aprendería el evangelio del trabajo, que difundió después entre obreros y profesionales. En esa época se unió al grupo del célebre actor polaco Mieczysław Kotlarczyk, creador del teatro rapsódico, con el que interpretó papeles de contenido patriótico. Esas dotes actor le van a ser luego muy útiles para su futuro ministerio.

En 1941 murió también su padre, un suboficial del ejército polaco, durante la ocupación de Polonia por la Alemania nazi. En 1943 ingresó en el seminario clandestino que había fundado monseñor Adam Stefan Sapieha, cardenal arzobispo de Cracovia, comenzando los estudios de teología. Fue ordenado sacerdote el 1 de noviembre de 1946 en la capilla privada arzobispal[2].

Tras una breve estancia en Roma y en la parroquia rural de Niegowić, se trasladó en 1949 como vicario a la parroquia de San Florián, en Cracovia, donde ejerció el ministerio durante dos años, trabajando con estudiantes y graduados de la universidad estatal de esa ciudad. En 1954 empieza a impartir clases de Ética en la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Lublin, en la que seguirá profundizando a lo largo de su vida. El 4 de julio de 1958, el papa Pío XII lo nombró obispo auxiliar de la archidiócesis de Cracovia. Como obispo que era ya, comenzó a tomar parte activa en el Concilio Vaticano II, a partir del 11 de octubre de 1962. Ese mismo año Pablo VI lo consagró arzobispo de Cracovia. Destacan sus puntualizaciones sobre el ateísmo moderno y la libertad religiosa, así como una importante contribución a la redacción de la constitución Gaudium et spes. El 29 de mayo de 1967 fue nombrado cardenal, lo que le convirtió en el segundo más joven de la época, con 47 años de edad. Wojtyła participó también en las cinco asambleas del sínodo de los obispos, anteriores a su pontificado.

El 28 de septiembre de 1978 murió Juan Pablo I, tras un pontificado de 33 días. El 16 de octubre de 1978, el cardenal de Cracovia era elegido sucesor de San Pedro, convirtiéndose, con 58 años, en el papa más joven del siglo XX y en el primero no italiano desde el holandés Adriano VI (1522-1523). El 5 de noviembre de ese mismo año visitó Asís, en el primero de sus 144 viajes por Italia. El 25 de enero de 1979 emprendió el primero de sus 104 viajes fuera de Italia: República Dominicana y México. En total visitó 129 países diferentes, algunos de ellos varias veces. Debido a sus múltiples viajes al extranjero fue conocido entre los medios de comunicación, en particular en Latinoamérica como «el atleta de Dios», el «Papa peregrino» o el «Papa viajero». Juan Pablo II también impuso también un nuevo estilo al acercarse a las multitudes.

El mejor récord

Beatificó a 1.340 personas y canonizó a 483 santas y santos, una cifra superior a la sumada por todos sus predecesores en los últimos cinco siglos. Era una forma práctica de dar visibilidad a la enseñanza de la «llamada universal a la santidad» (LG VIII), propuesta por el concilio Vaticano II. Esta iniciativa tuvo un efecto boomerang: el 19 de diciembre de 2009, fue él mismo proclamado venerable por su sucesor, el papa Benedicto XVI, quien posteriormente presidió la ceremonia de su beatificación el 1 de mayo de 2011. El 30 de septiembre de 2013 el papa Francisco anunció que Juan Pablo II sería proclamado santo, al mismo tiempo que Juan XXIII, en una ceremonia conjunta el 27 de abril de 2014. A dicha ceremonia asistió también el papa emérito, Benedicto XVI. Junto a Juan XXIII es el papa más reciente en ser venerado como santo. Este será sin duda su mejor récord.

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Aunque no supusiera algo excepcional –además de los papas mártires, ya Pablo VI había tenido un atentado–, el 13 de mayo de 1981 el sicario Mehmet Ali Ağca disparó contra Juan Pablo II, mientras se desplazaba por la Plaza de San Pedro en un vehículo abierto. El pontífice fue herido en la mano, brazo y abdomen. El papa atribuyó su salvación a la intercesión de la Virgen de Fátima. Pocos después, en diciembre de 1983, lo visitó a la cárcel de Rebibbia, para conversar con él y perdonarlo. Después Juan Pablo II comenzó a sufrir diversos problemas de salud: además de las dificultades que tuvo para recuperarse de las heridas de bala que sufrió en el estómago y en una mano, padeció un cáncer de intestino, la fractura del fémur y de un hombro y, desde los años 1990, tuvo que sobrellevar la enfermedad de Parkinson, de origen genético.

La imagen sufriente del final de su pontificado supuso también un récord de transparencia. Más de una década después, y pese a su implacable deterioro físico, en marzo de 2003 Juan Pablo II se opuso con todas sus fuerzas y autoridad a la invasión estadounidense de Irak (la historia posterior le ha dado la razón). En esa decisión mostró la misma determinación que había mostrado al inicio de su pontificado para mediar el conflicto del Beagle entre Argentina y Chile en 1978, cuando ambos países se encontraban al borde de un enfrentamiento. Entre los principales episodios de su pontificado está la primera visita de un papa a una iglesia luterana (Roma, 1983) y a una sinagoga (Roma, 1986). Visitó en 1988 un país ortodoxo, Grecia, y entró en una mezquita, la de Damasco (Siria). También destaca el encuentro con el último presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, en diciembre de 1989, y la visita realizada en enero de 1998 a Cuba, donde fue recibido con todos los honores por el mismo Fidel Castro.

Aparte de sus catorce encíclicas, con Juan Pablo II se han publicado los nuevos Códigos de derecho canónico latino (1983) y oriental (1990), así como el Catecismo de la Iglesia católica (1992-1997), fruto del sínodo especial de obispos de 1985, dedicado al Concilio Vaticano II y su posterior aplicación. Juan Pablo II pidió perdón por los errores cometidos por la Iglesia en 2000 y promulgó la declaración Dominus Iesus sobre la universalidad y unicidad salvífica de Jesucristo. Al concluir su pontificado con su muerte, Juan Pablo II dejó pendientes dos viajes: uno a Moscú, ante la oposición del patriarca ortodoxo Alejo II, y otro a China, donde el régimen comunista prohíbe también la obediencia a Roma (en este caso, dejó algún récord para otros).

Su legado

Juan Pablo II se propuso situar a la Iglesia como guía del mundo contemporáneo, pienso que en estas cinco direcciones:

Lucha por la paz a través de la mediación en múltiples conflictos y la condena de la guerra y la carrera de armamentos.

Compromiso ético y social al defender la vida y la familia, los derechos humanos y la dignidad de la persona, así como de la justicia social que ha de oponerse por igual al marxismo y al capitalismo liberal.

Ecumenismo y diálogo interreligioso, mediante el diálogo y el encuentro con todas y cada una de las confesiones cristianas y algunas de las religiones no cristianas.

Reforma disciplinar y claridad doctrinal, ayudado por su inseparable colaborador Joseph Ratzinger: desarrolló una profunda teología del cuerpo, continuando y culminando su experiencia pastoral y docente en Polonia; condenó las posiciones más extremas de la teología de la liberación, de los lefebvrianos y de la teología relativista de las religiones; censuró a algunos teólogos (Küng, Curran, Boff, Schillebeeckx o De Mello), mientras creó cardenales a otros más ortodoxos como Balthasar, Lubac, Congar o Kasper; comenzó el proceso que después daría lugar a una nueva legislación para poder erradicar los casos de pederastia en la Iglesia católica.

Nueva evangelización: llamó anunciar el nombre de Jesús de Nazaret, en especial entre los más desfavorecidos, con gran preocupación por la descristianización de Europa y América y por la evangelización de Asia, África y Oceanía. Promovió sínodos sobre todos estos continentes.

Pablo Blanco Sarto

Profesor adjunto de Teología Dogmática en la

Facultad de Teología, Universidad de Navarra



[1] Cf. GARITAGOITÍA, José Ramón; Juan Pablo II y Europa, Rialp Madrid 2004, 21ss.

[2] Datos extraídos de George WEIGEL, Testigo de esperanza. Biografía de Juan Pablo II, Plaza & Janés, Barcelona 2000, passim; Andrea RICCARDI, Juan Pablo II. La biografía, San Pablo, Madrid, 2011, passim.

  • 06 noviembre 2014
  • Pablo Blanco Sarto
  • Santos de Hoy

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